Theresa May confirma que continuará como Primer ministra

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Tras la reunión protocolar con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, la primer ministra Theresa May dijo este  viernes que piensa continuar en el puesto con el apoyo del Partido Demócrata Unionista de Irlanda del Norte.

Frente a la residencia oficial, May dijo que su Partido Conservador y el partido irlandés colaborarán para “cumplir la promesa del Brexit” y que  el nuevo gobierno guiará las negociaciones de salida de la Unión Europea, previstas para comenzar en 10 días.

Los conservadores de la Primer ministra británica, se impusieron este jueves en la Cámara de los Comunes del Parlamento de Reino Unido, según los primeros resultados a boca de urna difundidos al cierre de los centros electorales, pero perdieron la mayoría absoluta que exigían para negociar la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

 




El Brexit comercial, entre el desastre o el compromiso

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El Universal,  Reino Unido, London, 

A lo largo de la zaga del Brexit, los equipos negociadores de Reino Unido y la Unión Europea (UE) se han venido fijando plazos.

Este jueves, cuando los jefes de Estado y de gobierno se reúnan en formato de videoconferencia, se vence uno más, el establecido para pactar el acuerdo que ofrezca certidumbre a las relaciones comerciales a partir del vencimiento del periodo de transición fijado para el próximo 1 de enero.

"El tiempo casi se ha agotado, debemos llegar a un acuerdo esta semana", afirma el ministro de Exteriores de Irlanda, Simon Coveney. También el equipo de Michel Barnier, jefe negociador europeo, maneja la cumbre del 19 de noviembre como la última oportunidad para que los líderes europeos puedan certificar el documento que evite el Brexit sin acuerdo económico con Europa. No obstante, a lo largo del divorcio las fechas límite no siempre se han respetado, han sonado más a tácticas negociadoras que a auténticos ultimátums.

El artículo 50 del Tratado de la Unión establece que una vez activado, el país miembro que solicitó la salida deberá concretarla en un plazo de dos años. Al final no fue así, el Brexit fue aplazado en tres ocasiones, del 29 de marzo de 2019 al 12 de abril, del 12 de abril al 31 de octubre y del 31 de octubre al 31 de enero de 2020.

Incluso el premier británico Boris Johnson, quien en repetidas ocasiones dijo que "tenemos que salir el 31 de octubre" y aseguró que preferiría morir en una zanja antes de pedir una prórroga, tuvo que ceder, al igual que su predecesora, Theresa May.

El líder de los conservadores británicos declaró en septiembre pasado que suspendería el diálogo si para octubre no había acuerdo. Las amenazas del inquilino del 10 de Dowining Street acabaron siendo pura pólvora mojada.

La fecha que permanece fija en el calendario como definitiva es el 1 de enero. Para evitar llegar al B Day con las manos vacías, las partes deben apretar el paso adoptando soluciones creativas, sólo así habrá tiempo suficiente para cumplir con el complejo proceso de ratificación. Al menos el Parlamento Europeo debe dar su visto bueno a lo pactado a nivel ministerial.

Las negociaciones llevan tiempo empantanadas en torno a la competencia leal, es decir, a la redacción de una normativa que garantice el piso parejo entre la industria británica y la comunitaria. Tampoco se ha resuelto el tema de la gobernanza, el mecanismo que permita la solución de futuras disputas ni el delicado y sensible capítulo de la pesca.

Los euroescépticos británicos han reclamado durante mucho tiempo el derecho a la autodeterminación de sus aguas, pero después de 47 años de membresía, las industrias pesqueras de la Unión y Gran Bretaña están fuertemente integradas dentro de un rígido marco regulatorio.

El presidente estadounidense, Donald Trump, reforzó en Johnson la idea de que más allá del Brexit, las "relaciones especiales" que en su momento tuvieron Churchill y Roosevelt volverían a ser una realidad. Para ello resultaba imperativo que Londres alcanzara la completa independencia de Bruselas, para así poder negociar un ambicioso acuerdo comercial que no esté sujeto a las reglas e intereses de la UE.

Tras ver cómo se desmoronaba su sueño junto con la caída electoral de Donald Trump el pasado 3 de noviembre, Johnson está obligado a llegar a un compromiso con Europa.

La UE es el mayor socio comercial de Reino Unido. La mitad de sus intercambios es con los europeos; el comercio con Estados Unidos, 72 mil millones dólares, equivale sólo al que tiene con Holanda, Irlanda y Bélgica.

