Líder opositora bielorrusa fue secuestrada en Minsk, afirman medios locales

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EFE,  Russian Federation, Moscow, 

Las autoridades bielorrusas, alentadas por el apoyo de Moscú, endurecieron hoy el acoso a la oposición con el secuestro de su dirigente más carismática, María Kolésnikova, en paradero desconocido tras ser asaltada por unos desconocidos en Minsk.

"Las autoridades practican el terror. Esto no se puede llamar de otra manera", denunció la líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya, que se considera ganadora de las elecciones presidenciales del pasado 9 agosto.

El objeto de las iras del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, son los miembros del Consejo Coordinador Opositor para el traspaso pacífico del poder, plataforma de diálogo reconocida por Occidente, pero hostigada por Minsk, que la considera anticonstitucional.

ACOSO AL CONSEJO COORDINADOR

Minsk no se había recuperado de las manifestaciones y detenciones masivas del fin de semana cuando una noticia se esparció como un reguero de pólvora: el secuestro de María Kolésnikova, destacado miembro del presídium del Consejo Coordinador.

Kolésnikova, de 38 años y representante del encarcelado exbanquero Víctor Babariko, que se perfilaba como el principal rival de Lukashenko en las elecciones antes de su detención, fue interceptada en el centro de Minsk por un grupo de enmascarados que la subieron a un microbús y fue llevada en dirección desconocida.

La Policía de Minsk inmediatamente declaró que no había sido detenida por sus agentes.

Kolésnikova es la única de las tres mujeres que se enfrentaron a Lukashenko que permanece en Bielorrusia. Tijanóvskaya se encuentra exiliada en Lituania y también Verónika Tsepkalo, que gestionaba la campaña de su esposo, Valeri Tsepkalo, ha tenido que abandonar el país, siguiendo los pasos de su marido.

En una reciente entrevista con Efe, Kolésnikova aseguró que no tenía miedo a que la detuvieran.

"Conozco demasiado bien los últimos 26 años de historia de Bielorrusia. Para mí fue una elección y un riesgo que tomé con todas las consecuencias. Pero el futuro de Bielorrusia merece luchar por él y sacrificar algunas comodidades. No lo lamento", señaló.

El Consejo Coordinador también ha perdido la comunicación con dos otros miembros de su dirección -Antón Rodnenkov e Iván Kravtsov-, a los que sitúa en "paradero desconocido".

"El secuestro de María Kolésnikova, Antón Rodnenkov e Iván Kravtsov es un intento de impedir la labor del Consejo Coordinador e intimidar a sus miembros", dijo Tijanóvskaya.

El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, afirmó en un mensaje de su cuenta de Twitter que "detenciones arbitrarias y secuestros por motivos políticos en Bielorrusia (...) son inaceptables".

"Las autoridades estatales deben dejar de intimidar a ciudadanos y violar sus propias leyes y obligaciones internacionales", escribió.

UN CONSEJO COORDINADOR MERMADO PERO QUE NO SE RINDE

De los siete miembros del presídium únicamente el jurista Maxim Znak no ha sido perseguido aún y hoy dijo a la agencia Interfax que no va a abandonar Bielorrusia.

La escritora Svetlana Alexiévich, premio Nobel de literatura, fue llamada a declarar en el caso criminal abierto contra el consejo, pero las autoridades no se han atrevido a adoptar medidas legales contra la mayor crítica de Lukashenko.

Además, una de las principales colaboradoras de Tijanóvskaya en Minsk, Olga Kovalkova, fue trasladada a Polonia contra su voluntad y Pável Latushko, exministro de Cultura y uno de los líderes del Consejo Coordinador, también ha abandonado el país por las presiones ejercidas contra él por el KGB.

Detenidos se encuentran por su parte el sindicalista Serguéi Dilevski y la jurista Lilia Vlásova.

"Las autoridades se equivocan si creen que nos detendrán. Mientras más intimiden, más gente saldrá a las calles. Continuaremos la lucha. Conseguiremos la libertad de todos los detenidos y que se celebren nuevas elecciones", subrayó este lunes Tijanóvskya

MÁS DE 600 DETENCIONES

La ciudadanía y la oposición mantienen la presión sobre Lukashenko, cuyas fuerzas de seguridad han vuelto a aumentar las detenciones el fin de semana y a recurrir a la violencia contra manifestantes pacíficos que volvieron a salir en masa a las calles de Minsk y otras ciudades para exigir la renuncia del líder autoritario, en el poder desde hace 26 años.

Solo el domingo fueron detenidas 633 personas en todo el país, cifra que se suma a otros 30 arrestos del día anterior, según reconoció este lunes el Ministerio del Interior.

Entre los detenidos hubo seis periodistas, como Nasta Zajarévich, que colabora con diferentes medios locales y con la Agencia EFE y que hoy fue condenada a siete días de arresto "por participar en una acción no autorizada", cuando lo que hacía era ejercer su profesión en una marcha de mujeres en Minsk.

El Ministerio del Interior ya había advertido de que tomaría medidas para impedir "acciones ilegales", si bien las detenciones no han alcanzado aún las 7.000 que hubo en los primeros días tras las elecciones presidenciales del 9 de agosto en las que Lukashenko ganó con un 80 % de los votos, resultado considerado fraudulento por la oposición y Occidente. 





Zinchenko lanza duro mensaje: 'El mundo necesita paz, debemos detener la guerra'

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

El centrocampista Oleksandr Zinchenko lamentó la derrota ante Gales en Cardiff (1-0) que deja a Ucrania sin poder disputar el Mundial de Qatar 2022 y sin poder dar una alegría a un país que desde hace meses está inmerso en el drama de una guerra que "hay que detener por completo".

