AMLO, siendo jefe de Gobierno, prometió y cumplió a Edith González
Durante poco más de dos años, del 26 de enero de 2007 al 16 de abril de 2009, Edith González colaboró en páginas de EL UNIVERSAL y de EL UNIVERSAL Gráfico con una columna llamada "El Ombligo de Venus". Hoy falleció a la edad de 54 años.
A lo largo de sus colaboraciones compartió puntos de vista sobre temas que iban desde la historia del país y sus problemas actuales, hasta su trayectoria como actriz y madre de familia.
En su primera colaboración se presentó de la siguiente manera: "¿Quién soy? Soy chilanga, hija de Efraín y Ofelia, hermana de Víctor Manuel, madre de Constanza. No fumo ni bebo".
Criticó la "voracidad inmobiliaria" que se daba en las colonias Juárez, Condesa y Polanco, además de narrar que como parte de un grupo de vecinos de las entonces delegaciones Miguel Hidalgo y Cuajimalpa se reunió con el jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, para no autorizar la construcción del puente Hueyatlaco "y cumplió".
A continuación el texto íntegro de su primera colaboración aparecida en 2007:
EL OMBLIGO DE VENUS
Edith González, ciudadana de a pie.
¿Quién soy? Emulando a Guillermo Arriaga te diré: soy chilanga, sagitario, hija de Efraín y Ofelia, hermana de Víctor Manuel, madre de Constanza.
No fumo ni bebo. Como él, detesto a la gente pusilánime y admiro a los intensos, a los que van con todo.
Mido 1.66 y peso 52 kilos. Soy actriz por pasión y por necesidad.
¿Por qué escribir? Para darte el punto de vista de una persona como tú, la de lo cotidiano, la del ser de a pie.
He trabajado desde los cinco años y no creo por este hecho haber sido explotada. Al contrario, siento haber contribuido a la economía familiar.
Miembro activa del Partido Lírico de la Izquierda Suspirante (PLIS), no soy cursi, soy lo que le sigue.
Paradójica (como tú o cualquiera). Pertenezco fuertemente a mí misma. En realidad soy todas las mujeres que me habitan.
Como diría Gloria Fuertes: soy sólo una mujer y ya es bastante.
Mi profesión me da la oportunidad de conocer infinidad de concentraciones urbanas de todos los colores y sabores. En cada lugar hago amigos que por fortuna piensan y actúan distinto, de esta manera incremento mi riqueza espiritual y acervo cultural.
Llaman mi atención ciudades como Vancouver. Cada giro o uso del suelo se respeta. Nada se construye sin planeación, las leyes y reglamentos se respetan. Ese tipo de ciudades conservan su armonía, facilitando la convivencia humana. En las zonas comerciales ves comercio y no otra cosa, lo mismo con las dedicadas a los servicios y a la vivienda.
Esta reflexión la traigo a colación porque tengo en mis manos unas fotos de mis antepasados. ¡Qué increíble era la colonia Juárez! ¡Qué ganas de vivir en la Condesa! ¡Qué diálogo con la naturaleza en la Chapultepec Heights, ahora conocida como las Lomas de Chapultepec!
Hoy la Juárez está destruida, saturada de negocios, falta de estacionamientos, bueno, la diversión familiar y juvenil ha dado paso a los giros negros y a la corrupción. En la Condesa, la vida se torna imposible, sin ton ni son abren oficinas, restaurantes, tiendas; la gente emigra, no tienes lugar para estacionarte, etcétera. La Chapultepec Morales, alias Polanco, zona planeada para vivienda, con cinco grandes avenidas para la circulación de automotores, resulta insuficiente; cambió con los mismos problemas que las colonias arriba citadas.
Súmale el agudo problema de la carencia de agua potable y que nadie cuenta con soluciones a largo plazo, todas son parches coyunturales.
Da tristeza que circulas por ellas y eres testigo de la privatización de calles y banquetas. Burros, botellas, cubetas apartan ilegalmente lugares para estacionamiento, calles cerradas a la libre circulación, ¿y el derecho de paso?
La simulación, la corrupción, la carencia de un proyecto de ciudad y de un plan conjunto metropolitano con el Estado de México dan como resultado la anarquía que vemos todos los días.
Un puente controversial
Con el sonado problema de la construcción del puente de Hueyatlaco, tenemos un claro ejemplo de cómo se inician obras sin contar con todos los elementos jurídicos y técnicos para presentar hechos consumados y así intentar imponer obras contrarias al interés de la colectividad.
La compañía que construye el ilegal puente sobre la barranca de Hueyatlaco no acreditó el permiso para levantar estructuras sobre el cauce del río. Esa zona, en la parte que corresponde al Distrito Federal, se considera legalmente área verde y por lo pronto no existen indicios de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal cambiará el uso de suelo. ¿Quién se hará responsable del daño ecológico? En Huixquilucan -desde las administraciones municipal y estatal anteriores- se han construido desarrollos inmobiliarios sin las debidas vías de comunicación. Vecinos de la Miguel Hidalgo y Cuajimalpa nos reunimos en 2004 con el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, quien se comprometió a no autorizar la construcción del puente que nos ocupa, y cumplió. Me parece una decisión estratégica que debe sostener la nueva administración de la Ciudad de México. Debo aclarar al secretario de Comunicaciones del Estado de México, Gerardo Ruiz Esparza -quien declaró a la prensa que ese es un problema a resolver entre gobiernos y no por los vecinos, por lo cual, los habitantes de ambas entidades deben estar al margen-, que la práctica de la democracia por los ciudadanos es una cuestión de todos los días y no sólo con el acto de emitir un sufragio cada seis años.
Las ciudades son un bien público, usted sólo un administrador, un servidor público. Frenar la voracidad inmobiliaria, dar armonía al DF, a la zona metropolitana en su conjunto, es una obligación de los gobernantes; los ciudadanos debemos opinar, vigilar, proponer, participar.
Un ligero parpadeo. ¿Y Montiel? Pese a todas las irregularidades de su administración, sigue impune. ¿Qué país estamos construyendo?