Policía de la Moral así funciona el organismo que provocó la muerte de una joven
Irán se encuentra en medio de una situación tensa ya que el pasado martes 13 de septiembre, una joven de 22 años llamada Mahsa Amini de 22 años, murió después de haber sido detenida por la policía de la moral iraní.
A estos “guardianes de la moral” se les acusa de haber golpeado a la joven hasta tal punto que fue a dar al hospital y estuvo en coma tres días, después falleció. Esto supuestamente porque la joven llevaba mal puesto el velo (hijab).
Por ello, miles de personas han salido a las calles para protestar contra el asesinato de Amini. Hasta el día de hoy medios estatales hablan de 17 muertos, mientras que ONG's hablan de 31 víctimas.
"La gente está conmocionada y furiosa por lo que le ocurrió a Mahsa Amini", señalaba el diario reformista Etemad, indicando que el país ha constatado "en varias ocasiones la violencia de la policía de la moralidad".
En imágenes que circulan en las redes puede verse a mujeres iraníes que se quitan el velo y se cortan el cabello, mientras la policía reprime con gases lacrimógenos y agua a los manifestantes.
Sin embargo, ¿quiénes son estos “policías de la moral” y cuáles son sus funciones? Aquí te contamos el origen de este cuerpo que vela por la moral y la preservación de las “buenas costumbres” islámicas.
¿Cómo surgió la policía de la moral?
La policía de la moral nace con la Revolución Islámica de 1979, cuando el Ayatola Jomeini sube al poder derrocando al Sha Mohammad Reza Pahlev. Con esto se instauró un gobierno teocrático que rechazaba la cultura occidental y buscaba recuperar las costumbres islámicas que habían sido relegadas.
Si bien la revolución no fue apoyada por todos los iraníes, muchos seguidores del Corán, e influenciados por el ideólogo de dicho movimiento, Ali Shariati, se unieron a la defensa del levantamiento.
La policía de la moral es un cuerpo que desde 1979 ha adoptado diferentes formas, pero es la agencia Gasht-e Ershad la encargada de hacer cumplir el código de conducta islámico en público.
Este organismo está respaldado por Basij, una fuerza paramilitar movilizada en 1980 para luchar en la guerra entre Irán e Irak. Basij tiene presencia en universidades del país y monitorea la vestimenta y el comportamiento de las personas.
Entre las responsabilidades de la policía de la moral está el de “prevenir los vicios” al vigilar, por ejemplo a las mujeres, para que no se viole el código de vestimenta y “promover las virtudes” siguiendo las reglas que dicta la religión islámica.
Es por esto que llegan a detener mujeres que no portan bien la hijab, es decir, que descubren parte de su cabello; también restringen el uso de cosméticos.
Este es un cuerpo de vigilancia compuesto por hombres y mujeres, quienes también usan un velo que cubre todo su cuerpo, y se trasladan en patrullas, después visitan lugares concurridos como plazas, parques o centros comerciales para detener a las mujeres que no portan bien el velo, si usan ropa que “revele mucho de su cuerpo”, si sus pantalones son ajustados y el uso excesivo de maquillaje.
¿Qué les ocurre a las personas detenidas?
Estas reciben una notificación y en ocasiones son conducidas a centros correccionales para que se les reeduque sobre la manera “correcta” de vestir y sepan comportarse “con moralidad”.
Normalmente son liberados el mismo día y son entregados a un familiar varón. También se les puede llevar a la cárcel o inclusive pueden recibir flagelaciones.
En entrevista para la BBC, un agente de la policía de la moral contó sobre su experiencia en dicho cuerpo.
"Nos dijeron que la razón por la que estamos trabajando para las unidades de la policía de la moral es para proteger a las mujeres", dijo. "Porque si no se visten apropiadamente, entonces los hombres podrían ser provocados y hacerles daño", señaló.
"Es como si fuéramos a cazar".
"Es extraño, porque si solo vamos a guiar a las personas, ¿por qué tenemos que elegir un lugar bullicioso en el que potencialmente podríamos tener que arrestar a más personas?".
También dijo que muchos de ellos son presionados a cumplir una cuota de arrestos sino serían reprendidos por sus superiores.
"Quiero decirles que no soy uno de ellos. La mayoría de nosotros somos soldados ordinarios que hacemos nuestro servicio militar obligatorio. Me siento tan mal".
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