El jugador del Manchester City subrayó que "todo el mundo necesita vivir en paz y debemos detener la guerra completamente", dijo tras el encuentro frente a Gales.

"Ahora es Ucrania pero quién sabe qué pasará mañana. Debemos permanecer juntos", dijo Zinchenko. "Todos debemos seguir luchando. Como futbolistas debemos representar a nuestro país lo mejor que podamos".

El centrocampista ucraniano consideró que su selección fue mejor que Gales y mereció la clasificación que impidió el portero local Wayne Hennessey. "Tuvo una actuación increíble. Fue el mejor del partido sin duda".

"En líneas generales no creo que mereciésemos perder. Pero así es el futbol y esto a veces pasa", lamentó Oleksandr Zinchenko. "Todos lo hemos dado todo, dejamos todo en el campo".

"El futbol es emociones y podemos dar grandes emociones a nuestros seguidores. Sin embargo, lamentablemente no logramos el objetivo que queríamos", concluyó el jugador del Manchester City.




''Derrota devastadora'': el pronóstico para Vladimir Putin que hizo un exasesor

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

El economista sueco Anders Aslund, quien trabajó como asesor económico de los gobiernos de Rusia y de Ucrania, escribió un artículo de opinión en la influyente revista estadounidense de relaciones internacionales Foreign Affairs y allí sostuvo que es probable que el presidente Vladimir Putin se dirija hacia una “derrota rusa devastadora”.

También, pronosticó que el mandatario podría ver “uno de los fracasos más espectaculares de la historia contemporánea”, mientras sus tropas aún intentan una victoria sobre Kiev, según citó el medio ABC.

Este experto en política económica de la región de Europa del Este indicó que el final de la guerra no solo será un fracaso militar para Putin, sino también una derrota económica que no se parece a nada que el país haya visto en su historia y que repercutirá en todo el mundo, de acuerdo a ABC.

“Hoy Rusia se enfrenta no solo a una derrota humillante, sino también a un horrendo colapso económico, del que Putin es totalmente responsable. En un solo día, Putin eliminó la mayoría de las ganancias económicas que Rusia había logrado desde 1991″, planteó Aslund.

Incluso, deslizó que “si la indignación pública no derroca primero al gobierno de Putin”, este colapso económico podría potenciar que el presidente ruso sea derrocado por quienes alguna vez estuvieron en su círculo íntimo, parte de la élite del Kremlin.

“En agosto de 1998, después de seis días de una crisis financiera mucho menos severa, el presidente ruso Boris Yeltsin destituyó a su gobierno”, recordó Aslund y agregó: “Putin, por el contrario, no permitió que nadie en su gobierno renuncie, obligando a todos a estar con él hasta el amargo final. No hace falta decir que el miedo parece prevalecer entre la élite del gobierno ruso”.

En ese sentido, el economista reconoció que el malestar social no fue generalizado en los últimos años, pero enfatizó en que el grado de declive que se prevé en la producción y en el nivel de vida no se registra desde principios de la década del 90. “Una reacción popular natural sería un malestar social generalizado, lo que agravaría las tensiones entre los servicios de seguridad”, consideró Aslund.

Entonces, advirtió que Occidente “debe comenzar a planificar el colapso y el refuerzo del régimen de Putin” y señaló: “Esta no sería la primera vez que Moscú lanza una ambiciosa aventura militar en busca de territorio adicional, solo para encontrarse superado y humillado”.

Con una guerra que ya lleva más de tres meses, ABC repara en que la resistencia del pueblo ucraniano -apoyado por los países de Occidente- fue inesperada para el presidente ruso. Además, que esa defensa de Kiev prolongó el conflicto más allá de lo que Rusia estaba preparada para afrontar cuando comenzó la invasión, el 24 de febrero pasado.



''Ni la guerra me apartará de mi esposo'': primera dama de Ucrania

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Reuters,  Ciudad de México, Mexico, 

La primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, concedió una inusual entrevista a la prensa de su país en la que aparece junto a su esposo, el presidente Volodimir Zelensky, apenas por segunda vez desde que empezó la guerra a finales de febrero.

Zelenska ha permanecido en lugares secretos por motivos de seguridad.

"Nuestra familia ha sido despedazada, así como todas las familias ucranianas", dijo en la entrevista.

La reportera entonces le planteó: "La guerra esencialmente apartó a su marido de su lado".

"Nadie me quita a mi esposo, ni siquiera la guerra", respondió Zelenska.

"Pero sí, él vive para su trabajo, y nosotros [su familia] casi no lo vemos. No lo vimos durante dos meses y medio. Hablamos por teléfono. Ahora estamos teniendo algunas ocasiones para vernos. Estoy agradecida por esta oportunidad [la entrevista], que nos permite pasar tiempo juntos".

"Un encuentro romántico en la televisión", afirmó la entrevistadora.

"Sí, un encuentro en la televisión. Estoy agradecida", contestó la primera dama, que tiene dos hijos con Zelensky: una niña llamada Oleksandra y un niño que se llama Kyrylo.

Sobre el primer día de la acción militar rusa, el 24 de febrero, Zelenska señaló que se despertó con sonidos extraños del exterior, "como probablemente todo el mundo".

