Cuba abre las puertas del primer centro comercial de lujo
En el corazón de la capital de una nación fundada sobre ideales de igualdad social, el brazo comercial de las fuerzas armadas cubanas ha transformado una vieja galería comercial en un templo del capitalismo.
Con la llegada de los primeros locales de L´Occitane, Mont Blanc y Lacoste, la Manzana de Gómez se ha convertido en un fenómeno sociocultural desde que abrió hace pocas semanas y los cubanos se pasean azorados por sus corredores brillosos.
Las vendedoras del nuevo local de L´Occitane en Provence de La Habana ganan 12.50 dólares al mes. Una botella de eau de toilette de acacia cuesta 95.20 dólares. A pocas puertas de distancia, una un reloj Bulgari cuesta 10 mil 200 dólares.
Los cubanos de más edad parecen asombrados al ver artículos que cuestan más que lo que van a ganar en toda su vida. Adolescentes y jóvenes adultos posan para fotos que publicarán en Facebook frente a las vidrieras de los negocios.
La Manzana tiene cinco pisos y está cerca del Prado, el boulevard arbolado que divide el corazón del sector colonial de la ciudad. En los pisos superiores abrirá oficialmente en junio un hotel de cinco estrellas propiedad de la agencia turística de los militares, Gaviota, administrado por la cadena suiza de lujo Kempinski.
A pocas cuadras, obreros cubanos viven en departamentos que se vienen abajo, en calles llenas de basura. Los sueldos oficiales han sido devastados por el estancamiento económico y apenas hay dinero para comprar alimentos. Las reparaciones de las casas y otros gustos deben esperar.
"Nos duele porque yo no puedo comprar", dijo Rodolfo Hernández Torres, un mecánico electrónico jubilado de 71 años que vive con una pensión de 12.50 dólares al mes.
"Hay gente que puede llegar a comprar aquí pero de diez hay uno. La mayoría del país no tiene sueldo" para estas cosas.
El boulevard Prado fue escenario de la primera muestra de consumismo en gran escala auspiciada por el estado. En mayo del año pasado el gobierno cerró la calle para montar un desfile privado de modas de Chanel para un público que incluyó a los actores Tilda Swinton y Vin Diesel y a la súper modelo brasileña Gisele Bundchen.
A muchos cubanos, les encantó el desfile de Chanel y adoran la Manzana de Gómez, que ven como un indicio de que el país sabe que su futuro depende de que se abra a la riqueza extranjera.
"Estas son tiendas para millonarios. Atraer a turismo con dinero, eso es desarrollo, capitalismo", manifestó Maritza García, de 55 años y empleada administrativa de una oficina.