La solidaridad de los neoyorquinos y visitantes se hace presente con cada aniversario de los atentados terroristas del 11-S de 2001, como ocurrió hoy, cuando decenas de personas recordaron a las víctimas 17 años después de la tragedia.
La "zona cero", como se conoció el lugar tras los ataques, usualmente concurrida por albergar varias estaciones del metro y comercios, no paró de recibir gente durante todo el día este martes.
Pero esta vez se detenían, tomaban fotos, videos o simplemente observaban en silencio los espacios donde una vez estuvieron las torres gemelas, blanco del atentado en Nueva York, donde casi 3.000 personas perdieron la vida.
"Hoy hay más gente de lo habitual y un poco más de policías", dijo a Efe Malcolm, un guardia de seguridad de la gigantesca estación del World Trade Center, que tiene forma de ave y varios niveles, diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava donde antes estuvieron las torres y que alberga exclusivas tiendas.
En el decimoséptimo aniversario del peor atentado terrorista de EE.UU., la zona, que quedó destruida, ya ha recuperado totalmente su vitalidad con la apertura de la estación de metro Cortlandt, cerrada desde entonces para la ruta de la línea 1, que viaja entre el distrito del Bronx y el bajo Manhattan.
Sin embargo, hoy quedaron cerrados los cuatro accesos a esa estación en el World Trade Center y algunas calles aledañas durante varias horas debido a la ceremonia anual en memoria de las víctimas, a la que acudieron miles de personas, entre ellas el gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill de Blasio.
Como cada año, fue un emotivo acto en el que se leyeron los nombres de las víctimas y se guardaron minutos de silencio en las horas exactas en que cada avión impactó a las Torres Gemelas.
El vestíbulo principal del World Trade Center, sobre el que se levanta una gran cúpula, así como sus balcones, eran hoy un hormiguero de visitantes que se detuvieron simplemente a contemplar lo construido donde una vez sólo quedaban las ruinas de una tragedia que ha dejado una herida abierta en el país.
"Cada 11-S me tomo el día libre para venir aquí y rendir tributo a las víctimas", dijo a Efe la neoyorquina Patricia Molinar, que acudió acompañada de su hermana, ausente también de su trabajo por la misma razón, y que observaban en silencio.
"Es muy triste lo que pasó pero hay que seguir adelante, que es muy importante", dijo, para agregar que el centro comercial "le da vida" a esa zona de la ciudad, que tras el 11-S sufrió el cierre de muchos negocios.
"Es importante que este día la gente se una y no mire que hay tiendas sino lo que está pasando, la bandera, la gente que está aquí de todas partes, porque EE.UU. no sólo es de estadounidenses, venimos de muchas partes", señaló.
Los visitantes aprovecharon la oportunidad para tomar fotos en la estación porque cada 11-S se abre la ventana ubicada a lo largo de la cúpula, que forma la columna vertebral del ave.
Algunos turistas, como Karla y Kristal, que viven en Florida, visitaron hoy por primera vez el lugar. "Es triste lo ocurrido pero es asombroso lo que han hecho aquí. Vinimos a rendir tributo a la gente que perdió la vida", dijo Karla.
Otros acudieron para dar consuelo espiritual, entre ellos Rosa. "Somos Testigos de Jehová y estamos hablando con las personas porque sabemos que hay muchos que perdieron familiares y amigos y dándoles ánimo", indicó, y aseguró sentirse "segura" en dicho lugar.
Afuera, muchos se aglomeraron frente a la estación, algunos con sus niños, para conversar, tomar fotos, sentarse en silencio y observar a su alrededor, o aguardaban que la policía diera acceso a la zona cerrada por los actos.
Casi dos décadas tras los atentados, la reconstrucción continúa en la zona cero: se prepara un centro de artes escénicas y pronto comenzarán los trabajos para un sendero que rendirá tributo a los equipos de rescate y otros involucrados en la recuperación.