Han pasado 21 años desde los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, donde perdieron la vida casi 3 mil personas.
Pero para muchas familias, nunca hubo un cierre, un cuerpo que llorar. Lo más cercano es la sección especial creada en el Museo y Memorial del 11-S, ubicado en donde se encontraban los cimientos de la Torre Norte del World Trade Center que se desplomó cuando un avión secuestrado por terroristas de Al-Qaeda se impactó allí. Otro impactaría en la Torre Sur, que también colapsó.
En dicha sección hay un muro azul que dice: “Ningún día te borrará de la memoria del tiempo”. Es el lugar de reposo de las víctimas no identificadas. Existe una sala en donde sólo los familiares de las víctimas pueden entrar, y donde una ventana permite ver las hileras de armarios que contienen los restos.
Sólo en el World Trade Center murieron 2 mil 753 personas, incluyendo pasajeros de los vuelos secuestrados, socorristas, personas que estaban trabajando en las torres. Todavía en 2006 se siguieron encontrando restos, recordó la televisora ABC News.
Del total de víctimas, aproximadamente 60% han sido identificadas, de acuerdo con la Oficina del Médico Forense en Jefe de la Ciudad de Nueva York (OCME, por sus siglas en inglés). En 2021 se identificaron las últimas dos víctimas. Mil 106 más permanecen sin identificar.
Los restos se ubican en esa sala que se ha convertido, para muchos familiares, en lo único a qué aferrarse, al no haber recibido nunca el cuerpo de sus seres queridos.
“Está diseñado de forma que, si algunas familias no están preparadas -para aceptar la muerte de sus seres queridos-, puedan seguir estando cerca de los restos pero sin poder verlos", dijo Jennifer Odien, antropóloga del World Trade Center en la Oficina del Médico Forense Jefe de la ciudad de Nueva York (OCME), al programa "Start Here" de ABC News.
Mark Desire, director asistente del departamento de biología forense de la OMCE, detalló a ABC que “el calor, el fuego, el combustible de los aviones, el agua, la luz solar, el moho y las bacterias presentes tras los atentados han hecho que muchos de los restos sean extremadamente frágiles para su análisis, por lo que su equipo ha tenido que triturar pequeños trozos de hueso para extraer el ADN. Algunos de estos fragmentos son tan pequeños que se obtiene una sola toma”, lamentó.
Cada año, el equipo forense se reúne con las familias el 10 de septiembre para darles una actualización.
“Han pasado 21 años. Cuando nos reunimos con ellos, nos preguntan si podemos prometerles que... nos aseguraremos de que los restos lleguen, porque lo único que quieren estos padres es volver a abrazar a su hijo antes de morir”, dijo.
Carl Gajewski, supervisor del laboratorio de ADN de la OCME, recordó un caso en el que el equipo reveló que había identificado a un hombre que murió el 11-S justo cuando su familia había viajado a Nueva York desde el extranjero. El equipo forense dio la noticia en persona a través de un intérprete.
“Ves la cara de la intérprete, porque se da cuenta en ese momento de lo que es, de lo que está pasando”, dijo a “Start Here”. “Simplemente hubo esta liberación visceral de energía de la madre y el padre. Creo que fue como una onda expansiva que nos atravesó a todos. Nunca lo olvidaré. Y al final, todos estábamos llorando y abrazándonos y ellos nos abrazaban a nosotros. Y ese es un momento que nunca olvidaré en mi vida”.
Este domingo se cumplen 21 años de los atentados del 11-S, cuando tres aviones pilotados por terroristas de Al Qaeda impactaron contra las Torres Gemelas y el Pentágono. En el vídeo que acompaña a esta noticia recuperamos las imágenes más impactantes de la jornada en una narración minuto a minuto de la mañana en la que los Estados Unidos fueron atacados. Los vídeos incluyen los momentos de los impactos en el World Trade Center, los saltos al vacío de algunas de las víctimas de las plantas superiores, los instantes en que las torres cayeron y las reacciones del entonces presidente estadounidense George W. Bush.
El 11 de septiembre de cada año, los estadounidenses celebran el Patriot Day o Día de los Patriotas, en memoria de los casi 3 mil muertos en los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Se realizan actos de recuerdo de las víctimas, como banderas a media asta, minutos de silencio, exposiciones, conciertos. Y también se exalta el patriotismo de Estados Unidos.
La mayor parte de los estadounidenses conocen a este día como Nine/Eleven (9/11) haciendo referencia a la fecha anglosajona de los atentados.
El Departamento de Estado y la Embajada y Consulado de los Estados Unidos en México alertaron este martes a sus ciudadanos y pidieron ser precavidos y mantener buena conciencia de la situación cuando viajen al extranjero.
Esto ocurre luego de que Estados Unidos llevara a cabo un ataque antiterrorista y mortal en Afganistán, en contra del actual líder de Al-Qaeda, Ayman al-Zawahiri lugarteniente de Osama Bin Laden.
“Después de la muerte de al-Zawahiri, los partidarios de al-Qa'ida, o sus organizaciones terroristas afiliadas, pueden tratar de atacar instalaciones, personal o ciudadanos estadounidenses”, alertó en un comunicado.
Recomendó a los ciudadanos estadounidenses a mantenerse un "alto nivel de vigilancia", así como a mantenerse atentos a noticias locales, mientras que los ciudadanos que se encuentren en el extranjero instó estar en contacto con la embajada o el consulado estadounidense más cercano, dado a que los ataques ocurren sin previo aviso.
“Estos ataques pueden emplear una amplia variedad de tácticas que incluyen operaciones suicidas, asesinatos, secuestros, secuestros y bombas” detalló.
Asimismo, pidió que en caso de planificar un viaje antes de partir de los Estados Unidos, los ciudadanos estadounidenses deben consultar los avisos de viaje específicos del país y las páginas de información en travel.state.gov, así como inscribirse en el Programa de inscripción de viajeros inteligentes (STEP) para recibir mensajes de seguridad y facilitar su localización en caso de emergencia.
Se cumplen 20 años del ataque terrorista más impactante de la historia: un 11 de septiembre, pero del 2001, diecinueve hombres secuestraron cuatro aviones comerciales estadounidenses cargados de combustible que se dirigían a varios destinos de la costa oeste. En total, 2.977 personas murieron en los ataques terroristas en la ciudad de Nueva York, Washington y en las afueras de Shanksville, Pensilvania.
En la frontera entre México y estados Unidos, el ataque marcó un hito: de inmediato se detuvo el cruce internacional.
Cientos de residentes y ciudadanos norteamericanos regresaron a territorio estadounidense, en busca de seguridad e información sobre lo sucedido.
Al reabrirse la frontera, las revisiones, tanto documentales como físicas a pasajeros y vehículos se intensificaron. Como resultado, de apenas media hora, una hora máximo que tardaba el tiempo de espera para cruzar, se aumentó hasta tres horas.
Esa ha sido la constante desde entonces: revisiones más estrictas en la aduana de la garita San Ysidro, entre Tijuana y San Diego.
Las largas filas llegaron para quedarse, desde hace 20 años, sin que desde entonces, por cierto, se haya incrementado la infraestructura para agilizar el cruce internacional.
Al final, quedó claro que ni México ni los mexicanos tuvieron nada que ver con los ataques, pero las medidas de seguridad no se retiraron y todo parece indicar, que seguirán vigentes de manera indeterminada.