"Estaba oscuro y vi que Volodymyr [Zelensky] no estaba a mi lado. Él ya estaba vestido, con traje, pero sin corbata. Le pregunté qué estaba pasando y me dijo: 'Comenzó'. No puedo describir las emociones… ansiedad, estupor… Él me dijo eso y salió. Después de aquello, no nos vimos por un buen tiempo".

Al lado de Zelenska, el presidente ucraniano dijo que el fin de la guerra en Ucrania depende de la diplomacia.

"Estoy muy convencido de esto. Hay cosas que no podemos concluir sin sentarnos en una mesa de negociaciones (…) Porque nosotros queremos todo de vuelta, y Rusia no quiere devolver nada", indicó Zelensky.

La guerra en Ucrania está a punto de cumplir tres meses sin un final claro en el horizonte.

Este fin de semana, el principal negociador ucraniano, Mykhailo Podolyak, descartó cualquier posibilidad de alto el fuego con concesiones territoriales por parte de Ucrania.

Podolyak alega que eso permitiría la permanencia de las tropas rusas en esos lugares y facilitaría posibles ataques futuros.

Después de capturar la ciudad portuaria de Mariupol, las fuerzas rusas siguen atacando la región de Donbás, en el este de Ucrania.

Se cree que se están preparando para intentar tomar las ciudades de Slovyansk y Severodonetsk.

Este domingo, Zelensky extendió la ley marcial en Ucrania tres meses más, hasta el 23 de agosto.

Esa ley determina, por ejemplo, que los hombres de 18 a 60 años tienen que quedarse en el país para combatir en la guerra.



Los 80 días que dejaron en ruinas a Mariupol, la ciudad floreciente de Ucrania

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

Después de casi tres meses de ataques implacables, la ciudad ucraniana de Mariupol ha caído. El ejército de Ucrania dice que su misión de combate en el puerto sitiado ha terminado. Más que cualquier otra ciudad ucraniana, Mariupol ha llegado a simbolizar la feroz brutalidad del asalto de Rusia y la perseverancia de la resistencia de Ucrania.

El miércoles 23 de febrero, Iván Stanislavsky dejó la funda de su cámara en la oficina.

Se dirigía a la casa de un amigo para ver el diseño de portada de su nuevo libro, el cual mostraba los murales de la era soviética de Mariúpol. Pero no quería cargar mucho, y podía recoger la bolsa al día siguiente.

Pero el jueves, mientras estaba parado en la calle frente a su oficina cerrada, pudo escuchar sonidos estridentes que llegaban desde el este. La ciudad estaba bajo fuego.

A medida que el conflicto se intensificó y los disparos también se hicieron audibles hacia el oeste, Iván movió su cama al pasillo de su casa. Apiló su gran colección de libros de arte, incluida la Enciclopedia de la música rock ucraniana, contra las ventanas en el distrito de Primorsky.

"Digamos que no fue un desperdicio de biblioteca", dice el fotógrafo de 36 años, que también trabajaba en el departamento de prensa del club de fútbol de la primera división ucraniana FC Mariupol.

Al otro lado de la ciudad, en el barrio de Kalmiusky, el empresario Yevhen también estaba tomando precauciones. El hombre de 47 años le había dicho a su familia que hiciera las maletas para poder escapar de la ciudad. Pero cuando regresó de la oficina, descubrió que nadie había hecho nada. Su familia se negaba a irse.

En un apartamento del mismo bloque, Nataliia, de 43 años, y Andrii, de 41, trabajadores de la siderúrgica cercana, ya estaban rebanando las dos últimas hogazas que habían podido comprar, dejándolas secar para comerlas pieza a pieza. durante las próximas semanas.

Volodymyr, un paramédico de 52 años de Kalmiusky, también estaba en su cocina, tratando de asimilar la noticia. Cuando llegaron informes de que los rusos marchaban por el pueblo de Chonhar, en una carretera estratégica que sale de Crimea hacia el oeste, sintió conmoción. Comprendió que se trataba de un ataque coordinado.

El despachador de la ambulancia estaba al teléfono. Le indicó a Volodymyr que ignorara las llamadas de rutina. "Encuentra a los heridos", le dijeron.

Mariia, graduada en ingeniería de 22 años, pensó que la primera explosión que escuchó fue simplemente una tormenta. Entonces llegó una segunda explosión.

"No sabíamos qué hacer", dice. "No tuve tiempo de pensar en mi futuro, mis planes. Tuve que pensar en lo que comería y bebería... Y qué hacer con los gatos".

De repente se dio cuenta de por qué, en los últimos días, habían aparecido soldados en el taller de pintura donde trabajaba, pidiendo comprar cinta azul y amarilla. Lo necesitaban para marcar sus uniformes.

Cuatro días después de iniciada la guerra, cuando los combates se acercaban, Iván y su esposa buscaron refugio en un sótano debajo de su supermercado local. Ofrecía una buena protección, e Iván descubrió que la amortiguación del sonido adormecía su sensación de creciente ansiedad.

La vida diaria se estaba reduciendo a lo esencial.

"Vivíamos como gente primitiva", le dijo a la BBC desde Lviv, adonde se refugia ahora. "Cortamos árboles, hicimos fogatas, cocinaos comida en las hogueras. Incluso escuché de personas que comían palomas".

Vio cómo el orden se rompía gradualmente a su alrededor. Escribió un diario vívido, que luego se publicó en línea.

"Ha llegado la edad de piedra", dice en la página del 6 de marzo.

Escribe sobre cómo los ucranianos asaltaron tiendas abandonadas, llevándose todo, desde computadoras y neveras hasta trajes de baño y ropa interior.

