El Secretario de Salud del Estado, Alonso Óscar Pérez Rico, garantiza el abasto de medicamentos oncológicos. Indicó que las claves de medicamento oncológico que arribaron de la Ciudad de México son: Cisplatino 500 mg., Vincristina 1g y Metotrexato.
El titular de la dependencia señaló que implementaron mecanismos para optimizar el abasto de medicamentos e insumos, principalmente para pacientes oncológicos, por ello, en estos momentos se cuenta con el abasto en las unidades donde se brinda el servicio oncológico.
Agregó que a pesar de los problemas presupuestales en el Sector Salud, siempre ha priorizado el uso de los recursos en tratamientos oncológicos, por lo que se garantiza la atención a los pacientes de cáncer.
Hizo hincapié en que hay otro tipo de intereses en torno a las necesidades de los pacientes oncológicos pediátricos, por lo que mantiene una comunicación directa con los padres de familia a fin de atender sus planteamientos, sin intermediarios, rechazando el lucro político.
Las secretarías de Salud y Educación de Nuevo León realizaron estudios para detectar estudiantes con riesgo de incurrir en conductas violentas o depresivas a fin de evitar incidentes como el registrado el 18 de enero de 2017 en el Colegio Americano del Noreste. Salud localizó 5 mil 755 casos de alto riesgo, mientras Educación detectó 278 casos con alerta de violencia.
Manuel de la O Cavazos, titular de Salud, informó que el estudio se practicó a 332 mil 553 estudiantes de prescolar, primaria y secundaria, donde se detectaron 5 mil 755 escolares que están en riesgo alto de tener alguna conducta que puede poner en riesgo su salud o la de sus compañeros, por actos de violencia. Agregó que de esa cifra, 423 tienen problemas de responsabilidad y juego; hubo detección de ansiedad en mil 734; trastornos afectivos en mil 786, y problemas de disociación en mil 1544 alumnos.
El funcionario añadió que el estudio sobre conductas de riesgo en salud mental es el primero aplicado en el país mediante el cual se articularon estrategias de detección para un abordaje oportuno en prevención y tratamiento especializado en nivel preescolar, primaria y secundaria.
En los casos de riesgo alto se evaluará su situación emocional en un servicio especializado para descartar un trastorno psiquiátrico y serán tratados en el Instituto de Salud Mental que tiene la Secretaría de Educación, en los Servicios de Salud de la entidad, en el Hospital Psiquiátrico y los 16 Centros de Prevención de Adicciones, así como en la Facultad de Psicología y el Departamento de Psiquiatría Infantil del Hospital Universitario de la UANL.
Para los casos de riesgo bajo y medio se van a realizar talleres formativos en la prevención de adicciones, orientación específica a grupos de alumnos identificados, además de desarrollar alternativas de esparcimiento para mantener ocupados a los adolescentes en actividades culturales, artísticas, deporte y convivencia en familia.
El secretario de Educación del estado, Arturo Estrada Camargo, señaló que la dependencia a su cargo aplicó un cuestionario a maestros de 176 escuelas para identificar alumnos con problemas de conducta, depresión, y otros.
Explicó que se ha evaluado la información sobre 74 mil 060 alumnos y se detectaron 15 mil casos de alertas de mayor a menor grado en escuelas públicas urbanas y rurales.
En total hubo 10 mil 490 casos con déficit de atención, 7 mil 296 con trastorno de ansiedad, 2 mil 202 con hiperactividad, 2 mil 018 con trastorno de conducta, mil 308 que presentan déficit de atención e hiperactividad, 662 casos de alera de depresión y 278 con alerta de violencia.
La alegría de ver por primera vez a un hijo sonreír, dar pequeños pasos y emitir sus primeras palabras no es comparable con el regocijo que experimentó la familia Ramírez González al observar en Luis Fernando un leve movimiento de sus extremidades, un parpadeo y todo avance, por pequeño que sea, cuando salió del estado de coma después de sufrir un disparo que atravesó su cráneo.
