Reos en una cárcel en Bolivia se amotinan pidiendo asistencia médica
Reos de una cárcel en Bolivia se amotinaron este lunes exigiendo asistencia médica, medicamentos y pruebas rápidas de COVID-19, además de mayor celeridad en sus audiencias judiciales.
Decenas de reos subieron al techo de la cárcel de varones de San Sebastián en la ciudad central de Cochabamba, con banderas, carteles y ataúdes hechos de cartón pidiendo al unísono que sean liberados.
Varios reos mostraban carteles con algunas de sus peticiones, como atención médica para evitar muertes de los privados de libertad en medio de la crisis sanitaria por la pandemia de la COVID-19.
Los privados de libertad exigen a la gobernadora de ese departamento, Esther Soria, que ingresen brigadas médicas para identificar casos de COVID-19 y la donación de alimentos y medicamentos.
Las demandas de mejoras sanitarias al detectarse casos del nuevo coronavirus o sospechosos de padecer la enfermedad provocaron motines en cárceles de Bolivia en los últimos meses, mientras que las autoridades anunciaron una serie de medidas para prevenir contagios en las hacinadas prisiones del país.
El mes pasado hubo un motín en una prisión en Sucre tras la muerte de un reo con síntomas de COVID-19 y una protesta similar sucedió en mayo en el penal de Palmasola en la ciudad oriental de Santa Cruz, el mayor y más conflictivo de Bolivia, tras el fallecimiento de reclusos con síntomas del nuevo coronavirus.
La Dirección de Régimen Penitenciario anunció medidas como la desinfección y fumigación centros penitenciarios, la agilización de trámites de indulto para la población reclusa de alto riesgo y vulnerabilidad ante la enfermedad y el reforzamiento de medidas de bioseguridad para el personal policial y administrativo.
En Bolivia existen 48 cárceles y carceletas con una población de más de 18.000 reos, entre los que al menos 40 fallecieron y 159 se contagiaron de COVID-19, según datos del Ministerio de Gobierno.
Bolivia registra 2.583 muertes y 69.429 casos confirmados de COVID-19, de acuerdo a datos oficiales, lo que según distintos estudios lo convierte de uno de los países más afectados por la pandemia comparado con su población, de unos once millones y medio de habitantes.