Una noche, una mujer borracha lo invitó a beber en el sótano donde se refugiaba. "Date un gusto", dijo, mientras una linterna revelaba una botella de Merlot californiano, tomada de Wines of the World en la cercana calle Italiiska.

Pero consciente de que incluso se estaban llevando suministros médicos y cajas registradoras, Iván dice que sintió disgusto.

"Somos nuestros peores enemigos", escribió.

Pero, ¿es así cómo sobreviven los más aptos?, se preguntó. Después de un tiempo, cada día se convirtió en una "misión de combate".

En unas pocas semanas, Mariupol se vino abajo. El ejército ruso asedió la ciudad y atacó los suministros de agua y electricidad. Un ataque aéreo ruso golpeó el hospital de maternidad el 9 de marzo y un avión bombardeó su teatro, claramente marcado como un refugio civil, una semana después.

Iván se sorprendió de lo rápido que sucedió todo.

"Toda la ciudad, toda su infraestructura, sistema de abastecimiento, logística, suministro de energía fue destruida en cuestión de días", relató.

Sentado bajo tierra por la noche, sintió que la gente se volvía pasiva.

"Solo puedes esperar en el refugio", escribió en su diario. "Algunos esperan la primavera, otros, que llegue la mañana, otros, el final de la guerra. Y alguien está esperando que llegue la bomba que mate a todos".

Y todo esto justo cuando Mariupol parecía destinado a entrar en una nueva época. El dinero había comenzado a llegar a raudales, agregando brillo a una ciudad que anteriormente se asociaba principalmente con la industria pesada y la guerra.

"Era una ciudad que aspiraba a algo", considera Iván. No siempre había sido así.

Mucho antes de la invasión de este año, Mariúpol tenía un asiento de primera fila en el conflicto latente de Ucrania con los separatistas respaldados por Rusia en Donetsk y Lugansk, las dos regiones que conforman el área vecina conocida como Donbás.

Cuando estallaron los combates allí por primera vez en 2014, el gobierno perdió brevemente el control de Mariúpol después de enfrentamientos con manifestantes prorrusos. En enero de 2015, un devastador ataque con cohetes de los rebeldes en el extremo este de la ciudad mató a unos 30 civiles.

Aunque la guerra retrocedió gradualmente, el sonido de la artillería retumbando en la distancia era parte del paisaje sonoro diario de Mariupol.

Pero la ciudad siguió adelante. El gobierno ucraniano la convirtió en la capital administrativa de la región del Óblast, de Donetsk, reemplazando a la ciudad de Donetsk controlada por los rebeldes.

"Comenzó a recibir todos los recursos y toda la atención", explicó Iván.

Se renovaron los edificios públicos, se abrieron cafés y se crearon nuevos parques. En un podcast de octubre pasado, el alcalde de la ciudad, Vadym Boychenko, se jactó de crear los mejores servicios municipales del país, abrir una escuela de tecnologías de la información y promover el arte y el deporte contemporáneos.

Dijo que había planes en marcha para instalar el parque acuático más grande de Ucrania y una versión de Disneyland "que probablemente se llamará Mariland". De hecho, Mariúpol fue declarada "Gran Capital de la Cultura" de Ucrania en 2021.

Pero mientras Mariúpol florecía, el Donetsk controlado por los rebeldes se deterioraba. Cuando los rebeldes regresaron a Mariúpol, Volodymyr, el paramédico, creyó que la venganza los impulsaba a destruir la ciudad.

"'Si vivimos en la mierda, entonces tú también vivirás en la mierda'", dice Volodymyr que le dijeron en un puesto de control cuando finalmente escapó de la ciudad. "Simplemente nos miraban y envidiaban cómo vivíamos".

Yevhen, el empresario, describe la vida en Mariupol en los últimos cinco años como "un cuento de hadas". "Se estaba reconstruyendo la ciudad, se renovaron todas las carreteras, se mejoró el transporte público".

Su empresa de restauración de edificios fue responsable, entre otros proyectos, de la reconstrucción de la icónica torre de agua de Mariúpol para el 240 aniversario de la ciudad.

"Esta es una ciudad de grandes trabajadores... Era difícil para mí explicarle a mis trabajadores que debían terminar a las 6:00 pm, ellos querían trabajar más tiempo".

Como muchos otros, pasaba los fines de semana en familia en los remozados parques de la ciudad o en el paseo marítimo.

"Para mí, esta es una pregunta clave: si quieres capturar la ciudad, ¿por qué destruirla? Los rusos no necesitan gente que piense, necesitan territorio", dice.

Y, agrega, ahora está recibiendo llamadas de los rusos para regresar a Mariúpol y ayudar a reconstruirla.

"Pero si Mariupol está ocupada por Rusia, no habrá futuro allí... no habrá nada por lo que vivir. Vivir en un territorio no reconocido es enterrar el futuro de tus hijos".

Unas 150 mil personas permanecen en la ciudad, de una población de casi medio millón. La mayoría de los que quedaron allí, dice, también están tratando de escapar.

"Me fui de Mariúpol pero mi alma está allí", concluye con lágrimas en los ojos.

Nataliia y su esposo Andrii trabajaron en la planta de Illich, una de las dos fábricas de hierro y acero que se elevan sobre el horizonte de la ciudad y ocupan un lugar destacado en las fotografías de Iván Stanilavsky.

Pasaban largas jornadas de trabajo y el tiempo libre era valioso.

