Fallecen 57 combatientes de fuerzas rivales libias en Trípoli
Al menos 47 combatientes de las fuerzas del mariscal Jalifa Hafter y 10 efectivos de las milicias rivales del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) murieron este sábado en enfrentamientos armados en el extrarradio de Trípoli, informó a Efe una fuente de seguridad local.
Según su relato, entre los fallecidos del bando de Hafter, el hombre fuerte del país, se encontraba un grupo de cuatro mercenarios de origen bielorruso que se desplazaban en un vehículo blindado bajo un fuerte dispositivo de seguridad.
Asimismo, la fuente explicó que la aviación militar bajo el mando de Hafter, formada por seis aviones, lanzó un total de 25 ataques aéreos durante ocho horas consecutivas.
"La aviación bombardeó indiscriminadamente edificios residenciales en el área de Al Hadaba (el eje sur que conduce a la capital) provocando lesiones graves a una familia, que tuvo que ser transferida al hospital", afirmó.
Los choques armados continúan a lo largo de este domingo entre las dos partes en el eje de Al Jila, controlado hasta ahora por fuerzas del GNA, que tomaron como rehenes a dos efectivos de Hafter en el eje de Al Ramla, cerca del aeropuerto internacional de Trípoli.
Hafter, que cuenta con el apoyo expreso de Arabia Saudí, Francia y Rusia, emprendió el pasado mes de abril una operación para la conquista de Trípoli que coincidió con la visita oficial a la capital Libia del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un claro mensaje a la comunidad internacional.
Desde entonces, los combates han segado la vida de más de medio millar de personas, causado heridas a más de 5.000 y obligado a más de 20.000 familias a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos.
Los combates han afectado gravemente también a los miles de migrantes que se encuentran hacinados en centros de detención gobernados por milicias afines al GNA en la capital y sus alrededores.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diferentes grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
Desde el fallido plan de paz de la ONU de 2015, el país tiene dos gobiernos, uno reconocido por la comunidad internacional con sede en Trípoli, y otro bajo tutela de Hafter, un exmiembro de la cúpula gadafista que en los años ochenta fue reclutado por la CIA y se convirtió en el principal opositor a Al Gadafi en el exilio.
De la situación actual se benefician decenas de señores de la guerra y milicias de tendencia islamista radical dedicados al contrabando de armas, personas y combustible, verdadero motor de una economía destruida.