"Yo sólo quiero lo mejor para ti": madres tóxicas
Las personas tóxicas no están presentes únicamente en el ámbito social o laboral, también podemos encontrarlas en el entorno familiar. Hoy hablaremos sobre las “madres tóxicas”.
¿Cómo identificarlas?
Ese tipo de toxicidad es ejercida de manera voluntaria o involuntaria y es movida por el amor o el propio interés. Las madres tóxicas establecen un vínculo negativo con sus hijos, dejando una probable marca en ellos que puede limitar su libertad o bienestar.
Ofrecen a sus hijos un amor hostigante e inmaduro. Proyectan sobre ellos sus inseguridades para reafirmarse personalmente, y así, tener mayor control sobre sus vidas y sobre la de sus hijos.
En una madre toxica, se esconde una clara falta de autoestima y autosuficiencia que les obliga a ver en sus hijos “esa tabla de salvación” a la cual controlar para tener siempre a su lado y cubran sus carencias.
El ver que sus hijos empiezan a ser autónomos, que ya no las necesitan tanto y que poco a poco son capaces de hacer su vida, supone para ellas una gran ansiedad, puesto que temen ante todo quedarse solas. De ahí, que sean capaces de desplegar “hábiles artimañas”, para seguir teniéndoles cerca.
Personalidad controladora:
“Yo solo quiero lo mejor para ti”
El control llevado a cabo desde la justificación del cariño, es el peor acto de la sobreprotección. Las madres impiden con ello que los hijos sean autónomos, capaces y valientes. Y aún más, que aprendan de sus errores. Para ellas, control es sinónimo de seguridad.
Se proyectan sobre sus hijos:
“Quiero que llegues a hacer aquello que yo no pude ser”
En ocasiones las madres toxicas proyectan en sus hijos los deseos incumplidos de su propio pasado, sin preguntar si quiera qué es lo que ellos desean, sin darles opción a elegir, pensando que con ello, les demuestran un amor incondicional, cuando en realidad, es un falso amor. Un amor interesado.