Medicamentos fabricados en Estados Unidos alcanzan precios nunca antes vistos
Los fabricantes de medicamentos de Estados Unidos están lanzando nuevos tratamientos con precios que, en 2022, alcanzan récords nunca antes vistos. La preocupación por el alza de los precios ha hecho que la Administración liderada por Joe Biden impulse una ley sanitaria que pretende, entre otras cuestiones, reducir los precios de los medicamentos.
En paralelo, algunos fabricantes de productos farmacéuticos han adoptado una tendencia basada en divulgar, progresivamente, menos información sobre los precios de sus medicamentos, tal y como informa la agencia de noticias Reuters. “En Estados Unidos permitimos que los fabricantes establezcan libremente los precios de todos los medicamentos de marca”, ha señalado el doctor Aaron Kesselheim, profesor en la Escuela de Medicina de Harvard y el Hospital Brigham and Women’s.
En este contexto, el precio anual de 13 nuevos medicamentos aprobados para enfermedades crónicas por la Agencia Americana el Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés Food and Drug Administration) en lo que va de año ha alcanzado los 257.000 dólares.
De hecho, un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista científica JAMA, revela que el año pasado el precio anual de un total de 30 medicamentos comercializados por primera vez, hasta mediados de 2021, aumentó a 180.000 dólares.
No en vano, la investigación publicada por JAMA sobre los precios de los medicamentos ha revelado que, entre los años 2008 y 2021, los precios de lanzamiento de medicamentos en Estados Unidos han aumentado hasta un 20% anual.
La industria farmacéutica del país, por su parte, se defiende: argumentan que los nuevos medicamentos, muchos de los cuales ahora tratan enfermedades raras para las que no existen terapias, reflejan su valor en la calidad de vida de los pacientes, incluida la capacidad de evitar costosas visitas a los servicios de Urgencias y estancias en las plantas de los hospitales.
Asimismo, algunos fabricantes de medicamentos del país sostienen que los costos de los tratamientos pueden variar significativamente en función de elementos individuales como el peso del paciente, lo que complica la estimación de los mismos para un paciente promedio.