Gina Haspel, la primera mujer que dirigirá la CIA

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El Universal,  United States, Washington, 

Este jueves se destrabó finalmente en el Senado de Estados Unidos el nombramiento de Gina Haspel como nueva directora de la CIA, de acuerdo con un reporte de "The Washington Post".

De acuerdo con el rotativo, la designación de Haspel, quien acumula tres décadas de trabajo en la agencia de inteligencia, fue posible gracias a que varios legisladores demócratas terminaron aceptando su postulación, en parte por el arduo cabildeo realizado por la propia agencia en las últimas semanas.

Las resistencias a su designación se nutrían de preocupaciones reiteradas sobre el papel que jugó en el brutal interrogatorio de sospechosos terroristas después de los hechos del 11 de septiembre de 2001, el peor ataque terrorista sufrido por Estados Unidos en su suelo.

Haspel habría estado involucrada en la tortura de presuntos terroristas tras los ataques que borraron del mapa a las torres gemelas de Nueva York, en un hecho atribuido al grupo radical islámico Al-Qaeda.

También habría estado relacionada con la creación de cárceles secretas en las que se presume se realizaron interrogatorios bajo tortura.

De acuerdo con el rotativo, Haspel habría sido beneficiada por la labor de convencimiento que realizaron, dos ex directores de la CIA, John Brennan y Leon Panetta, quienes persuadieron personalmente a varios legisladores.





Candidata a la CIA no reanudará las torturas "bajo ninguna circunstancia"

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EFE,  United States, Washington, 

La candidata del presidente de EE.UU., Donald Trump, para dirigir la CIA, Gina Haspel, se comprometió hoy a no reanudar "bajo ninguna circunstancia" el programa de torturas que la agencia puso en marcha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, aunque evitó posicionarse como un contrapeso al presidente.

Haspel se enfrentó a una dura audiencia en el comité de Inteligencia del Senado, donde los demócratas trataron de arrancarle el compromiso de plantar cara a Trump si le pide reanudar el programa de torturas, tal y como prometió el gobernante durante la campaña para las elecciones de 2016.

"No creo que el presidente me pidiera eso", llegó a decir Haspel para frustración de los demócratas.

Sin embargo, aseguró que "su código moral" es fuerte y que, si Trump le pone en esa disyuntiva, no reanudaría el programa de interrogatorios instaurado por el Gobierno de George W. Bush y en el que se incluían técnicas de ahogamiento simulado, humillaciones, privación de sueño y golpes.

"No permitiría a la CIA llevar a cabo ninguna actividad inmoral, incluso si fuera técnicamente legal, no lo permitiría. La CIA debe emprender actividades coherentes con los valores estadounidenses", aseguró Haspel, quien reafirmó su compromiso con el "código moral más estricto" adoptado en los últimos años por Estados Unidos.

Las técnicas de tortura de la CIA fueron prohibidas en 2009 por el entonces presidente Barack Obama y el Congreso legisló en contra de esos métodos en 2015.

"No reanudaré bajo ninguna circunstancia el programa de interrogatorios de la CIA, bajo ninguna circunstancia", prometió.

Haspel ha trabajado durante 33 años como agente encubierto y solo en las últimas semanas la CIA ha divulgado el destino de algunas de sus misiones, en un esfuerzo de transparencia por lavar la imagen de la agente y cosechar el apoyo de una mayoría de senadores para su confirmación.

Por lo que más preocupación expresaron los senadores fue sobre el papel que Haspel jugó en 2002 cuando se encargó de supervisar una cárcel secreta que la CIA tenía en Tailandia y donde fueron interrogados dos sujetos acusados de pertenecer a Al Qaeda: Abu Zubaida y Abd al Rahim al Nashiri.

Abu Zubaida fue interrogado antes de que Haspel se hiciera cargo de la cárcel y fue sometido 83 veces a la técnica de ahogamiento simulado, que consiste en verter agua sobre el rostro cubierto con una tela para provocar la sensación de asfixia al interrogado.

Mientras tanto, con Haspel ya al frente de la cárcel de Tailandia, al Nashiri sufrió tres veces esa práctica, según informes hechos públicos por el Congreso.

