Jacinto tiene 84 años y vive en Madrid, concretamente en el barrio de Moratalaz. Está jubilado y es un apasionado de la lectura. Suele ir al parque de La Cuña Verde algunas tardes o algunas mañanas con su ebook en la mano para disfrutar de sus novelas, pero esta semana se fue a casa y se olvidó de su compañero electrónico en uno de los bancos de madera.
Disgustado por haberlo perdido, decidió dejar un cartel con su número de teléfono por si alguien se lo había encontrado y se lo quería devolver. De momento, el libro electrónico que olvidó no ha sido devuelto, pero casi que ya no importa porque la comunidad tuitera está haciendo una colecta para comprar uno nuevo y las editoriales han ofrecido algunos de sus títulos para que el regalo no le llegue vacío de contenido.
Carolina, una periodista que también vive en el mismo barrio, puso en su perfil de Twitter la foto del banco con el teléfono y, de repente, llegó la revolución. Los tuiteros comenzaron a dar la idea de poder comprar uno nuevo, así que Mundi creó un crowdfunding (si queréis donar, aún estáis a tiempo) para las microdonaciones con un objetivo de 160 euros, pero la cifra hace días que quedó muy atrás. Carolina se ha comprometido a donar lo que sobre a la Red de Cuidados de Moratalaz, un movimiento ciudadano voluntario que ante la crisis del coronavirus ayuda a los vecinos más vulnerables del barrio madrileño.
«Me dije: ‘Oye, ¿y si lo cuelgo en Twitter a ver qué pasa?’ La verdad es que sólo esperaba que los vecinos nos ayudasen a difundirlo, pero no que hubiese este movimiento», explica Carolina a OKDIARIO. Acto seguido, la joven le mandó un mensaje por WhatsApp para contar a Jacinto que lo había difundido en redes para ver si alguien se había puesto en contacto con él. «Me dijo que no, que nadie le había llamado. A él le gusta leer libros muy largos, me contó, por eso imagino que para él ha sido un disgusto perder el ebook. ¡No va a cargar hasta el parque con libros de 1.000 páginas!», comenta Carolina.
Carolina comprará el libro electrónico y se lo llevará a Jacinto de parte de todos los tuiteros que han puesto un poco de su parte. «Está alucinado con todo esto que está pasando, aunque él no entienda nada de redes. ¡La que has liado!, me dice cuando hablo con él. Yo también estoy muy contenta con todo lo que ha pasado, a veces Twitter, donde tanto se discute, también es un lugar precioso y solidario que hace posible este tipo de cosas tan bonitas», explica emocionada. Carolina, que tuvo que cerrar la lista de ‘mensajes directos’ de Twitter porque estaba desbordándose, ha prometido a todo el mundo que cuando lleve el regalo a Jacinto informará a través de la red social con documento gráfico incluido.
Jacinto no sabe qué es Twitter, ni sabe cómo funciona, ni qué personas están ahí a veces odiando y a veces amando en esta red social. Así somos. Pero, a veces, y sólo a veces, alguien pone una chispa de buena voluntad y se arma el fuego de la solidaridad.
Información de Ok Diario