La Luna volverá a ser la protagonista el 31 de enero próximo, día en el que una superluna, la segunda del mes, producirá un eclipse total, con lo que habrá una coincidencia que no se produce desde 1982, informó hoy el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC, España).
La coincidencia de una superluna que además será la segunda Luna llena del mes y el eclipse total se llama en algunos medios estadounidenses Luna azul, algo que nada tiene que ver con su color, explica el IAC en un comunicado.
Los cálculos indican que desde 1982 no se produce esta coincidencia, que no tendrá ninguna implicación para la Tierra.
Desde el punto de vista astronómico, el mayor interés reside en las observaciones y medidas tomadas durante el transcurso del eclipse total, añade la nota de prensa.
Los eclipses lunares ocurren cuando pasa por la sombra de la Tierra, lo que no sucede todos los meses porque la órbita de la Luna está ligeramente inclinada con respecto a la de la Tierra-Sol (eclíptica).
A diferencia de los eclipses solares, los lunares son visibles desde cualquier lugar del mundo, una vez que la Luna está sobre el horizonte en el momento del eclipse, recuerda el instituto.
Durante la totalidad del proceso, la Luna no desaparece de la vista, sino que adquiere una tonalidad rojiza, razón por la que en las redes sociales se la conoce como "Luna de sangre".
La atmósfera de la Tierra, que se extiende unos 80 kilómetros más allá del diámetro terrestre, actúa como una lente desviando la luz del Sol, al tiempo que filtra eficazmente sus componentes azules, dejando pasar solo luz roja que será reflejada por la Luna, dándole un resplandor cobrizo característico.
Según datos proporcionados por la NASA, en 2018 se producirán dos eclipses totales de Luna, el 31 de enero y el 27 de julio.
El primero de ellos será visible, completamente, desde Australia y el Oriente asiático, mientras que su observación desde Europa no será posible.
Para el segundo, se podrá ver la fase final desde Europa y habrá que esperar hasta el 21 de enero de 2019 para ver todas las fases de un eclipse total de Luna.
Debido a que la órbita de la Luna es una elipse, hay momentos que se encuentra más cercana a la Tierra -perigeo- y otros más alejada -apogeo-.
Durante las superlunas (la Luna llena se produce cerca del perigeo), el diámetro lunar puede aumentar hasta en un 14 %, y su brillo, alrededor de un 30 %, respecto a una Luna llena en el apogeo.
En la situación más favorable, una superluna tendrá un diámetro de cuatro minutos de arco mayor que una Luna llena en el apogeo; es decir, el incremento de diámetro angular de la superluna es de solo la quinceava parte del tamaño angular de nuestro dedo meñique si se observa con el brazo extendido, lo que es muy difícil distinguir a simple vista, concluye el comunicado.
Apenas es primero de enero y ya la Súper Luna que salío en la capital inglesa se convirtió en la imagen del día.
Esta imagen es de la SúperLuna que se levantó en County Hall en Londres, Gran Bretaña, el 1 de enero de 2018.
La primera luna llena del año lleva el nombre ('Full Wolf Moon') de los lobos y es la segunda de una serie de tres 'Supermoons', llamada 'Supermoon trilogy' '.
La primera súper luna apareció en el cielo el 3 de diciembre de 2017 y la última aparecerá el 31 de enero de 2018, según la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).
Una 'Supermoon' comúnmente es una luna llena en su distancia más cercana a la tierra con la luna apareciendo más grande de lo normal.
Varios fenómenos importantes protagonizados por la Luna tendrán lugar este próximo año 2018, por lo que podría ser considerado "el año de la Luna", según afirmó el astrónomo yucateco, Eddie Salazar Gambo.
Entre los eventos esperados se encuentran un eclipse lunar y varias lunas llenas. También habrá un conjunto de fenómenos arqueoastronómicos en los que el satélite ilumina la Tierra y produce las mareas directamente relacionadas con ciclos de la vida en los mares y la superficie terrestre.
Al menos 13 lunas llenas habrá el año entrante y en el mes de enero habrá dos de éstas, el día 1 y el 31. En el mes de marzo también habrá dos lunas llenas, el día 2 y 31 de ese mes, y a partir de marzo se presentará una por cada mes (nueve lunas llenas), explicó.
Asimismo, detalló que cuando hay dos lunas llenas en un solo mes, a la segunda se le llama "luna azul", por lo tanto, este próximo año habrá dos lunes azules.
De igual manera, destacó que la luna llena del próximo 1 de enero se puede calificar como extraordinaria, porque se trata de una "súper luna", pues coincide con su perigeo, es decir que estará en su punto más cercano a la Tierra.
