EEUU dice que no tiene prisa frente a Irán ya que el pueblo ''odia'' al régimen
Estados Unidos considera que tiene el tiempo de su lado ya que el pueblo iraní "odia" a las actuales autoridades de Teherán y está "cansado de su brutalidad", indicó este lunes Brian Hook, el encargado de Irán del Departamento de Estado.
"Nuestra posición en los últimos tres años es que el pueblo iraní odia este régimen, están cansados de su brutalidad; de que su dinero sea gastado en guerras extranjeras y de unas fuerzas armadas incapaces de mantenerse en paz con sus vecinos", aseveró Hook en la sede del Departamento de Estado en Washington, al comentar las recientes protestas en el país.
"Todo lo que estamos viendo es exactamente lo que anticipábamos", afirmó.
Hook reiteró las exigencias expresadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, este fin de semana a las autoridades iraníes por las protestas.
"Hemos exigido que no haya represión contra los manifestantes como ocurrió en noviembre, y el presidente Trump continúa esperando un cambio en el comportamiento por parte de las autoridades iraníes", apuntó.
En ese sentido, se mostró cauto: "El pueblo iraní merece un Gobierno mejor, más representativo, pero ese futuro debe ser escogido por el pueblo iraní".
Las protestas no son de gran envergadura debido al miedo a la represión, temores que no son infundados ya que en las manifestaciones de noviembre pasado por el aumento del precio de la gasolina murieron al menos 304 personas y miles fueron detenidas, según Amnistía Internacional.
"Ahora el régimen está encarando diversos desafíos grandes: descontento social en casa, está financieramente en bancarrota, sus aliados están cada vez más débiles, y han perdido a su comandante principal (Qasem Soleimaní)", dijo Hook.
Preguntado acerca de la posibilidad de sentarse en una mesa para negociar un nuevo acuerdo nuclear con Teherán, el funcionario estadounidense y asesor del secretario de Estado, Mike Pompeo, señaló que no hay urgencia por parte de Washington.
"El presidente ya dijo que no tiene prisa. El tiempo está de nuestro lado, no del lado del régimen", subrayó.
E insistió, una vez más, en que Washington no busca la confrontación bélica.
"El presidente no está buscando una guerra, quiere solucionar estas cuestiones de manera diplomática -explicó-. Pero el régimen ha tomado muy malas decisiones, y estas decisiones se han vuelto en su contra".
Justificó, asimismo, la operación militar estadounidense que mató a Soleimaní el pasado 3 de enero en Bagdad con el argumento de que EE.UU. contaba con "prueba sólida de que el riesgo de no hacer nada era mayor que el de abatirlo", dada la "inminencia" de un ataque contra intereses estadounidenses en la región.
"Oriente Medio es hoy más seguro, y acabar con él fue la decisión correcta", sostuvo.
De cara al futuro, Hook dejó claro que las posibles conversaciones con Teherán deben incluir como condiciones el fin "del programa nuclear y los misiles de Irán, así como la agresión regional, todas las cosas que han contribuido a desestabilizar Oriente Medio".
"Hemos aplicado más sanciones la pasada semana, y tenemos preparadas aún más hasta que el régimen tome las decisiones adecuadas", subrayó sobre la continuada asfixia económica por parte de Washington a Teherán en los últimos dos años.
En el año pasado, el valor del rial, la moneda iraní, ha perdido un 60 % de su valor respecto al dólar y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó una contracción económica del 9,5% al cierre de 2019.
Los iraníes están consternados y furiosos desde que la Guardia Revolucionaria reconoció hace dos días que disparó un misil por error contra el Boeing 737 de Ukraine International Airlines (UIA), causando la muerte de sus 176 ocupantes, en su mayoría compatriotas.
La indignación es elevada debido a que durante dos días las autoridades negaron que el avión hubiera sido derribado por un misil, pese a que varios países como Canadá denunciaron esta posibilidad.
El trágico disparo accidental se produjo en medio de la espiral de tensión entre EE.UU. e Irán tras el asesinato Soleimaní, y la amenaza de respuesta de Teherán, que lanzó más de una decena misiles balísticos contra dos bases militares con estadounidenses en el oeste y el norte de Irak.