En tiempos de histórica contracción económica a causa de las medidas preventivas para frenar la expansión del Covid-19, un Brexit sin acuerdo supondría un auténtico haraquiri.

A Johnson, un camaleón de la política que se le conoce por extender el cronómetro hasta el último minuto, le quedan ya sólo dos opciones: el desastre o el compromiso.



Reino Unido busca nuevos lazos con México tras Brexit.

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

El gobierno del conservador primer ministro Boris Johnson ha elegido a México como uno de los destinos para publicitar la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) y tratar de hacer realidad su ambición de convertir al país en actor global y pionero en el ámbito comercial. La campaña será lanzada desde el primer día en que Reino Unido deje de ser oficialmente miembro del bloque comunitario, el 1 de febrero.

Bautizada como "Ready to Trade", será implementada además en Australia, Brasil, Canadá, China, India, Japón, Singapur, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos. En total, participarán 17 ciudades. De acuerdo con el 10 de Downing Street, el objetivo es "tratar de profundizar nuestras relaciones con nuestros futuros socios globales".

A partir de la activación del divorcio con la comunidad europea, el 31 de enero a las 24:00 horas tiempo de Bruselas, el gobierno británico tendrá un periodo de transición de 11 meses para garantizar que las actividades comerciales no se vean perturbadas por la retirada del bloque.

Durante ese tiempo el Acuerdo Global entre México y la Unión Europea, en vigor desde 2000, seguirá rigiendo las relaciones comerciales entre mexicanos y británicos.

El Departamento de Comercio Internacional ha informado que durante dicho periodo buscará llegar a pactos con México para garantizar que el comercio no se vea interrumpido. "Si Reino Unido no alcanza un acuerdo con México, significará que no tendrá acuerdos comerciales preferenciales para exportar a México", indica el departamento encabezado por el ministro Conor Burns.

El gobierno británico describe a México como la segunda economía más grande de América Latina y el décimo mundial en población; 67% de los mexicanos tienen entre 15 y 64 años. El comercio bilateral entre los dos países sumó 4.4 mil millones de libras en intercambios de mercancías y 2.8 mil millones en servicios en 2018. Los consejeros del Departamento de Comercio identifican oportunidades de negocio en cuatro grandes sectores: infraestructura, educación, ciencias de la vida y energía.

Por ejemplo estiman que el gasto en salud de los mexicanos se ha incrementado hasta mil 138 dólares per cápita, al tiempo que el mercado de instrumentos médicos crece con rapidez. El consumo en este último rubro se estima que alcance este año los 14 mil millones de dólares y la mayor parte del equipo es suministrado por firmas extranjeras. Igualmente ven oportunidades en la construcción del Tren Maya, el cual pretende "conectar los principales centros turísticos de la península de Yucatán por medio de una línea ferroviaria de pasajeros y cargo de mil 525 kilómetros".

"Las empresas de Reino Unido con experiencia en ferrocarriles tienen la oportunidad de ayudar a cumplir con la fecha límite de finalización del proyecto en 2023". Afirman que además "hay apetito por la experiencia de Reino Unido" para la expansión de los aeropuertos de la Ciudad de México y Toluca, con una inversión de 103 millones de dólares; y la transformación de la base militar de Santa Lucía en una civil, con un costo de 4.15 mil millones de dólares.

Buscan mitigar impactos. Algunos economistas pronosticaron en su momento que Reino Unido entraría en recesión como resultado del voto favorable a salir de la UE en 2016. Si bien no ha sido el caso, el Brexit ya ha dejado en la economía británica una estela de daños. El crecimiento del PIB pasó de 1.8% en 2016 a 1.2% en 2019, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Los economistas de la agencia Bloomberg, estiman que el costo del Brexit fue de 154 mil millones de euros entre junio de 2016 y 2019, equivalente a 3% del PIB.

La calificadora S&P tiene un balance similar: si la permanencia hubiera triunfado en la consulta pública la economía del país hubiera crecido adicionalmente entre 2.4% y 3% hasta finales de 2018. Otro de los grandes perdedores es la libra esterlina, que desde junio de 2016 vale 17% menos en comparación con el dólar. Esto significa mayor inflación, importaciones más caras y caída del poder de compra.

"La salida de Reino Unido de la UE el 31 de enero sólo pondrá fin a la primera fase de incertidumbre comercial relacionada con el Brexit", indica un reporte del Centro de Investigación Rand Corporation.

