California enviará 400 soldados a la frontera pero sin labores de inmigración
El gobernador de California, Jerry Brown, anunció hoy que enviará 400 soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México, pero aclaró que no desempeñarán labores relacionadas de alguna manera con la inmigración irregular.
"Seamos muy claros acerca del alcance de esta misión. No será una misión para construir un nuevo muro. No será una misión para acorralar a mujeres o niños o para detener a la gente que escapa de la violencia y que busca una vida mejor. Y la Guardia Nacional de California no hará cumplir leyes federales de inmigración", puntualizó el gobernador demócrata.
"Estos son los hechos: no hay una oleada masiva de inmigrantes llegando a California", añadió.
Brown comunicó hoy su decisión a través de una carta dirigida a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristjen Nielsen, y al secretario de Defensa, James Mattis.
El gobernador californiano detalló que los 400 soldados de refuerzo en la frontera permitirán a la Guardia Nacional "hacer lo que hace mejor", unas funciones que resumió en la lucha contra las pandillas, contra el tráfico de personas y de armas, y contra el narcotráfico.
"Combatir estas amenazas criminales son las prioridades de todos los estadounidenses: republicanos y demócratas", consideró.
California, un estado que se ha erigido en un emblema de la resistencia al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respondió de esta manera a la orden de la Casa Blanca para desplegar soldados de la Guardia Nacional en la frontera con México con el objetivo de combatir la inmigración irregular.
Con los 400 soldados aportados por California, en total serán por ahora unos 2.000 los desplegados entre los cuatro estados estadounidenses fronterizos con México.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, anunció su intención de llegar a mil soldados en las próximas semanas, mientras que el gobernador de Arizona, el también republicano Doug Ducey, ha desplegado 338.
Por su parte, la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, también republicana, se comprometió a enviar un contingente que alcanzará los 250 militares.
Trump dijo que quería mandar entre 2.000 y 4.000 efectivos a proteger la frontera, mientras que el Pentágono autorizó el pasado viernes el uso del límite mayor de esa horquilla.
La ley estadounidense prohíbe usar a los militares para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional, por lo que la Guardia Nacional tendrá un papel limitado en la frontera y no podrá dedicarse a detener inmigrantes que lleguen a la zona limítrofe.
Trump no es el primer presidente estadounidense que envía militares a la frontera mexicana: George W. Bush ordenó en 2006 desplegar allí a unos 6.000 miembros de la Guardia Nacional, y Barack Obama destinó a 1.200 efectivos de ese mismo cuerpo en 2010.