Sin rencores, sin amarguras, sin lanzar culpas y hasta contentos por la evolución milagrosa, la solidaridad y cariño recibidos se muestran Aurora González García y Fernando Ramírez Garza, padres de Luis Fernando, uno de los tres adolescentes que resultaron heridos durante el incidente registrado el 18 de enero de 2017 en un salón de clases del Colegio Americano del Noreste.
Entrevistados en su vivienda en una colonia de clase media al sur de Monterrey, acompañados de sus hijos Luis Fernando, de 15 años, y Alejandra, de 13, la familia aceptó hablar del caso, un tanto para hacer conciencia de la necesidad de escuchar y estar pendientes de lo que hacen los hijos, además de dar el mensaje de que se puede salir de problemas, aun los más difíciles, cuando se abordan con unión familiar y tenacidad, aseguran.
Luis Fernando era un estudiante de excelencia, con 97% de promedio en secundaria, y se había ganado una beca para estudiar preparatoria en la Universidad de Monterrey o en el Tecnológico de Monterrey, antes de la lesión que puso en riesgo su vida. Pero el ataque pospuso sus planes y será hasta agosto próximo cuando ingrese al bachillerato, pues por el momento se enfoca en su rehabilitación.
"Le iban a dar la oportunidad de ir en silla de ruedas, pero tenía que acompañarlo un ayudante para la movilidad, y él todavía no puede escribir, aunque iba a tener algunas consideraciones, debería cumplir con todo el programa", comenta su madre.
Cuando tenía dos meses en el hospital no podía leer, su familia lo hacía para él. Ahorita Luis Fernando sí lee, no con la misma velocidad, pero ya se está entrenando. El menor afirma que en este periodo ha leído unos 70 libros, todos en papel, porque "tienen magia, y es pecado leer libros en línea", bromea.
Él mismo daba vuelta a las hojas con la mano izquierda, pues la derecha es la más dañada, dice su padre, quien destaca la coordinación y claridad mental de sus frases e ideas, aunque la lesión le afectó un poco la memoria de corto plazo.
Los padres aseguran que una neurosicóloga trabaja al respecto y recibirán apoyo de la Secretaría de Educación del estado para llevar un plan integral y prepararlo académicamente para el ingreso a preparatoria.
"En agosto empezará el primer semestre, tenemos que trabajar muy duro para que esté listo", refiere su mamá.
La rehabilitación
Los padres de Luis Fernando aseguran que lo que han vivido ha sido como un renacer, más emotivo que cuando un bebé empieza a sonreír, a sentarse, a dar sus primeros pasos, porque eso es algo natural; lo de su hijo es como un regalo inesperado.
"Ante un bostezo, por ejemplo, decíamos ‘qué padre’ porque es un estímulo que el cerebro está recibiendo; o ‘ya movió la mano, ya movió el pie, se sonrió, parpadeó’, todos esos detalles para nosotros eran muy importantes" dice don Fernando.
Su esposa agrega: "Ha sido pesado, pero no tanto; es nuestro hijo, lo amamos, nos duele, nos pesa y tratamos de hacer que la vida sea más fácil para él".
Doña Aurora relata cómo son las terapias a las que es sometido Luis Fernando día con día para su recuperación y reconoce lo difícil que fue en las primeras ocasiones.
"Las terapias son de lunes a viernes por la mañana de tres a cuatro horas diarias. Le dan electroestímulos, trabajo en colchonetas, ya se sube a bicicletas, y hace ejercicios en las barras para el equilibrio", comenta Aurora.
El 18 de enero de 2017 en el Colegio Americano del Noreste, mientras la maestra Cecilia Solís Flores recogía los cuadernos para revisar la tarea de sus alumnos de tercer grado, Federico, de 15 años, sacó un arma calibre 22 que llevaba en su mochila, se levantó y disparó contra la profesora y otros tres compañeros de su grupo. Después, cargó la pistola nuevamente y la accionó contra sí mismo.
