Aliados de Trump en el Senado proponen sanciones contra China por el coronavirus
Un destacado senador republicano propuso el martes una legislación que autorizaría al presidente de Estados Unidos a imponer sanciones de gran alcance a China, si es que Pekín no entrega una cuenta completa de los acontecimientos que condujeron al brote del nuevo coronavirus.
El senador Lindsey Graham, un estrecho aliado del presidente Donald Trump, dijo estar convencido de que si no hubiera sido por el "engaño" del gobernante Partido Comunista Chino, el virus no estaría en Estados Unidos, donde ya ha matado a más de 80.000 personas.
Graham dijo que China se había negado a permitir que los investigadores estudiaran cómo se inició el brote. "Estoy convencido de que China nunca cooperará con una investigación seria a menos que se les obligue a hacerlo", añadió en un comunicado.
El senador dijo que su "Ley de Responsabilidad sobre COVID-19" requeriría que el presidente certifique al Congreso, en un plazo de 60 días, que China había "proporcionado un recuento completo y exhaustivo a cualquier investigación sobre COVID-19 dirigida por Estados Unidos, sus aliados o agencias de la ONU como la Organización Mundial de la Salud (OMS)".
También exigiría una certificación de que China había cerrado todos los "mercados húmedos" que tienen el potencial de exponer a los seres humanos a riesgos de salud, y que ha liberado a todos los defensores de la democracia de Hong Kong arrestados tras la pandemia, dijo.
El proyecto de ley autorizaría al presidente a imponer una serie de sanciones, como la congelación de activos, la prohibición de viajar y la revocación de visados, así como restricciones a los préstamos a empresas chinas y la prohibición de que compañías chinas coticen en las bolsas de Estados Unidos.
La legislación tiene el patrocinio de otros ocho senadores republicanos.
La embajada de China en Washington no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios, pero Pekín ha insistido en que ha sido transparente sobre el brote, que comenzó en la ciudad china de Wuhan.
Trump y sus partidarios republicanos han acusado repetidamente a Pekín de no haber alertado al mundo sobre la gravedad y el alcance del virus, lo que ha provocado una contracción económica mundial y ha amenazado sus posibilidades de reelección en noviembre.