"Es probable que los costos para la economía de Reino Unido continúen durante el periodo de renegociación con la UE y aumenten con el tiempo. A finales de 2020, el PIB de Reino Unido podría disminuir en 5.5 mil millones de dólares".



May dimitirá 7 de junio y abre la sucesión en el Gobierno británico

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EFE,  Reino Unido, London, 

La primera ministra británica, Theresa May, muy presionada por sus ministros y diputados, comunicó este viernes su dimisión como líder conservadora el próximo 7 de junio, aunque permanecerá en el cargo hasta la elección de su sucesor.


Visiblemente emocionada, May tiró hoy finalmente la toalla al fracasar todos sus intentos por materializar el "brexit" o salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), su principal cometido cuando se hizo cargo del Gobierno en julio de 2016.


Ante la puerta de su residencia oficial del 10 de Downing Street, la política "tory" informó de que ha comunicado a la reina Isabel II su intención de dimitir el 7 de junio y de iniciar después el proceso para elegir al nuevo líder del Partido Conservador, proceso que se espera quede completado a finales del próximo julio.


El principal aspirante a sucederle es el exalcalde de Londres y antiguo ministro de Exteriores, Boris Johnson, quien desde su cuenta de Twitter destacó hoy el "digno discurso" de May y su "estoico servicio" a su formación y al Reino Unido.


En su declaración al país, la todavía "premier" dijo que "siempre lamentará profundamente" no haber podido ejecutar el "brexit" y conminó a su sucesor en el Gobierno a tratar de hallar un consenso en el Parlamento para lograr dejar el bloque europeo.


"He hecho todo lo posible" para materializar el "brexit", después de que los británicos votaran a favor de salir de la UE en el referéndum celebrado en el Reino Unido el 23 de junio de 2016.


"He luchado para hacer que el Reino Unido sirva no solo a unos pocos privilegiados sino a todo el mundo y cumplir con el resultado del referéndum", afirmó May, quien iba vestida de rojo.


"Pronto dejaré el trabajo que para mí ha sido el honor de mi vida: servir. ¿Segunda primera ministra?, ciertamente no seré la última. Lo digo sin animadversión, sino con una enorme gratitud por haber tenido la oportunidad de servir al país que amo", afirmó May, quien es la segunda jefa de Gobierno tras Margaret Thatcher.


Al justificar sus esfuerzos para concretar el "brexit", la política, de 62 años, recalcó que el referéndum de 2016 no fue solamente una votación a favor de salir de la UE, sino de "un profundo cambio en nuestro país, una llamada para hacer del Reino Undo un país que realmente sirva a todo el mundo".


A pesar de la profunda crisis por la que atraviesa el Reino Unido a causa del difícil proceso del "brexit", May estará al frente del Ejecutivo cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haga su visita de Estado entre el 3 y el 5 de junio.


Desde la oposición, el líder laborista, Jeremy Corbyn, pidió la "inmediata" convocatoria de elecciones generales y calificó al Partido Conservador de formación "dividida y desintegrada".


"El Parlamento está bloqueado y los conservadores no ofrecen soluciones a los otros retos a los que se enfrenta el país", dijo.


En julio de 2016, May sucedió a David Cameron cuando éste comunicó su dimisión el 24 de junio de ese año -al día siguiente del plebiscito- y el país iniciaba el tortuoso camino de romper los lazos con Bruselas tras más de 40 años de participación.


Sin embargo, ese camino fue más difícil de lo esperado y pronto quedó claro que el país estaba dividido por la mitad -entre los favorables a la UE y los que no-, lo que hizo casi imposible encontrar el consenso suficiente para que el acuerdo que May había negociado con Bruselas pudiera superar el trámite parlamentario.


Pese a todo, May hizo constantes esfuerzos por sortear los obstáculos en medio de las devastadoras presiones del ala más dura de los conservadores: los euroescépticos.


May intentó tres veces, sin éxito, que la Cámara de los Comunes aprobara su pacto del "brexit", pero la última carta que se jugaba, la de presentar otra vez el acuerdo con nuevas medidas, entre ellas un posible segundo referéndum, acabó por tumbarla del poder.


El miércoles, la líder del grupo conservador en la Cámara de los Comunes, Andrea Leadsom, a cargo de la agenda parlamentaria del Gobierno y figura destacada del Ejecutivo presentó su renuncia en desacuerdo con la forma en que May había gestionado el "brexit".


El Reino Unido tiene fijada la retirada de la UE para el próximo 31 de octubre tras solicitar un retraso del día inicialmente establecido del 29 de marzo de 2019.



