Cuatro policías de Mineápolis enfrentan cargos por muerte de George Floyd
Un policía de Mineápolis que fue despedido enfrentará un cargo de asesinato más grave y otros tres agentes dados de baja serán acusados de ayudar e incitar la muerte de un hombre negro desarmado que ha desencadenado ocho días de protestas en todo Estados Unidos, según documentos judiciales revelados el miércoles.
George Floyd murió el 25 de mayo en Mineápolis tras ser asfixiado durante casi nueve minutos por la rodilla de un policía blanco. El hecho provocó indignación por la brutalidad policial contra los afroamericanos, cinco meses antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
El fiscal general de Minnesota, Keith Ellison, acusa a Derek Chauvin, de 44 años, de asesinato en segundo grado, además de los cargos de homicidio en tercer grado y homicidio en segundo grado formulados en su contra la semana pasada, según las actas judiciales.
El nuevo cargo puede llevar una sentencia de hasta 40 años, 15 años más que el fallo máximo por asesinato en tercer grado.
Los otros tres oficiales en retiro que estuvieron involucrados en el incidente -Thomas Lane, J. Alexander Kueng y Tou Thao- enfrentan cargos de ayudar y alentar órdenes de asesinato y arresto, según los documentos.
Ellison, un excongresista negro, ha solicitado que se establezca una fianza de un millón de dólares por cada uno de los cuatro oficiales, de acuerdo a los documentos.
Al ser contactado por Reuters por teléfono, Earl Gray, abogado de Lane, dijo que aún no ha recibido ninguna información sobre los cargos. Los defensores de los otros oficiales acusadosno respondieron de inmediato las solicitudes de comentarios.
"Este es un paso significativo en la ruta a la justicia, y nos complace que esta importante acción se haya presentado antes de que el cuerpo de George Floyd sea enterrado", dijo Benjamin Crump, abogado de la familia Floyd, en un comunicado.
Crump dijo más tarde en CNN que Chauvin debería enfrentar un cargo de asesinato en primer grado, y que Ellison había informado a la familia de Floyd que la investigación está en curso y que se podrían presentar otros cargos.
DISMINUYE LA VIOLENCIA
Los manifestantes ignoraron la noche del martes los toques de queda y desataron su ira por la muerte de Floyd, pero hubo un notorio descenso de la violencia que llevó al presidente Donald Trump a amenazar con desplegar a los militares.
Durante la semana pasada, los manifestantes exigieron que se ampliara el caso para incluir a todos los oficiales que estuvieron presentes en el incidente.
Miles de personas salieron el martes por la noche a las calles del país por octava jornada seguida, con episodios aislados de violencia en Washington y Portland, en Oregon. Manifestantes lanzaron fuegos artificiales y botellas, a los que las fuerzas el orden respondieron con granadas de concusión y lacrimógenas.
Los enfrentamientos y el saqueo de algunas tiendas en la ciudad de Nueva York dieron lugar a una relativa calma en las primeras horas del miércoles. La policía dijo a medios que realizaron 200 arrestos, en gran parte por infracciones del toque de queda.
En Los Ángeles, muchos manifestantes que desafiaron el toque de queda fueron arrestados, pero la calma se restableció después. Grandes marchas y manifestaciones también tuvieron lugar en Filadelfia, Atlanta, Denver y Seattle.
Las protestas han puesto de relieve la desigualdad racial y la fuerza policial excesiva en un país que acudirá a las urnas el 3 de noviembre para decidir si otorgará al republicano Donald Trump otro mandato en la Casa Blanca.
Trump ha dicho que se debe hacer justicia en el caso de Floyd, pero también ha optado por una línea dura para combatir las protestas violentas. Joe Biden, quien será su rival en noviembre, ha prometido sanar estar heridas raciales si es elegido presidente.