En todo México hay un solo lugar donde se puede comprar legalmente un arma. Está escondido en un edificio anónimo de una base militar en la CDMX, atendida por soldados.
Quienes entran deben dejar sus celulares, tabletas o cámaras; quitarse gorras y pasar a través de un detector de metal. Las armas se mantienen en cajas de cristal cerradas con llave.
La Constitución mexicana garantiza el derecho de los ciudadanos a tener una pistola y rifles de cacería para defensa personal y deporte. Sin embargo, para que legalmente tengas en tus manos un arma, es necesario superar una serie de obstáculos burocráticos mucho más estrictos que en Estados Unidos y, para varios, también implica viajar grandes distancias para llegar a la única tienda de armas del país.
De hecho, es posible que la mayoría de los habitantes de México no tengan idea de la Dirección de Comercialización de Armas y Municiones de la Secretaría de la Defensa Nacional, simplemente porque está prohibido que anuncie lo que vende e incluso la propia existencia de la tienda.
En la tienda de armas se pueden encontrar 27 marcas, desde la estadounidense Colt, la austriaca Glock y la italiana Beretta, hasta la mexicana Mendoza y Trejo.
Los mexicanos pueden comprar legalmente una pistola para proteger su casa, mientras que miembros de clubes de cacería y tiro pueden adquirir hasta nueve rifles de un calibre no mayor a .30 y pistolas de hasta calibre 12, dijo el coronel Eduardo Téllez Moreno, director de la tienda de armas.
Al menos seis documentos son necesarios para comprar un arma en la tienda oficial: certificado de nacimiento, una carta de su trabajo, una sobre no antecedentes penales, un comprobante de domicilio, una identificación oficial y el registro del seguro social.
Los propietarios de armas deben registrarlas y es prácticamente imposible conseguir un permiso de portación.
Recientemente, Alejandro Lozano llegó a la tienda para recoger un rifle de cacería después de esperar una semana mientras su documentación era procesada. Dijo que tiene una pistola en su casa, pero que desearía poder llevarla consigo a todos lados para protegerse de asaltos.
"Quisiéramos que nos dejaran tener portación del calibre que sea como en los Estados Unidos" dijo Lozano.
Defensores de las armas dicen que si se reducen las restricciones, la gente podría protegerse de grupos armados que aterrorizan y extorsionan en varias partes del país.