Quién se beneficia con los atentados terroristas en Sri Lanka
La magnitud y crueldad de los atentados terroristas de Pascua en Sri Lanka, que mataron al menos 253 personas rebasan la capacidad de grupos locales; por tanto, es necesario estudiar los intereses extranjeros en competencia en un marco geopolítico, a fin de entender quién se beneficia con los ataques con bomba contra cristianos de la semana pasada.
Para empezar, la lucha interna en el gobierno de Colombo puede darnos una pista acerca de las fuerzas que compiten por la hegemonía en Sri Lanka y el sur de Asia, así como una explicación de las fallas de inteligencia y advertencias ignoradas que precedieron a los peores atentados en la región—reivindicados por el Estado Islámico (EI)—desde el ataque en Bali de 2002, atribuido a Al Qaeda y el grupo indonesio Jemaah Islamiyah.
Una grave crisis política estalló en octubre de 2018, luego de que el Presidente Maithripala Sirisena depuso abruptamente al Primer Ministro Ranil Wickremesinghe y lo reemplazó con su ex rival—y ex mandatario—Mahinda Rajapaksa, con base en diferencias personales que consideró "irreconciliables".
Sin embargo, de acuerdo con la prensa srilankesa e india, Sirisena destituyó a Wickremesinghe, quien presuntamente planeó con Nueva Delhi asesinarlo, en favor del pro chino Rajapaksa debido a presiones de Beijing. Semanas después, la Suprema Corte desautorizó al presidente y Wickremesinghe se ha mantenido como primer ministro.
El lunes, mientras la policía encontraba 87 detonadores de bombas en la mayor estación de autobuses de Colombo, Rajitha Senaratne, vocero del Gabinete y Ministro de Salud, afirmó que hubo informes sobre los ataques desde el 4 de abril, que no fueron transmitidos a Wickremesinghe.
La información, destacaron fuentes policiales, fue obtenida de la agencia india de inteligencia exterior RAW (Ala de Investigación y Análisis de la Secretaría del Gabinete).
Senaratne agregó que "este es el único país donde el consejo de seguridad no se reúne cuando el primer ministro lo convoca", en alusión a Sirisena, quien también ejerce la cartera de Defensa y encabeza el Consejo de Seguridad Nacional.
Harin Fernando, Ministro de Telecomunicaciones, tuiteó que "debe tomarse una acción seria respecto a las advertencias que fueron ignoradas" y Mano Ganeshan, Titular de Integración Nacional, aseguró que se comunicó a funcionarios de su dependencia que bombarderos suicidas atacarían a políticos.
Iniciativa del Cinturón y el Camino
China ha desarrollado importantes lazos económicos con el antiguo Ceilán, que juega un papel clave en la Iniciativa del Cinturón y el Camino.
Durante las etapas finales de la guerra civil de 25 años entre los separatistas tamiles y la mayoría budista, que culminó en 2009 con 100,000 muertos, Beijing suministró armas al gobierno de Rajapaksa y lo defendió de la crítica en los foros internacionales de derechos humanos.
Al contrarrestar la influencia tradicional india, incluso en las áreas del norte y del este dominadas por los tamiles, China ha sido un factor significativo en los planes de infraestructura del Sri Lanka de posguerra.
Entre los principales proyectos se cuentan la Zona de Desarrollo de Hambantota (USD $1,000 millones), la Ciudad Portuaria de Colombo (USD $1,400 millones) y la Planta de Energía de Carbón de Norochcholai (USD $1,350 millones).
De ellos, ha sido Hambantota el que más atrajo la atención mundial, aunque por razones equivocadas.
Incapaz de pagar el crédito respectivo ya que el puerto fracasó en atraer empresas, Sri Lanka arrendó por 99 años las instalaciones a Beijing en 2017, brindando a la Marina china, pese a las afirmaciones de Colombo de que no permitirá actividad militar en Hambantota, un puerto clave de aguas profundas justo al sur de India en el centro de la cuenca del Índico.
En el juego de alianzas regionales, India apoyó inicialmente a los Tigres de Liberación del Tamil Eelam (TLTE), tal como Pakistán lo hizo con el Talibán afgano y los extremistas musulmanes en Cachemira.
Luego de una fallida intervención militar en 1987-1990, Nueva Delhi cerró filas con Colombo y como resultado un bombardero suicida de los TLTE asesinó al primer ministro indio Rajiv Gandhi en 1991.
Fuentes de seguridad indias, no obstante, han especulado con el posible involucramiento de elementos delictivos de la inteligencia pakistaní.
Señalaron que algunos srilankeses y maldivos se adiestraron en Afganistán con el Estado Islámico-Provincia de Jorasán, un aliado del EI. Cerca de 35 srilankeses se habrían unido al EI y combatido en Siria.
Las autoridades en Colombo subrayaron que el oscuro grupo National Thowheed Jamath (Organización Monoteísta Nacional en árabe) efectuó los ataques, con ayuda de una "red internacional".
Previamente, NTJ, relacionado con Tamil Nadu Thowheed Jamath, otro grupo extremista del sur de India, era conocido sobre todo por vandalizar estatuas y templos budistas. Abdul Razik, su líder, fue arrestado en 2016 por incitar al racismo.
En 2018 reportes periodísticos que revelaron que las redes sociales eran usadas por budistas cingaleses para atacar a los musulmanes, que forman menos de 8% de la población del país, llevaron a disturbios comunales. La situación se repitió el año pasado en el distrito de Kandy.
Las tensiones entre los tamiles étnicos y la mayoría cingalesa—casi 74% de los 22 millones de habitantes—sigue siendo frágil, aunque los musulmanes tamiles por lo general no tomaron partido en la guerra. Por su parte, los cristianos representan 6% de la población.
Las elecciones presidenciales están programadas para realizarse antes del 9 de diciembre de este año y serán seguidas por comicios parlamentarios antes del 1 de diciembre de 2020.
En enero, el EI se adjudicó un atentado que mató a 20 personas en una iglesia en Filipinas.
En mayo pasado, la organización también reivindicó los ataques contra tres iglesias en Indonesia que cobraron 12 vidas, al tiempo que el Domingo de Ramos de 2017 bombazos del EI mataron a 49 fieles durante la misa en dos templos coptos de Egipto.