Trump inicia su cruzada contra los altos precios de los fármacos en EE.UU.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó hoy a las farmacéuticas y a los países extranjeros de los altos precios de los medicamentos dentro de su país, por lo que ordenó poner en marcha un plan para reducirlos.
Trump presentó hoy sus directivas para reducir los costes de los medicamentos en EE.UU., una estrategia con la que pretende, entre otras cosas, obligar a otras naciones a subir sus precios a los fármacos con el objetivo de reducirlos dentro de las fronteras estadounidenses.
El multimillonario, que aborda así otra de sus promesas de campaña, pretende buscar formas de aumentar la competencia, obtener más poder de negociación sobre los precios y encontrar otras maneras de reducirlos, así como los costes que enfrentan los pacientes.
"Es hora de poner fin a los abusos de una vez por todas. He instruido al representante comercial de los EE.UU., Bob Lighthizer, para que la solución a esta injusticia sea una prioridad para todos los socios comerciales", dijo hoy el presidente desde los jardines de la Rosaleda de la Casa Blanca.
"Y tenemos un gran poder sobre los socios comerciales -continuó- Ya lo están viendo. Estados Unidos no será engañado más y especialmente no será engañado por países extranjeros".
Trump argumentó que otros países se aprovechan de la industria farmacéutica estadounidense y sus inversiones en investigación y desarrollo, por lo que aseguró que para bajar los precios de los medicamentos a nivel interno, exigirá un incremento en el exterior.
"Cuando los Gobiernos extranjeros exigen precios irrazonablemente bajos a los fabricantes de medicamentos estadounidenses, los estadounidenses tienen que pagar más para subsidiar el enorme costo de la investigación y el desarrollo", indicó.
"En algunos casos, el medicamento que cuesta unos pocos dólares en un país extranjero cuesta cientos de dólares en EE.UU. por la misma píldora, con los mismos ingredientes, en el mismo paquete, fabricados en la misma planta", dijo.
Trump consideró que ese hecho es "inaceptable", "injusto y ridículo" e indicó que "no va a suceder más".
También destacó el papel de los intermediarios en la industria farmacéutica, incluidos los gerentes de beneficios farmacéuticos que negocian precios más bajos en forma de descuentos y los planes de salud que reciben esos descuentos.
"Estamos eliminando a los intermediarios. Se volvieron muy ricos, ya no serán tan ricos", dijo el multimillonario.
Además, el presidente subrayó que su Gobierno continuará "premiando" los esfuerzos por la innovación, pero no será usado "como escudo para proteger los monopolios" e indicó que buscará ampliar la lista de los medicamentos que puedan ser obtenidos sin receta.
La Administración de Trump también publicó un informe de 44 páginas titulado "Los pacientes estadounidenses primero" que detalla cómo planea abordar los precios de los medicamentos.
"Si queremos tener un mercado libre para los fármacos, ¿por qué no obligar también a que divulguen sus precios en los anuncios?", sugirió Alex Azar, secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS, en inglés), al referirse a la transparencia de la industria farmacéutica.
Azar explicó que entre las 50 medidas que conforman el plan de Trump, el Gobierno perseguirá las prácticas "anticompetencia" que tengan la intención de evitar la venta de productos genéricos, por lo que estos serán incentivados y los pacientes podrán tener acceso a los mismos medicamentos, pero de marca blanca.
"La mayoría de las acciones las podemos tomar haciendo uso de nuestra autoridad regulatoria", indicó el secretario de Salud, al ser preguntado por los periodistas por el visto bueno del Congreso sobre estas medidas.
En Estados Unidos, los fabricantes de medicamentos pueden cobrar tanto como el mercado demande ya que el gobierno no regula los precios de los medicamentos, a diferencia de la mayoría de los demás países.
Pese a los esfuerzos demócratas por implementar algunas regulaciones, los republicanos se han opuesto históricamente a ello, lo que provoca fundamentalmente que el estadounidense medio se gaste mucho más en medicamentos que los ciudadanos de otras naciones.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en 2015 en EE.UU. se gastaron 1.162 dólares por persona en productos farmacéuticos, por los 756 dólares en Canadá y los 497 en Reino Unido, donde sí existen medidas gubernamentales para controlar los precios de los fármacos.