Inmigrantes son dueños del 47 % de los pequeños negocios en Nueva Jersey
Los inmigrantes representan una quinta parte de la población de Nueva Jersey pero son propietarios de casi la mitad de los pequeños negocios (47 %), como restaurantes, bodegas o servicios de transporte, con los que generan cerca de 1.000 millones de dólares al año para la economía de ese estado.
En cuanto a todos los negocios del estado, incluyendo pequeños y grandes, los inmigrantes son dueños del 31 % y sus ganancias ascienden a 4.400 millones de dólares anuales, según el estudio publicado este lunes "El inmigrante propietario de pequeños negocios, una piedra angular en la economía de Nueva Jersey".
Las empresas de inmigrantes, en su mayoría regentadas por hombres, se concentran en tres áreas: negocios al por menor, de alimentos y de servicios a la comunidad, según indicó durante una conferencia de prensa Erika Nava, de la organización New Jersey Policy Perspective, autora del estudio basado en el Censo de 2016.
De acuerdo con el informe, que destaca que Nueva Jersey es el estado donde los inmigrantes poseen pequeños negocios solo tras California, éstos son más propensos a emprender porque enfrentan discriminación en el mercado laboral, relacionada con los problemas con el idioma y a veces, con el estatus migratorio.
"Los inmigrantes llegan, no saben el idioma ni tienen documentos y el mercado laboral se cierra para ellos", por lo que optan por comenzar un negocio para atraer a su comunidad, aunque ello conlleva un proceso de espera, dijo Nava a Efe.
Otro problema que se encuentran es que algunos llegan a EE.UU. con una carrera pero no pueden ejercerla porque sus créditos universitarios no son reconocidos en este país, señala además el estudio, que no distingue entre inmigrantes indocumentados.
Destaca que la población inmigrante se ha duplicado en las últimas dos décadas en Nueva Jersey así como su presencia en el mundo empresarial, pasando de tener en 1990 un 18 % de los negocios a un 31 % (pequeños y grandes) en 2016, y de suponer desde un 15 % hasta un 28 % de la fuerza trabajadora.
En ese mismo periodo, específicamente, los pequeños negocios en manos de inmigrantes crecieron "enormemente", de un 24 % en 1990 al 47 % en el 2016, y la mayoría de ellos (54 %) está en manos de asiáticos, seguidos por latinos, que ostentan un 15 %.
Hay ciudades en ese estado, como Passaic o Camden, donde un gran número de pequeños negocios son de inmigrantes mexicanos de Puebla, pero el estudio no se concentró en datos en comunidades específicas.
El estudio destaca, además, que es más probable que un inmigrante hispano o asiático sea dueño de un pequeño negocio que alguien de su mismo grupo étnico nacido en EE.UU. Sin embargo, los inmigrantes negros cuentan sólo con 2 % de esos negocios en Nueva Jersey.
Igualmente, indica que los negocios propiedad de un inmigrante son a menudo la primera fuente de empleo para otros inmigrantes.
Aunque revela que los dueños del restante 53 % de los pequeños negocios nacieron en EE.UU (no especifica si son hijos de inmigrantes), también muestra que 8 de cada 10 lavanderías y que 7 de cada 10 tiendas de abastos y bodegas son de inmigrantes.
En concreto, son dueños del 81 % de negocios de mantenimiento del hogar, del 79 % de lavanderías y tintorerías y del 73 % de los negocios de taxis y limusinas, en una lista que además incluye centros de servicios para computadoras, tiendas de venta de ropa, centros de cuidado infantil o salones de uñas, entre otros.
La mitad de los inmigrantes empresarios tienen una carrera o cuentan con estudios superiores, mientras que un 32 % tiene unos estudios de escuela superior o menores. Para los empresarios estadounidenses, la cifra es de 53 % y 24 % respectivamente.
Sin embargo, ser propietario no garantiza un mejor salario: el ingreso promedio para el inmigrante empresario es de 45.117 dólares al año, mientras que para el nacido en EE.UU. es de 53.998 dólares al año.
Mostrando el aporte de la comunidad inmigrante, el estudio apoya un proyecto de ley ante el Parlamento de Nueva Jersey para otorgar carné de conducir a todo residente del estado sin importar su estatus legal, lo que asegura sería de beneficio para los empresarios, los empleados y la comunidad.