Sonaba el timbre todos los días; pusieron cámaras y vieron que era un perro
La historia dio un giro diferente a lo que pensaba
Una familia quedó sorprendida al descubrir quien era el "sujeto" que tocaba el tibre de su puerta todos los días en diferentes horarios sin razón alguna.
Los hechos ocurrieron en Brasil cuando Giglio Bernini y su familia empezaron a ser "molestados" por lo que creían era un fantasma o niños jugando con el timbre de su puerta, ya que este era sonado en varias ocasiones al día, todos los días.
Sin embargo, tras salir para revisar quien era nunca había alguien. ¿Era una broma de mal gusto?
"A veces nos encontrábamos ocupados, haciendo nuestra rutina diaria, estudiando, lavando platos y de la nada tocaban el timbre al azar. Estábamos un poco confundidos (...)", contó el dueño de la casa al programa Balanço Geral de TV Record.
Bernini tenía la teoría de que una presencia del más allá estaba trantado de dar alguna señal. “Creímos que era un fantasma, porque de repente empezaba a sonar y nunca había gente en la puerta. También sospechamos que podrían ser niños jugando o alguien que quiera robar la propiedad. (...)", declaró al diario Globo 1 (G1).
Ante la constante problematica, decidieron instalar cámaras en la zona para descurbrir de que se trataba. Finalmente, descubrieron al "culpable".
Durante la grabación, se ve como su perro "Faísca", un foxhound americano de seis años, se alza sobre sus patas traseras para alcanzar el botón del timbre.
"Nunca imaginamos que sería Faísca, porque no le enseñamos eso", dijo Bernini en conversación con G1. Al parecer, según explicaron, el perro está acostumbrado a salir de la casa y regresar por su cuenta.
"Se queda suelto en el patio, pero cuando alguien abre el portón corre a la calle y vuelve cuando quiere. Nunca lo entrenamos. Es muy inteligente y divertido", aseguró el hombre al mismo medio.
Estuvo desaparecido seis meses
Cuando era más chico, alguien se robó a Faísca: pasó seis meses desaparecido hasta que lo hallaron. "Avisamos en el pueblo que se lo habían llevado, aunque no pudimos localizarlo. Al cabo de un tiempo nos llamaron y dijeron que estaba en la calle. Probablemente, la persona que lo robó lo crió en algún lugar de la región y terminó escapando", relató Bernini.
"Es muy dócil. Antes del robo, iba con todo el mundo, pero luego empezó a tener miedo de la gente que no es de la familia. Ahora tarda un poco más en entrar en confianza", manifestó.