El menor no perdió la vida ahí, fue llevado grave al hospital Christus Muguerza Obispado de altas especialidades, donde horas más tarde fue declarado con muerte cerebral y desconectado. Sus órganos fueron donados por su familia.
La maestra Cecy, de 24 años, también quedó herida de gravedad y fue atendida en el Hospital Universitario, donde se le mantuvo con vida poco más de dos meses y con leves signos de recuperación, pero el 29 de marzo murió.
En ese contexto, el Colegio Americano del Noreste, se rehusó a indemnizar la familia de la maestra Cecilia y lo mismo hizo Alejandro Guevara, padre del menor que disparó el arma. Incluso, el plantel privado obligó a la maestra Nayely Solís Flores, que laboraba en el mismo plantel, a renunciar a su trabajo al no asignarle grupo y encargarle otras tareas incluso de limpieza.
En cuanto a los alumnos lesionados, Mariel fue dado de alta un día después del ataque, ya que sólo resultó herido en un brazo. Ana Cecilia sufrió un disparo en la cabeza y fue atendida en el hospital Christus Muguerza Sur, donde logró una recuperación calificada de milagrosa y fue dada de alta el 25 de febrero, 38 días después de la agresión.
En tanto, Luis Fernando recibió un balazo en el cráneo y fue atendido en el Hospital Universitario, donde permaneció 56 días internado y el 15 de marzo fue dado de alta para continuar su rehabilitación en su casa. Su lesión le causó daño neurológico y afectó su capacidad motriz, por lo que debe movilizarse en silla de ruedas.
En el aspecto legal, tres días después del ataque armado, el vocero de Seguridad del gobierno de Nuevo León, Aldo Fasci Zuazua, declaró que la Procuraduría de Justicia del Estado había cerrado el expediente del caso debido a que el responsable de la agresión estaba muerto y que los padres del adolescente también eran víctimas al perder a su hijo.
Fasci, ahora ex funcionario estatal y aspirante a candidato a la alcaldía de Monterrey por la vía independiente, expuso en ese entonces que los padres no le proporcionaron el arma al menor, aunque en las investigaciones se reveló que su padre es aficionado a la cacería y fue quien le enseñó a manejar armas.
Este tipo de violencia es inédito en el país, por lo que obligó a las autoridades de Educación a establecer medidas de seguridad para evitar nuevos incidentes.
Con el fin de capacitar al sector médico en el tema de la mediación, la Administración estatal que encabeza el Gobernador Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid, a través de la Comisión de Arbitraje Médico del Estado de Baja California (CAME), ofreció una conferencia magistral para brindar las herramientas que contribuirán a la solución de controversias que se presenten entre doctores y pacientes.
El titular de CAME en Baja California, Agustín Escobar Fematt, informó que en días pasados se llevó a cabo la conferencia magistral impartida por el doctor Gustavo Mora Guevara, quien cuenta con la certificación como médico mediador en Costa Rica y compartió sus experiencias en esta materia a miembros de colegios médicos, hospitales y abogados de la región.
Refirió que debido a que la mediación es la función principal de CAME, se promovió la realización de dicha conferencia con el objetivo de explicar el concepto y cómo aplicarlo al momento de atender un conflicto médico-paciente, para buscar una solución justa.
El funcionario estatal mencionó que por medio de dicha plática el doctor Mora Guevara orientó a los asistentes sobre cuál debe ser el papel del mediador, cómo hacer empatía tanto con el paciente como con el médico en los casos de controversias, ganarse la confianza de ambas partes y cómo llegar a una conciliación.
Indicó que para la CAME la meta es que por medio de la mediación se logre una justa conciliación, para lo cual el personal de la comisión toma un papel imparcial y confidencial, lo cual genera confianza para que doctor y paciente presenten su caso.
Escobar Fematt manifestó que debido a ello se organizan capacitaciones, las cuales permiten preparar y orientar a los galenos en lo relativo a la mediación; actualmente este esfuerzo también se realiza en países como Costa Rica, Argentina y Estados Unidos.