El público del Rock, bien extraño: Roberto de Alba
Uno de los locutores icónicos en la historia de MORE FM es sin duda Roberto de Alba.
En octubre del 98 llegó a Tijuana, estudiaba comunicación.
Nos comenta que para hacer un diagnóstico de la ciudad, había que recorrer todo el dial de la radio y así saber qué escuchaban.
“Abundaban las estaciones con género grupero. No tengo nada en contra del género grupero, pero no me gustaban. Tendría 19 años y dándole al dial descubro MORE FM y me caso con MORE FM. Puro Rock en Español, Acceso al Pasado y ahí me quedo”.
Recuerda que a los días de estar escuchando la estación, lanzaron el casting: ¿Quieres pertenecer a MORE FM? ¡Te estamos buscando!
“Fui a hacer el casting, pasé el primer filtro. El segundo filtro. Y ya en el tercero me llaman, me dicen: nos gustas y así es como entré a MORE FM.
“Fue una de las mejores etapas de mi vida, tanto profesionales como personales, de amistades, de conocer y quererme comer el mundo”.
Roberto de Alba, a quien le decían “El Negro” o “Robin”, tiene infinidad de anécdotas.
“Nos toca presentar un concierto triple, de los que más les gustaba a la estación: Miguel Mateos, Enanitos Verdes y Los Fabulosos Cadillacs, en la explanada del Hipódromo Agua Caliente.
Estábamos ya en el concierto para por presentar a los artistas y en eso, me dice Andrés (Mendiolea): “Vas Negro”, súbete a presentar a Los Cadillacs. Imagínate el escenario, padrísimo, enfrente de mi unos 35 mil, 40 mil espectadores, además de los que estaban escuchando radio a través de la estación.
“Tenía que vender la estación, promocionarla, hacer conexión con los radioescuchas, aventarte el show y después de los comerciales, anunciar los conciertos que venían próximamente y ya sin más preámbulos, que les digo: bienvenidos, disfruten el concierto, pásenla de poca madre con los Cabulosos Fadillacs.
“Imagínate el oso tan impresionante que me aventé y el lapsus idiotus, pendejus. Fue carrilla durante días y meses y se va a quedar esa anécdota para toda la vida”.
SEGUIDORES EXTRAÑOS
“El público era muy variado”, nos comparte Roberto de Alba.
“Esa ambigüedad o atemporalidad que te da el rock. Nos daba públicos bien extraños. Nos escuchaban chavitos de 15, de 20, adultos jóvenes de 30, adultos de 40, impresionante, adultos de 50 que me saludaban “qué onda Robin, cómo te va.
“El público, creo que esa es la bondad que tiene la estación o el rock en general, porque te encuentras con generaciones nuevas, chavos de 15 o 20 años que les gustan rolas de hace 20 años, que les gustan rolas de Café Tacuba o La Cuca y obviamente el público cuarentón que crecimos con eso y que es lo que gustó y nos marcó”.
Continuará…