Recortar el programa 340B en EE.UU. pone en peligro la vida de miles de familias

Miles de familias mexicanas que viven en Estados Unidos con ingresos limitados.

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Cadena Noticias, Mexico, Baja California, Tijuana, 09 Junio de 2025 15:36

Por Gerardo Moctezuma. Editor GM Noticias

Miles de familias mexicanas que viven en Estados Unidos con ingresos limitados. Para éstas enfermarse no solo implica dolor físico o preocupación emocional: también representa un riesgo económico y, en muchos casos, una amenaza directa a su vida. Durante años, el programa federal 340B ha sido un salvavidas silencioso para estas comunidades. Hoy, ese programa está en riesgo, y con él, la salud de quienes más lo necesitan.

El programa 340B: acceso a medicamentos y atención asequible

El programa 340B, vigente desde 1992, permite a hospitales comunitarios y centros de salud sin fines de lucro obtener medicamentos con grandes descuentos. Gracias a estos ahorros, clínicas y hospitales pueden ofrecer servicios médicos a personas sin seguro o con pocos recursos, muchas veces en su idioma y con sensibilidad cultural.

Esto es especialmente importante en zonas rurales, donde las distancias, el transporte limitado y la falta de centros especializados hacen que cualquier problema de salud —como una complicación en el embarazo, una infección respiratoria o una crisis diabética— pueda volverse una urgencia crítica. El 340B permite que existan unidades médicas cercanas, con personal capacitado y medicamentos disponibles.

¿Qué está ocurriendo?

Grandes farmacéuticas han comenzado a imponer restricciones que reducen el alcance del programa 340B. Alegando motivos administrativos o comerciales, han dificultado que hospitales rurales puedan seguir accediendo a los descuentos necesarios para sostener su trabajo. Estas limitaciones amenazan con desmantelar redes de atención que han sido fundamentales para comunidades enteras.

Como explica la American Hospital Association, las farmacéuticas están limitando el acceso a medicamentos con descuento para hospitales que utilizan farmacias contratadas, lo que es especialmente perjudicial en comunidades rurales donde no existen farmacias hospitalarias. Estas restricciones ponen en riesgo servicios como la atención prenatal, programas de vacunación, control de enfermedades crónicas y distribución de medicamentos vitales.

Y entre las más afectadas se encuentran las familias mexicanas que viven y trabajan en regiones rurales de estados como California, Texas, Arizona o Nebraska, muchas veces en labores agrícolas o en sectores sin acceso a seguros médicos.

No es un tema administrativo: es una cuestión de vida o muerte

Cuando se debilita el 340B, lo que se pierde no es solo un programa federal: se pierde la posibilidad de recibir atención médica en un momento crítico. Un testimonio reciente publicado en The Sacramento Bee señala que pacientes con enfermedades como el cáncer dependen del 340B para acceder a quimioterapia o medicamentos contra el VIH.

Mujeres embarazadas podrían no contar con una unidad de parto cercana. Personas con enfermedades crónicas podrían no acceder a sus tratamientos. Niños con infecciones podrían quedarse sin atención oportuna. En zonas rurales, donde no hay hospitales a pocos minutos, cada kilómetro cuenta… y cada medicamento también.

Las comunidades mexicanas no deben ser invisibles

Miles de familias mexicanas en Estados Unidos han hecho del país su hogar. Pagan impuestos, trabajan jornadas largas, aportan a la economía y a la cultura. No merecen ser abandonadas por un sistema de salud que, sin el 340B, se vuelve aún más inaccesible.

Como señala un artículo de El Diario NY, para muchos inmigrantes y comunidades marginadas, el 340B es el único recurso real para recibir atención digna. Sin este programa, se multiplica el riesgo de fallecimientos evitables.

Es momento de defender lo que salva vidas

Es momento de defender este programa. No solo por razones de justicia, sino por humanidad. Silenciar el 340B sería condenar a miles de personas, entre ellas, miles de mexicanos que han echado raíces en EE.UU., a enfrentar la enfermedad, y en muchos casos la muerte, sin apoyo, sin recursos y sin esperanza.