"Las autoridades de la ciudad colocaron baldosas de mármol, hicieron pilares [para que] fuera posible sentarse en un banco justo en el mar", dice Andrii.

"Era una ciudad cálida y maravillosa, con parques, conciertos, fuentes", dice su esposa. "Una ciudad europea".

Este florecimiento reciente fue capturado por Iván, pero como fotógrafo apasionado por el pasado de su ciudad, su proyecto favorito fue documentar la notable colección de murales soviéticos de Mariúpol, una de las más extensas de Ucrania.

La importancia cultural de preservar obras tan notables parece innegable, pero en Mariúpol la nostalgia por la Unión Soviética chocó incómodamente con la identidad moderna y cada vez más europea de Ucrania, dice Iván:

"La política ya estaba impidiendo que este patrimonio cultural se integrara en el contexto artístico de Ucrania".

Así que, inevitablemente, cuando llegó la guerra, la cultura también se vio enfrentada a sí misma.

El 28 de abril, el ayuntamiento de Mariupol denunció el presunto robo por parte de Rusia de más de 2 mil piezas de los museos de la ciudad, incluidos iconos antiguos, un rollo de la Torá escrito a mano y más de 200 medallas.

La directora del Museo de Historia Local de Mariupol, Natalia Kapustnikova, dijo más tarde al periódico ruso Izvestia que ella personalmente había entregado pinturas a los rusos de Iván Aivazovsky y Arkhip Kuindzhi, y afirmó que los "nacionalistas" ucranianos habían quemado el 95% de las exhibiciones del museo.

Ella no era la única funcionaria local que albergaba sentimientos prorrusos. El 9 de abril, el fiscal general de Ucrania acusó de traición a un miembro del ayuntamiento de Mariúpol, Kostyantyn Ivashchenko, después de que los separatistas prorrusos lo declararan alcalde en Donetsk.

El partido prorruso de Ivashchenko había tenido un buen apoyo en las últimas elecciones de la ciudad, quedando en segundo lugar, mientras que el partido del presidente Volodymyr Zelensky quedó en un distante quinto lugar.

En una encuesta realizada justo antes de las elecciones por el Centro de Indicadores Sociales con sede en Kiev, casi la mitad de la población de la ciudad se identificó como "rusa", aunque el 80% también se describió como "ucraniana".

Más revelador, quizás, es que menos del 20 % se autoidentificó como "europeo", mientras que más del 50% dijo que era "soviético".

Nataliia, cuyo padre es ruso, dice que le pidió perdón a su esposo cuando comenzó el bombardeo. "Estaba avergonzada de ser rusa".

Mariia, la ingeniera, repite que antes de la guerra su primer idioma era el ruso, pero cuando comenzaron los bombardeos "comencé a odiar todo lo ruso: el idioma, las películas, los objetos".

La compleja identidad de Mariupol no es única en la Ucrania actual, un país que formó parte integral de la Unión Soviética hasta el colapso del comunismo a fines de la década de 1980. Y es dudoso que cualquiera de los que se describieron a sí mismos como "rusos" o "soviéticos" quisieran ver su ciudad destruida en un esfuerzo violento por volver a colocarla en la órbita de Moscú.

Irónicamente, cuando llegó el momento de defender la ciudad de los invasores rusos, fue otra parte del legado de la era soviética de Mariúpol la que pasó a desempeñar un papel casi icónico.

Este legado, enterrado a gran profundidad, es el laberinto de búnkeres debajo de la siderúrgica Azovstal, construida por las autoridades soviéticas durante la Guerra Fría.

Los 36 refugios antiaéreos dieron cabida a más de 12 mil personas. Después de la independencia en 1991, nadie pensó mucho en ellos. Pero luego comenzaron los combates en 2014.

"Empezamos a pensar en lo que haríamos si los combates se extendieran más por la ciudad", dice Enver Tskitishvili, director general de Azovstal.

La capacitación sobre el uso de los búnkeres y sus túneles de conexión se realizó todos los días durante años.

A principios de febrero, cuando el temor a que se reanudara el conflicto se hizo más grande, los preparativos se aceleraron. Se trajeron alimentos y agua la semana anterior a la invasión de Rusia.

Los funcionarios de la planta sabían que los refugios antiaéreos pronto estarían ocupados, pero no tenían idea de que Azovstal, rodeada de agua por tres lados, se convertiría en el escenario de la última resistencia de Mariúpol.

A medida que pasaban los días, la guerra se acercaba cada vez más al departamento de Iván Stanislavsky. Las excursiones en busca de alimentos, incluso a la cercana tienda Dzerkalnyy, a solo 400 metros, eran cada vez más peligrosas. A veces, un equipo de morteros ucranianos llegaba en camión, disparaba algunas rondas y se marchaba antes de la inevitable respuesta rusa.

Había poca comunicación entre civiles y soldados.

Un día, un tanque del Regimiento Azov llegó cerca de Dzerkalnyy, haciendo que los lugareños salieran corriendo, temerosos de una batalla inminente. El regimiento surgió en 2014 como una milicia voluntaria muy eficaz con afiliaciones de extrema derecha y, en algunos casos, neonazis, antes de incorporarse a la Guardia Nacional de Ucrania.

Vladimir Putin ha hecho un uso extensivo de los controvertidos orígenes de Azov, en un esfuerzo por reforzar su argumento de que está tratando de "desnazificar" a Ucrania. Las autoridades ucranianas dicen que los orígenes del regimiento son cosa del pasado y señalan que los partidos de extrema derecha han tenido muy poco éxito electoral.

