EE.UU. acusa a Huawei de robar secretos y colaborar con Irán y Corea
El Gobierno estadounidense acusó este jueves al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei del robo de secretos comerciales y aseguró que esta empresa mantiene negocios ilegales con Corea del Norte y ayuda a Irán en la vigilancia interna.
La acusación de 16 cargos de conspiración para robar secretos comerciales y violar la ley de organizaciones corruptas e influenciadas por el crimen organizado (RICO) contra Huawei Technologies, el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo, y dos de sus filiales estadounidenses, se presentó este miércoles en un tribunal federal de Brooklyn, en Nueva York, informó hoy el Departamento de Justicia en un comunicado.
Una de las acusaciones hace referencia a la supuesta práctica que la compañía con sede en China usa desde hace tiempo para, mediante el fraude y el engaño, apropiarse indebidamente de tecnología avanzada y propiedad intelectual de empresas estadounidenses, informó el Departamento de Justicia.
En su acusación, producto de una larga "investigación independiente" llevada a cabo por el Gobierno estadounidense y que sustituye a las anteriores, el Departamento de Justicia asegura que la propiedad intelectual obtenida ilegalmente por Huawei incluía "secretos comerciales y material protegido por los derechos de autor, como código fuentes y manuales de usuario para enrutadores de internet, tecnología de antenas y tecnología de prueba de robots".
El Gobierno estadounidense también acusó a Huawei de trabajar en proyectos comerciales y tecnológicos en países sujetos a sus sanciones o a las de la ONU, como Irán y Corea del Norte, así como de llevar a cabo esfuerzos para ocultar el alcance de estos negocios mencionando en sus comunicaciones internas a esas naciones con nombres en clave, como el código "A2" para el primero de esos países o "A9" para el segundo.
En concreto, sobre Irán, acusa a Huawei de ayudar al Gobierno de ese país a realizar la vigilancia nacional, incluso durante las manifestaciones en Teherán en 2009, a través de la empresa Skycom, una de sus filiales no oficiales, una relación que los empleados de Huawei supuestamente intentaron negar.
Según el Gobierno de EE.UU., para lograr sus fines, Huawei alcanzaba "acuerdos de confidencialidad con los propietarios de la propiedad intelectual" para luego apropiarse de ella y reclutaba empleados de otras compañías para que fueran ellos los que se apropiaran de la propiedad intelectual de sus antiguos empleadores.
Como parte de esta trama, agregó, "Huawei supuestamente lanzó una política que instituye un programa de bonificación para recompensar a los empleados que obtuviesen información confidencial de sus competidores".
"Huawei, Huawei USA y Futurewei acordaron reinvertir los ingresos de esta supuesta actividad de crimen organizado en los negocios mundiales de Huawei, incluso en los Estados Unidos", agregó el Departamento de Justicia, que indicó que esta nueva acusación contiene cargos de la acusación anterior anunciada en enero de 2019.
Otras filiales mencionadas en la acusación son Huawei Device Co. Ltd. (Huawei Device) y Skycom Tech Co. Ltd. (Skycom), así como el director financiero de Huawei, Wanzhou Meng.
El conglomerado chino, que tiene más de 180.000 empleados y opera en más de 170 países, consideró las nuevas acusaciones de EE.UU. como un intento de "aumentar la presión" sobre la empresa, en una campaña aseguró que se remonta a muchos años atrás.
"Esta nueva acusación es parte del intento del Departamento de Justicia (de EE.UU.) para dañar irrevocablemente la reputación y el negocio de Huawei por razones relacionadas con la competencia en lugar de la aplicación de la ley", dijo a Efe la empresa en un comunicado.
Según Huawei, estos nuevos cargos "carecen de fundamento y se basan, principalmente, en disputas civiles recicladas de los últimos 20 años que han sido previamente resueltas, litigadas y, en algunos casos, rechazadas por jueces y jurados federales".
Desde hace tiempo, el Gobierno de EE.UU. considera que los productos de la empresa de tecnología representan un riesgo para la seguridad, debido a sus vínculos muy estrechos con el Ejecutivo chino.