Vivir con un hombre equivale a 7 horas extras de trabajo: Ciencia
Resulta que las mujeres que se casan o que comienzan a vivir en pareja, suman siete horas extra de trabajo a su jornada semanal. Así es, 7 horas. Vivir con un hombre cansa (y mucho), lo dice la ciencia.
Según la Universidad de Michigan, vivir con un hombre (tu pareja) resulta agotador. Así que si constantemente estás cansada, “no eres tú, es él”.
Este estudio estadounidense sacó a luz un tema que deberían conversar todos aquellos que viven con sus parejas: compartir techo con un hombre cansa a las mujeres. Tomen eso, caballeros.
En pocas palabras, compartir casa con un hombre, equivale a (casi) una jornada laboral entera. Sí, el simple hecho de cohabitar.
Frank Stafford, del Instituto de Análisis Social de la Universidad de Michigan, explicó que como generalmente los hombres eran los que pasaban más tiempo fuera de casa (por aquello de la tendencia machista), las mujeres eran las encargadas de las tareas hogareñas.
Por ello, la situación es aún peor para las mujeres que tienen hijos, ellas desempeñan tantos papeles que cobrarían una fortuna por horas extra.
Fue así como descubrieron que las mujeres solteras dedicaban menos tiempo a su casa con 12 horas de trabajo a la semana, las casadas les doblaban el tiempo y los hombres en promedio solo estaban 6 horas trabajando en el hogar. No es reclamo, que quede claro. Es tendencia.
Por supuesto es un estudio que analiza el comportamiento de parejas en un (larguísimo) lapso de tiempo, la investigación inició en 1968 y concluyó apenas en la primera década de los dos mil.
Es evidente entonces que a mediados de los 70 la desigualdad de género haya sido más que notoria. En aquel momento, las mujeres (las que participaron en el estudio) dedicaban 26 horas a la semana a limpiar. En la actualidad esa cifra ha disminuído a 10 horas a la semana.
Hoy, afortunadamente, hay una reasignación en las labores del hogar y aunque en promedio vivir con un hombre sí equivale a 7 horas extra de trabajo, estamos trabajando en ello (como dicen los políticos).