En su diario, Iván describió a los miembros que conocía del batallón como un variopinto grupo de nativos de Mariúpol (motociclistas, abogados, hinchas del fútbol y un actor aficionado) impulsados no por ideología, sino por un odio feroz hacia aquellos que intentaban arruinar sus vidas.

"Juntos formaron un batallón 'nazi' e intimidaron a todo el ejército ruso", escribió.

Intimidante y efectivo, pero no lo suficiente, eventualmente, para detener la marea rusa.

Mientras los defensores de la ciudad peleaban su batalla perdida, Iván escuchó voces en su sótano que comenzaban a maldecir al presidente Zelensky por dejar a Mariúpol a su suerte.

A pesar de todos los elogios recibidos por los defensores de la ciudad, quedó claro desde el principio que Mariupol no era la principal prioridad del gobierno. Enfrentado a las amenazas rusas en varios frentes, el gobierno de Zelensky optó por asegurar la capital, frustrando lo que podría decirse que era la principal prioridad de Vladimir Putin.

En última instancia, eso significó permitir que las fuerzas rusas lograran otro de sus objetivos previos a la guerra: el establecimiento de un corredor terrestre entre Crimea, anexada por Moscú en 2014, y los separatistas en el Donbás.

Pero para aquellos atrapados en la ciudad, peleando o simplemente tratando de sobrevivir, fue un trago amargo.

"Algunos dicen que a Mariupol se le otorgó el estatus de ciudad heroica", escribió Iván en su diario el 13 de marzo.

"Parece que el premio será póstumo".

Iván ya no podía soportar más. Afuera del supermercado Dzerkalnyy, vio cadáveres cuidadosamente apilados debajo de una pared. Las personas que antes hacían cola para conseguir comida ahora estaban en "la cola de los muertos", esperando ser enterradas.

Entonces, el 15 de marzo, metió a cuatro miembros de la familia y su gato en su Skoda Fabia milagrosamente intacto y se unió a un convoy para el tortuoso viaje hacia el noroeste con destino Zaporizhzhia, una localidad controlada por el gobierno.

En un mirador de la calle Markelova que apunta hacia el puerto y la playa, Iván se permitió un breve momento de reflexión.

"En mi cabeza me estoy despidiendo de este lugar", relató en su diario. "Tengo la sensación de que nunca volveremos aquí".

Un día después, Mariia y cinco familiares también partieron en automóvil, llevando solo objetos personales y el perro de la familia. Mientras salían de Mariupol, su convoy fue atacado y los autos tuvieron que acelerar para salir del peligro, dirigiéndose primero a Zaporizhzhia y luego a Dnipro.

Al día siguiente, Nataliia y Andreii se fueron, luego de que un vecino les ofreciera un espacio en su auto. La pareja finalmente llegó a la ciudad de Khmelnytskyi, donde han estado vendiendo la colección de monedas de la familia para poder sobrevivir.

En ese mismo convoy, Yevhen viajaba con su esposa y otros dos familiares. Ahora está en Dnipro, ayudando a otros residentes que escaparon de Mariupol y tratando de llegar a los que quedan.

Volodymyr, el paramédico, se quedó en Mariúpol todo el tiempo que pudo para cuidar de su anciana madre. Pero privada de alimentos y medicinas especiales, murió. Él salió de la ciudad el 21 de abril y se ofreció como voluntario en un hospital en Dnipro.

"Hay miles y miles de familias como la mía", dice. "¿Cuántas personas han muerto? ¿Cuántas familias se han perdido?".

Dos meses después de escapar, Iván sigue observando la agonía de Mariúpol desde la relativa seguridad de Lviv.

En el epílogo conmovedor de su diario, escribió sobre recuerdos instantáneos, mensajes de texto sobre muertes o escapes afortunados.

Y llamadas telefónicas que quedaron sin respuesta: "El usuario está fuera de cobertura".



Las sanciones contra Rusia no son tan ambiciosas como las impuestas a Venezuela

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

Edward Fishman, un exespecialista del gobierno de EU, evalúa en una entrevista el efecto de las sanciones económicas a Rusia por invadir a Ucrania y advierte que el objetivo ya no es cambiar el comportamiento de Vladimir Putin

Pese al alcance inédito de las sanciones económicas de Occidente a Rusia por invadir Ucrania el 24 de febrero, una pregunta persiste: ¿cuán efectivas son realmente esas medidas?

Por ahora la economía rusa parece haber evitado el colapso que muchos anticipaban, su sistema financiero recobró cierta estabilidad y el país aún recibe cientos de millones de dólares diarios por exportar petróleo y gas.

Sin embargo, detrás de esa aparente normalidad Rusia ha comenzado a sufrir un retroceso inevitable, asegura Edward Fishman, un experto que en el pasado contribuyó a diseñar sanciones a ese país para el gobierno de Estados Unidos.

Durante una entrevista con BBC Mundo, Fishman asegura que la intensidad de las medidas contra Moscú aumentará a un máximo nivel cuando alcancen sus exportaciones de petróleo y gas.

La Unión Europea, un cliente clave de la energía rusa, ha comenzado a analizar una propuesta de su comisión ejecutiva para prohibir las importaciones de petróleo de Rusia, aunque algunos países del bloque se oponen inicialmente a la idea.

Fishman anticipa que un retiro del petróleo ruso de los mercados internacionales presionará aún más al alza los precios del crudo y los consumidores alrededor del mundo se verán afectados.

Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico con este exlíder para Rusia y Europa de la oficina de sanciones económicas del Departamento de Estado de EE.UU. durante el gobierno de Barack Obama:

¿Qué eficacia han tenido las sanciones impuestas a Rusia desde febrero hasta ahora?

Las sanciones impuestas a Rusia en los últimos meses no tienen precedentes por su rapidez, escala y alcance.

Nunca habíamos visto en la historia moderna que se impusieran tan rápido sanciones contra un actor económico importante como Rusia.

Para contextualizar, en la víspera de la invasión de Ucrania por parte de [el presidente ruso Vladimir] Putin la intensidad de las sanciones contra Rusia era como de dos en una escala de 10. Y en pocos días, pasó a siete u ocho en 10.

Y podría haber más sanciones en los próximos meses.

No está claro cómo las sanciones están afectando la política y los cálculos de Putin.

El objetivo inicial era usar la amenaza de las sanciones para persuadir a Putin de que invadir Ucrania no valía la pena. Lamentablemente eso no funcionó.

El objetivo de las sanciones ahora es menos cambiar el cálculo y la psicología de Putin, y es más degradar la capacidad de Rusia para hacer más daño. Se trata de dificultar que Rusia obtenga la tecnología y financiación que necesita para alimentar una maquinaria militar contra países como Ucrania y otros vecinos.

En ese sentido, creo que las sanciones tendrán éxito: harán mucho más difícil que Rusia tenga una capacidad militar moderna.

Este es su balance para un período muy corto desde que se aplicaron las sanciones. ¿Prevé que en los próximos meses la economía rusa sufra más por las sanciones?

Sin duda. El impacto de las sanciones sólo va a crecer con el tiempo.

Cuando se impusieron las sanciones, se produjo un pánico financiero inmediato que se ha calmado y hay cierto nivel de estabilidad.

Pero creo que la estabilidad que vemos enmascara lo que ocurre bajo la superficie. No pueden obtener los insumos que necesitan para fabricar muchas cosas, como automóviles o maquinaria sofisticada. Y como resultado, habrá un nivel de desempleo e inflación importante el resto del año en Rusia.

Se espera una contracción de entre 10% y 15% del PIB ruso. Eso es más del doble de la contracción que tuvo Rusia tras la crisis financiera de 1998, cuando entró en un default de su deuda.

Así que las consecuencias económicas para Rusia no harán más que aumentar y no creo que Rusia pueda funcionar como una economía moderna bajo las sanciones actuales.

Mientras las sanciones estén en vigor, la economía rusa se atrasará bastante. Rusia será un estado paria, la Corea del Norte del Volga.

¿Sufrirán también otros países los efectos de las sanciones sobre la economía rusa?

La guerra en Ucrania está teniendo consecuencias negativas para la economía mundial. No se trata solo de las sanciones, sino de la propia guerra.

Rusia invadió Ucrania y cerró gran parte de su industria, causando daños por cientos de miles de millones de dólares. Como consecuencia, vemos cosas como una escasez de grano y alimentos. Ucrania es uno de los mayores productores agrícolas. Al invadirla, Rusia creó una crisis alimentaria en otras partes.

Así que creo que la invasión de Ucrania tendrá efectos de rebote en la economía mundial.

También hay efectos de segundo orden por las sanciones. Siempre los hay. Sobre todo en países expuestos al sistema financiero y la economía de Rusia, en su periferia.

¿Espera que Putin se vuelva más agresivo a medida que las sanciones surtan efecto en Rusia?

No veo cómo Putin podría ser más agresivo de lo que ya es. Recuerde que Putin lanzó esta invasión masiva de Ucrania en febrero, antes de que las devastadoras sanciones entraran en vigor.

¿Y hay algún resultado identificable hasta ahora de las sanciones en la forma como se comporta Putin?

No, no creo que las sanciones estén moldeando el comportamiento de Putin. Creo que tenemos que ser honestos con nosotros mismos.

La mejor oportunidad para que las sanciones afectaran el comportamiento de Putin estuvo antes de que se produjera la invasión: usar la perspectiva de una devastación económica para persuadirlo de que no lo hiciera.

Después que Putin tomó la decisión de invadir, no creo que las sanciones tuvieran muchas posibilidades de cambiar su cálculo.

Es difícil imaginar que un dictador como Putin se aleje de Ucrania debido a las sanciones. Cuando decidió invadir, la única manera de cambiar realmente su cálculo era que el pueblo ucraniano se defendiera con valentía y mostrara a los militares rusos que iba a tenerla más difícil de lo que pensaban. Y Ucrania ha logrado eso.

¿Cómo se compara el régimen de sanciones contra Rusia con otros aplicados a diferentes países?

Incluso ahora las sanciones contra Rusia no son tan exhaustivas como las de EE.UU. contra Irán.

El país más sancionado por EE.UU. sigue siendo Irán. Todos los grandes bancos y empresas energéticas iraníes están aislados del sistema financiero de EE.UU., que lanzó una campaña mundial para cortar las exportaciones de petróleo de Irán. Básicamente, Irán está bajo sanciones máximas de 10 en 10.

Lo que no tiene precedentes en las sanciones a Rusia es que se trata de una economía mucho más grande y sistemáticamente integrada que otros objetivos de sanciones, como Irán, Corea del Norte o Cuba.

El Banco Central de Rusia tenía activos por valor de US$640.000 millones cuando fue sancionado, más que el tamaño de toda la economía iraní, que en su punto álgido tenía un PIB de unos US$550.000 millones.

¿Y espera que el nivel de sanciones a Rusia aumente en los próximos meses?