El astrónomo agregó que el 31 de enero habrá un eclipse total de luna, pero en la Península de Yucatán sólo se podrá observar el 50 por ciento del fenómeno.
Será una gran ocasión. El domingo por la noche, se espera que se produzca la primera, y última, superluna del año.
Los fenómenos astronómicos serán posibles de observar el 3 de diciembre de este año, el 1 de enero de 2018 y 31 del mismo mes.
Las previsiones indican que supondrá una magnífica oportunidad para contemplar el satélite de la Tierra en todo su esplendor.
Astrónomos y aficionados de todo el mundo ya se preparan para hacerlo.
De acuerdo con el portal especializado Space.com, las superlunas se dan cuando una luna llena coincide con el llamado perigeo lunar, el punto en el que la órbita del satélite se sitúa más cerca de la Tierra.
La órbita lunar no es circular sino ligeramente elíptica, lo que da lugar a que haya fases en las que se acerca más de lo usual a nuestro planeta. Y otras en las que se aleja.
Durante el pasado mayo, la Luna se acercó a unos 357.000 kilómetros de la Tierra, unos 26.000 menos de lo habitual.
Se espera que la luna llena de diciembre luzca un 14% más grande y un 30% más brillante de lo habitual.
Tom Kerss, astrónomo del Observatorio Real de Greenwich, en Reino Unido, le dijo a la agencia Press Association que el momento exacto de la luna llena, cuando la Luna se sitúe justo a la misma altura que el sol en el cielo, será a las 15.47 GMT.
Se conoce con el término de "luna fría" a la primera luna llena del mes de diciembre.
Más grande y más brillante
Según el científico, "la luna fría de este año estará más cerca de nosotros de lo habitual, lo bastante como para que se la califique como una superluna de acuerdo con la definición generalmente aceptada".
En noviembre del año pasado, la Luna alcanzó la distancia más cercana a la Tierra desde 1948, lo que dio lugar a una superluna histórica, pero la de este año también promete un gran espectáculo en el cielo.
De todos modos, la Luna tendrá durante toda la noche un aspecto más grande y brillante que de costumbre.
Ceres podría albergar uno de los más grandes hallazgos del espacio. El equipo de la misión Dawn de la NASA ha descubierto minerales con agua diseminada, lo que podría significar que el planeta pudo haber haber albergado un océano en el pasado. Dos estudios han arrojado luz a esta posibilidad y han lanzado varias preguntas como qué pudo haber pasado con él y si todavía podría haber agua en Ceres.
Julie Castillo-Rogez, científica del proyecto Dawn y coautora de los estudios, afirmó que cada vez están aprendiendo más sobre Ceres, "un mundo complejo y dinámico que puede haber albergado una gran cantidad de agua líquida en el pasado, y aún puede tener algo subterráneo".
El primer estudio afirma que la corteza encontrada podría formar parte del antiguo océano y es una mezcla de hielo, sales y materiales hidratados que muestran una actividad geológica pasada o hasta reciente. La investigación realizada por Anton Ermakov, un investigador del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, apoya la posibilidad de que Ceres sea geológicamente activo, ya sea en el presente o un pasado reciente. Esta conclusión se basa en que los cráteres Occator, Kerwan y Yalode, y la montaña Ahuna Mons registraron anomalías gravimétricas basándose en los datos orbitales obtenidos por el equipo de la misión Dawn.
La segunda investigación pone de relieve que puede haber una capa más blanda debajo de la corteza, y que esta podría albergar el líquido que demostraría la presencia del océano. El estudio surgió después de que Michael Bland, del Servicio Geológico de Estados Unidos, indicara que el hielo es demasiado blando para ser el componente dominante de la corteza de Ceres. Esto choca con la investigación de Ermakov que afirma que la densidad de la corteza es baja y podría ser más cercana a la del hielo que la de las rocas. Entonces, ¿cómo puede la corteza de Ceres ser tan ligera como el hielo en términos de densidad, pero a la vez mucho más fuerte?
Para responder a esta pregunta, Roger Fu, de la Universidad de Harvard en Cambridge, investigó la fuerza y la composición de la corteza de Ceres y su interior más profundo mediante el estudio de la topografía del planeta.
Los investigadores descubrieron que la corteza puede ser una mezcla de hielo, sales, roca y un componente adicional que podría ser hidrato de clatrato, una jaula de moléculas de agua que tiene una estructura de 100 a 1.000 veces más fuerte que el hielo de agua a pesar de tener casi la misma densidad.
Con información de: https://hipertextual.com