May admite que no tiene suficientes votos para aprobar su acuerdo de "brexit"

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

La primera ministra británica, Theresa May, admitió este lunes que todavía no cuenta con suficientes apoyos en la Cámara de los Comunes para que sea aprobado su acuerdo para la salida de la Unión Europea (UE), rechazado ya en dos ocasiones.


Por este motivo, la líder conservadora no prevé de momento someter el texto a votación parlamentaria por tercera vez, después de que ya fuera descartado con contundencia el 15 de enero y el 12 de marzo.



Trump y May se reconcilian y muestran voluntad de acuerdo tras el "brexit"

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EFE,  United States, Washington, 

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera ministra británica, Theresa May, mostraron hoy una mutua voluntad de llegar a un "ambicioso" acuerdo comercial tras el "brexit", tras aparcar sus diferencias por un ataque del político sobre el modo en que afrontaba la salida de la Unión Europea (UE).

El día comenzó agitado para la "premier", quien después de agasajar a Trump con una suntuosa cena de gala en el palacio que vio nacer a Winston Churchill, no esperaba la cornada en forma de entrevista que le dio su invitado en las páginas del diario sensacionalista The Sun.

No habrá acuerdo comercial con el Reino Unido si May sigue adelante con su plan de un "brexit" blando, dijo el mandatario en la entrevista para, poco después, acabar retractándose y pidiendo disculpas a May.

El encuentro que ambos mandatarios mantuvieron en la residencia campestre de Chequers (sureste inglés) sirvió para acercar posturas y, en la rueda de prensa conjunta que ofrecieron a su término, brindaron una imagen de unidad y entendimiento.

Trump dijo que para su Gobierno "estará bien" lo que sea que haga el Ejecutivo británico en relación al "brexit", mientras que May destacó que el estadounidense ha accedido a perseguir "un ambicioso acuerdo comercial" una vez el Reino Unido abandone la UE.

No escatimó elogios hacia la líder conservadora, a la que calificó como "una mujer excelente", aunque también opinó que Boris Johnson, quien dimitió en desacuerdo con la estrategia gubernamental del "brexit", sería "un gran primer ministro".

Sobre la entrevista, Trump se excusó diciendo que había dicho "muchas cosas buenas" sobre May que no fueron incluidas en los titulares del tabloide y la primera ministra le restó importancia al asunto asegurando que "es solo la prensa".

Asimismo, el presidente señaló que él y la líder conservadora coincidieron en la necesidad de frenar el desarrollo de armas nucleares por parte de Irán, en estrechar la cooperación en defensa y "en la importancia de controlar la inmigración para detener el terrorismo".

Después del fructífero encuentro, Trump se trasladó junto a su esposa al castillo de Windsor, donde les esperaba su otra gran cita de la jornada, la reina Isabel II.

El matrimonio pasó con la monarca, que ha recibido a una docena de presidentes de Estados Unidos en su más de medio siglo de reinado, casi una hora en la que contemplaron un desfile militar y compartieron un tradicional té inglés.

A apenas 40 kilómetros de esa idílica estampa, miles de personas se concentraban en la plaza de Trafalgar al grito de "Dilo alto y claro, Donald Trump no es bienvenido aquí".

La movilización, convocada por la plataforma Together Against Trump, reunió según la organización a unas 100.000 personas que, equipadas con pancartas, camisetas reivindicativas, pitos y cacerolas formaron una de las protestas más multitudinarias desde las de 2003 contra la guerra de Irak.

Además, la plataforma Women's March London contabilizó a 50.000 personas esta mañana en una marcha anti-Trump que recorrió el centro de Londres, mientras que el globo gigante de un "bebé Trump" en pañales se alzó enfrente del Parlamento de Londres durante dos horas, causando la euforia de la multitud congregada.

Pero no solo en la capital se registraron protestas, sino que alrededor de todo el Reino Unido, en ciudades como Belfast (Irlanda del Norte) o Glasgow (Escocia) la gente también salió a las calles como muestra de rechazo a la presencia de Trump.

Precisamente es a esta ciudad escocesa donde el líder republicano y su mujer se han trasladado esta tarde para culminar, de manera privada, su visita al Reino Unido.

Un fin de semana, sin agenda oficial, que está previsto que pasen jugando al golf, aunque también se esperan manifestaciones.

El próximo lunes 16 de julio Trump viajará a Helsinki para reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, una reunión de la que, según manifestó hoy, "pueden salir cosas sorprendentes".