Migrantes en huelga de hambre, exigen ser liberados para no morir de COVID-19
El viernes 3 de abril, aproximadamente a las 12 del mediodía, 23 inmigrantes detenidos en el Centro de Detención Otay Mesa de San Diego declararon que iniciaron una huelga de hambre para exigir su liberación debido al alto riesgo de infección por COVID-19. Desean luchar sus casos de inmigración desde lugares que permitan practicar el distanciamiento social y mejores prácticas de higiene.
Los inmigrantes en huelga de hambre informan que su tanque de detención está en cuarentena; Los guardias y el personal de atención médica han comenzado a usar equipo de protección completo, pero se niegan a proporcionarles esa protección a los detenidos. Las condiciones insalubres de los centros de detención de ICE hacen que el distanciamiento social obligatorio del gobernador Newsom y los protocolos de higiene de la CDC sean imposibles de seguir para los inmigrantes detenidos. La falta de acceso a productos de higiene, nutrición insuficiente, personal médico negligente y un ambiente de opresión y crueldad son parte de la vida cotidiana de los encarcelados de ICE. A las pocas horas de iniciar la huelga de hambre, los detenidos informaron que recibieron amenazas de los guardias de CoreCivic, les informaron que les revocarán el acceso al economato y a los teléfonos como castigo. La revocación del acceso al economato es particularmente preocupante porque los detenidos informan que CoreCivic no proporciona suficiente jabón; cuando se agota el jabón, los detenidos deben comprar más en el economato. No está claro si se proporcionará suficiente jabón en caso de que CoreCivic revoque el acceso al economato. Asimismo, revocar el acceso a los teléfonos potencialmente podría prevenir a los detenidos a poderse comunicar con sus abogados.
El martes 31 de marzo se supo que un empleado del Centro de Detención de Otay Mesa fue diagnosticado positivo de COVID-19 y que había estado trabajando desde hace menos de dos semanas. Los miembros de la comunidad deben responsabilizar al gobernador Newsom y al gobierno federal, exigiendo que liberen a los inmigrantes detenidos ahora, antes de que el centro de detención se convierta en un campo de muerte. "Hemos venido a pedir asilo, huyendo de nuestros países, de la violencia, de la discriminación", dijo un inmigrante detenido en huelga de hambre cuyo nombre se omite por su seguridad. “Tenemos miedo porque una supervisora de aquí ya renunció por la atención médica inadecuada, no nos están dando mascarillas o guantes ".