Doble pesadilla divide a la familia
Rubén Ramírez Cárdenas, de 47 años, está preso en Texas, condenado a la pena de muerte programada para el 8 de noviembre de 2017, por el secuestro, violación y asesinato de su prima hermana Mayra Azucena Laguna, de 16 años, ocurrido en febrero de 1997.
Desde entonces, a Enriqueta Rosales, doña Cleta, se le partió el corazón en dos, pues tanto víctima como victimario son sus nietos y la herida, dice, nunca sanará. Por las noticias, la abuela se enteró de que está próxima la ejecución de Rubén. Desde entonces vive "en una angustia día y noche; piense y piense"; le agobia imaginar el sufrimiento que podría venir en su familia con esa fatalidad. "Que Dios nos ayude", dice.
En agosto pasado el Departamento de Justicia Criminal de Texas comunicó que el mexicano Rubén Ramírez Cárdenas, originario de Irapuato, Guanajuato, será ejecutado mediante inyección letal en la prisión de Allan B. Polunsky, en Livingston, Texas, el 8 de noviembre, por el caso de Mayra Azucena, quien fue localizada muerta en las inmediaciones de Retama Village, al sur de Texas.
El 17 de febrero de 1997, el irapuatense y su amigo Tony Castillo presuntamente entraron a la habitación de Mayra Azucena y se la llevaron a un paraje solitario donde se cometió el ataque.
Castillo fue quien denunció a Rubén y a cambio se entregó a las autoridades y consiguió una condena de 25 años. Rubén reconoció que el día de los hechos consumió alcohol y pastillas que le proporcionó Castillo, pero señaló que se quedó dormido en el auto y que el autor de los hechos había sido Tony, pero sus alegatos no fueron contundentes.
También ha presentado diversas apelaciones en contra de la sentencia de la pena capital al Tribunal del Quinto Circuito de Texas, argumentando que no se respetaron sus derechos consulares, fue golpeado por policías de McAllen y se le obligó a firmar una declaración de culpabilidad, pero tampoco han sido efectivos ante los tribunales.
Rubén Ramírez mantiene comunicación permanente con su madre, Sanjuana Cárdenas, de 66 años de edad, que sufre ataques de epilepsia. Es padre un par de gemelos de 27 años y tiene dos hermanas y un hermano. En su celda lee la Biblia, dibuja, escucha la radio y sobrelleva una enfermedad en los riñones que en 2005 lo mantuvo internado por insuficiencia renal en un hospital de Galveston para reos de la prisión de alta seguridad en Livingston. "Dicen que está muy enfermo", comenta la abuela.