Sus Padres decidieron abandonarlo al nacer y un millonario lo adoptó.
Al ver que su pequeño no lucía como cualquier otro, entre la desesperación, los nervios del parto, el desconcierto de no entender el síndrome, el impacto fue mayor y apenas cargó a su bebé, le pidió a una enfermera que se lo llevara, que no quería verlo nunca más, incluso lo llamó ¨engendro¨ y el padre, decidió no verlo. Ambos se marcharon del hospital y dejaron a aquel bebé a su suerte, mencionaron que ojalá corriera con la suerte de ser adoptado aunque lo dudaban pero que ellos no lo querían. Nunca se volvió a saber más de ellos.
Después de un lapso de dos días, el bebé fue llevado a un orfanato en donde pasó toda su infancia pues ninguna familia lo quería por su aspecto. El pequeño tan solo optaba por mirarse en el espejo y desear ser otro, pues desde siempre había sido rechazado, era blanco de burlas, maltratos y desprecios. Incluso, en más de una ocasión intentó quitarse la vida pero afortunadamente no tuvo éxito.
A sus 12 años, un milagro ocurrió. Un anciano millonario que siempre donaba dinero a los orfanatos, se encontraba visitando las instalaciones de este cuando conoció a Jon. El millonario se conmovió al verlo tan triste y solo, bastó una corta charla para sentir una conexión especial con él, tomando la grandiosa decisión de adoptarlo, claro, anticipadamente le preguntó a Jon si deseaba ser su hijo, el niño no podía creer la propuesta del hombre pero saltaba de la felicidad, por fin tendría una familia, por fin alguien se había detenido a mirarlo.
Jon heredó toda la fortuna del millonario y en la actualidad, a sus 30 años de edad, con proyectos y sueños por realizar, es un hombre de bien que ha logrado entender el síndrome que padece y ahora lo acepta, incluso confiesa no sentir rencor alguno por el abandono de sus padres biológicos pues tuvo un gran padre adoptivo que llenó todos los vacíos.