La estatua romana que Hitler exigió para Alemania
"La Irakliotisa" es una escultura de mármol romana del siglo II d.C. que fue descubierta en 1944 por tropas del ejército nazi durante unas excavaciones en Grecia; por tal motivo Adolf Hitler buscó tener la pieza en su poder.
ABC informó que la pieza se trata del primer caso de robo de patrimonio cultural durante la ocupación alemana en Grecia. La escultura fue encontrada intacta en marzo de 1944, en la Plaza de los Tribunales de Tesalónica. El hallazgo fue por casualidad, pero su valor fue reconocido inmediatamente. Los alemanes entregaron la pieza a las autoridades griegas en una ceremonia de propaganda oficial, pero el mandatario alemán se enteró y exigió que la escultura fuera a Alemania.
Hitler apuntó que fueron los alemanes quienes hicieron el descubrimiento y la obra debía ir a su país y así fue. Por ello, en Alemania fue expuesta en el museo de Hitler en Linz y luego fue enviada al jardín de una casa de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del Tercer Reich.
El arqueólogo alemán G. Venzi encontró la estatua en una de las minas de sal de Altausse, en Austria, al término de la Segunda Guerra Mundial. Informó a las autoridades griegas y tras papeleo, y gracias al también arqueólogo Stylanos Pelekanidis, se consiguió que la escultura fuera recuperada en 1947.
En la obra que mide más de dos metros se representa a una mujer con un peinado idéntico al de las representaciones de la Emperadora Valeria Galeria. Aunque se desconoce su identidad, Jenny Veleni, directora del Museo Arqueológico de Tesalónica, considera que se trata de una figura importante de la sociedad romana, posiblemente la sacerdotisa Vevia Alexandra.
La escultura estará expuesta en “Memorias divididas 1940-1950: entre la historia y la vivencia”, en el Museo de Arte Moderno de Tesalónica.