La CIA cerró la prisión de Tailandia en 2002 y Haspel pasó a trabajar para José Rodríguez, director de los Servicios Clandestinos de la agencia de inteligencia.

En 2005, a petición de Haspel y sin el visto bueno de la Casa Blanca, Rodríguez ordenó la destrucción de las 92 cintas de vídeo en las que se documentaron las torturas.

Preguntada hoy sobre esos hechos, Haspel aseguró que ella defendió "absolutamente" la destrucción de las cintas porque, aunque nunca las visualizó, sabía que aparecían los rostros de los autores de los interrogatorios y eso les convertía en un posible objetivo de Al Qaeda.

Haspel aseguró que la CIA ha aprendido algunas "lecciones difíciles", pero también pidió a los senadores que recuerden el contexto que siguió a los atentados del 11 de septiembre, cuando Estados Unidos temía volver a sufrir otro ataque en su territorio.

Para defenderse de las críticas de los senadores, les recordó sin ningún pudor cómo tuvo que "dormir en el suelo" en algunas bases militares, las dificultades a las que se enfrentó como mujer y algunas de sus misiones más peligrosas, por ejemplo como agente encubierto en Etiopía y Turquía durante la Guerra Fría.

"Después del 11 de septiembre no me senté detrás de un escritorio, di un paso al frente. No me quedé al margen. Estuve en el frente de batalla en la Guerra Fría, estuve en el frente de batalla en la lucha contra Al Qaeda", aseveró Haspel, en un momento de especial tensión.




Trump nombra a Gina Haspel como nueva directora de la CIA

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EFE,  United States, Washington, 

El presidente estadounidense, Donald Trump, designó hoy a Gina Haspel como nueva directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en reemplazo de su actual director, Mike Pompeo, y señaló que será la primera mujer al frente del organismo.

"Gina Haspel será la nueva directora de la CIA, y la primera mujer escogida para ello", afirmó Trump en su cuenta de Twitter, tras anunciar que el secretario de Estado, Rex Tillerson, dejará el cargo y será sustituido por Pompeo.

A pesar del momento y el modo en que fue anunciada, la salida de Tillerson no resulta sorprendente puesto que hace meses que se especulaba con la posible renuncia del hasta hoy máximo responsable de la cartera de Exteriores, con quien Trump ha tenido numerosos desacuerdos a lo largo de los últimos meses.

De hecho, minutos después de publicar su mensaje en las redes sociales, Trump explicó brevemente su decisión ante un grupo de periodistas que se encontraban en la Casa Blanca, a quienes reconoció sus desencuentros con Tillerson y recalcó que con Pompeo comparte una "forma de pensar similar".

De esta manera, tras el cambio de fichas en un Gabinete, que según dijo el presidente, está "cada vez más cerca" de ser el que él quiere, Haspel, que hasta hoy ocupaba el cargo de subdirectora de la Agencia, se convertirá en la primera mujer en dirigir la CIA en sus 70 años de historia.

"Estoy agradecida al presidente Trump por la oportunidad y humilde por la confianza que ha depositado en mí al ser nombrada la próxima directora de la Agencia Central de Inteligencia", señaló Haspel en un comunicado divulgado por la Casa Blanca.

Haspel, cuyo nombramiento aún deberá ser confirmado por el Congreso, añadió que, como directora de la CIA, espera "poder brindar al presidente el excelente apoyo de inteligencia al que se ha acostumbrado durante su primer año de mandato".

Por su parte, Pompeo, uno de los miembros más antiguos del actual Gabinete, ha querido agradecer a Trump la oportunidad que le dio de dirigir la CIA y destacó que a lo largo del año que ha estado al frente de la Agencia ha tenido la oportunidad de trabajar con "muchos destacados funcionarios y directivos de la cartera de Exteriores".

"De ser confirmado, estoy deseoso de guiar el cuerpo diplomático más excelso del mundo a la hora de formular y ejecutar la política exterior del presidente", apuntó Pompeo en el comunicado divulgado por la Casa Blanca.