La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) declaró el martes que la temporada de huracanes en el Atlántico está preparada para ofrecer otra ronda de tormentas por encima de lo normal por séptimo año consecutivo.
Los meteorólogos de la NOAA estiman que habrá entre 14 y 21 tormentas con nombre, de las cuales entre seis y diez se convertirán en huracanes y entre tres y seis serán huracanes importantes durante la temporada que va del 1 de junio al 30 de noviembre.
Una tormenta tropical porta vientos sostenidos de al menos 63 kilómetros por hora, un huracán tiene vientos de al menos 120 kph y los huracanes mayores tienen vientos de al menos 180 kph y pueden causar daños devastadores.
El cambio climático está calentando las temperaturas de los océanos, lo que ha provocado tormentas más destructivas y dañinas, dicen los meteorólogos. Según la NOAA, este año las temperaturas del mar en el Atlántico y el Caribe, más cálidas que el promedio, y los patrones de los vientos alisios también auguran una temporada de tormentas superior a la media.
La NOAA pronostica una temporada de tormentas por encima de la media tras las perspectivas de la Universidad Estatal de Colorado, que el mes pasado predijo 19 tormentas con nombre, nueve huracanes y cuatro huracanes importantes.
Los meteorólogos estadounidenses calculan que hay un 65% de posibilidades de una temporada superior a lo normal; un 25% de que sea cercana a lo normal; y un 10% de que sea inferior a lo normal.
Una temporada media genera 14 tormentas con nombre y siete huracanes. La NOAA aumentó estas cifras para una temporada normal el año pasado tras un nuevo cálculo, citando la mejora de la vigilancia por satélite y el cambio climático.
Las 21 tormentas con nombre del Atlántico del año pasado costaron unos 80.600 millones de dólares en daños asegurados. El huracán Ida, de categoría 4 cuando golpeó Luisiana, y que trajo vientos e inundaciones hasta Nueva York, provocó unas pérdidas de 36.000 millones de dólares.