Sí, lo espero. Creo que al final vamos a llegar a un 10 en 10. Finalmente habrá sanciones a las exportaciones de petróleo ruso e incluso a las de gas. Pero tardaremos un poco en llegar a eso.

La UE ha anunciado nuevas propuestas de sanciones a Rusia, incluida la prohibición de las importaciones de petróleo ruso para fines de este año, como ya lo hizo EE.UU. ¿Tiene alguna idea de cómo o quién pagaría el coste de sustituir el petróleo ruso?

Al retirar el petróleo ruso del mercado mundial, los precios probablemente subirán. En muchos países, los propios consumidores serán los más afectados: pagarán precios más altos en el surtidor. Los gobiernos tendrán que hacer cosas en apoyo a la gente que verá subir los precios de la gasolina.

Esto es culpa de Putin. Al invadir Ucrania y lanzar una guerra imperialista contra su vecina Ucrania, Putin ha afectado a todo el mundo porque los precios del petróleo van a subir.

¿Cuán seguro puede estar de que estas sanciones contra Rusia funcionarán y que no impondrán un sufrimiento económico a cierta población sin ninguna garantía de conseguir los objetivos?

El objetivo de las sanciones nunca es tener efectos indebidos sobre civiles inocentes. Y creo que a menudo esos efectos pueden ser exagerados.

Es importante que seamos honestos y que, con el tiempo, supervisemos cómo funcionan las sanciones y que hagamos cambios si es necesario.

Pero hasta ahora las pruebas sugieren que las sanciones están teniendo un efecto bastante dramático en la economía de Rusia.

Venezuela ha estado bajo sanciones tal vez más perjudiciales que las impuestas contra Rusia: incluyen al sector petrolero, una pata clave de la economía venezolana, que realmente se ha hundido. Sin embargo, Nicolás Maduro sigue en el poder y EE.UU. y sus aliados no han logrado su objetivo de que se convoquen elecciones democráticas en este país*. Entonces, ¿por qué las sanciones van a funcionar en Rusia cuando no lo han hecho en Venezuela?

Recordemos que el objetivo de las sanciones a Venezuela ha sido derrocar al gobierno de Maduro: el cambio de régimen era el objetivo del gobierno de Trump. Y han fracasado. No han producido un cambio de régimen; Maduro sigue al mando.

El objetivo de las sanciones contra Rusia no es el cambio de régimen. Quiero ser claro. El objetivo es simplemente debilitar la capacidad de Rusia de causar caos, violencia y destrucción en el mundo. Y creo que tendrán éxito en ese sentido.

El objetivo de las sanciones contra Rusia no es tan ambicioso como el de las sanciones contra Venezuela. El cambio de régimen es el objetivo más ambicioso que se puede tener con unas sanciones. Y el historial de las sanciones es muy malo en cuanto a lograr un cambio de régimen: no suelen conseguirlo. Mira a Cuba, sometida a un embargo durante décadas por parte de EE.UU. y todavía con el régimen de Castro en el poder.

Yo no compararía a Venezuela con Rusia, porque el objetivo de las sanciones es totalmente diferente.

Dice que el objetivo de las sanciones es debilitar la capacidad de Rusia para hacer daño en el mundo. Pero está hablando de una de las dos mayores potencias militares nucleares del mundo. ¿Cómo se puede reducir su capacidad de hacer daño cuando ya tiene un arsenal de armas nucleares?

Pero no utilizan su arsenal nuclear. En la guerra contra Georgia en 2008, contra Ucrania en 2014, contra Siria en 2015 y contra Ucrania en 2022 no están usando sus armas nucleares. Usan el poder militar convencional para intimidar, invadir vecinos y redibujar el mapa de Europa.

Pero no utilizan las armas nucleares debido a la destrucción mutua asegurada. No quieren entrar en una guerra nuclear contra otras potencias nucleares: no es lo que pretende Putin; no creo que sea un suicida.

No digo que las sanciones vayan a acabar con el programa nuclear de Rusia. Ese no es el objetivo. El objetivo es hacer que Putin tenga que tomar algunas decisiones difíciles: si va a usar los ingresos que Rusia aún obtiene para financiar y modernizar su maquinaria militar, o para pagar las pensiones y a los empleados del gobierno.

No había tenido que tomar esas decisiones difíciles hasta ahora.

¿Diría que Rusia ha aprendido algo de las sanciones impuestas a Venezuela para intentar evitar el daño en su economía?

No creo que haya nada que Rusia pueda hacer para evitar el daño económico. Pero creo que si hay una lección de las sanciones a Venezuela es que incluso un dolor económico aplastante no conduce necesariamente a un cambio de régimen.

Si lo único que le preocupa a Putin es mantener su régimen, tal vez las sanciones venezolanas le den cierto consuelo de que, aunque su economía esté en recesión masiva y se desmorone, todavía puede mantenerse en el poder.

Eso es un triste comentario sobre Putin y su lugar en la historia de Rusia. Rusia es una gran civilización, una gran sociedad. Creo que se merecen algo más que un dictador que está dispuesto a ver cómo su país pierde 20 años de desarrollo económico para acariciar su propio ego y sus fantasías imperiales.

Esta entrevista se realizó antes del anuncio del gobierno de Biden este martes sobre la relajación de algunas de las sanciones impuestas contra los gobernantes e instituciones estatales de Venezuela. Entre otras medidas, la Casa Blanca autorizará a la compañía petrolera estadounidense Chevron iniciar negociaciones con la estatal venezolana PDVSA.