Una investigación de Mexicanos contra la Corrupción afirma que por falta de apoyo gubernamental, cerrarán albergues de migrantes a lo largo de la frontera.
Los albergues de migrantes están cerrando sus puertas para protegerse de la pandemia, mientras Estados Unidos no ha dejado de repatriar migrantes a México, ahora incluso de manera exprés.
Temerosos del COVID-19, albergues en ambas fronteras dejaron de recibir migrantes porque no tienen las condiciones sanitarias ni han recibido apoyo de los gobiernos para prepararse.
Mientras eso sucede, en las últimas tres semanas ha habido un aumento de mexicanos repatriados de Estados Unidos. De acuerdo con información oficial generada por el Instituto Nacional de Migración (INM) a la que tuvo acceso Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), del primero al 18 de marzo han sido repatriadas 13 mil personas de Estados Unidos, más de los que llegaron en todo el mes de febrero, cuando fueron repatriadas 12 mil 400 personas.
Refugios de migrantes en Baja California, Tamaulipas, Coahuila y Chiapas cerrarán sus puertas en un intento por evitar una contingencia sanitaria en una población que ya de por sí es vulnerable por el proceso que viven.
Esmeralda Siu, vocera de la Coalición Pro Defensa del Migrante, dijo que la red conformada por seis refugios en Baja California —Casa del Migrante, Ejército Nacional, Casa Madre Asunta, Casa Puerta, YMCA, Albergue del Desierto — no recibirá más migrantes.
Al 23 de marzo Baja California tenía más de 360 migrantes en los refugios. La semana pasada el número que llegó a los albergues de la Coalición subió a 200, cuando el máximo que reciben en una semana es 180. Ese aumento es atribuido a las deportaciones exprés que anunció el pasado 20 de marzo la ADMINISTRACIÓN de Donald Trump para “evitar” la propagación del coronavirus.
“Es una preocupación por no contar con un protocolo para atenderlos porque las autoridades sanitarias emiten medidas para la población en general, pero no hay un protocolo específico de qué hacer con los migrantes”, dijo Sui.
En el albergue Senda de la Vida, en Reynosa, Tamaulipas hay 200 migrantes, pero desde la semana pasada decidieron cerrar sus puertas y poner en lista de espera a aquellos que llegan de Estados Unidos.
Mari Lu de Silva, una de las encargadas del albergue, dijo que, al igual que en otras partes del país, están tratando de evitar mayor concentración de gente, ya que ni siquiera cuentan con un médico de planta para detectar y atender a migrantes enfermos de coronavirus.
En Saltillo, Coahuila, la Casa del Migrante anunció que aunque por años han recibido a miles de personas, ante la epidemia y el abandono de las autoridades se ven en la necesidad de cancelar los ingresos.
“El estado no ha mostrado interés alguno de intervención durante la pandemia. Cerca de 100 personas permanecen resguardadas”, publicaron en su cuenta de Twitter.
Lo mismo sucede en la frontera Sur, donde el albergue Jesús del Buen Pastor del Pobre Migrante tiene 500 personas, pero ya no recibirán más.