Veteranos de EEUU deportados a México se reúnen en cruce fronterizo
Un grupo de veteranos de las Fuerzas Armadas de EEUU deportados a México se reunió hoy a unos pasos del cruce fronterizo entre Tijuana y San Diego para conmemorar su día lo más cerca posible de Estados Unidos.
"Es muy significativo estar aquí", expresó a Efe el exparacaidista del ejército de EEUU Héctor Barajas, líder de la Casa de Apoyo para Veteranos Deportados. "Es lo más cercano que podemos llegar, estamos a unos metros de territorio americano", agregó.
Según señalaron muchos de los reunidos, la intención era mandar un mensaje de que, al margen de su ubicación geográfica, mantienen intacta la tradición de honrar a quienes como ellos han servido al país.
El grupo de veteranos, algunos acompañados de sus familiares, celebraron incluso una breve ceremonia de honores a la bandera estadounidense y posteriormente repartieron panfletos con su historia a los automóviles que hacían fila para cruzar el puesto fronterizo.
La demostración fue breve dado que el grupo se trasladó a Tecate, México, para visitar a un compañero veterano que se encuentra delicado de salud y será sometido a una intervención quirúrgica.
Según dijo a Efe Manuel Orozco, que se unió en solidaridad con los excombatientes, su hermano Jaime, de 57 años y veterano del conflicto bélico de Corea, requiere de atención médica que podría haber recibido en Estados Unidos si no hubiera sido deportado hace 12 años.
"Necesita unos análisis, es algo grave, si no agarra esta operación se puede morir", se lamentó Manuel, cuyo otro hermano también es un veterano deportado.
Una de las demandas de los exmiembros de las Fuerzas Armadas que han sido expulsados del país es que se les encuentre una vía que les facilite el acceso en EEUU a la atención médica a la que tienen derecho por su tiempo en la milicia.
En lo que va del año, dos delegaciones de congresistas estadounidenses han visitado en Tijuana, México, el centro que lidera Barajas a fin de oír sus historias y analizar iniciativas a nivel legislativo para que por lo menos conserven sus beneficios de salud pese a estar fuera del país.
Un reporte de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) estima que Estados Unidos pudo haber deportado ya a más de 230 veteranos de guerra que no tramitaron su ciudadanía, debido que creyeron, de manera errónea, que la obtendrían de manera automática tras enrolarse en las Fuerzas Armadas.
Muchos de ellos cometieron algún delito y tras cumplir su tiempo en prisión, fueron expulsados del país.
En 2016, de acuerdo al reporte de ACLU, habían más de 300.000 veteranos no nacidos en el país que vivían en Estados Unidos, de los cuales cerca de 97.000 no tenían ciudadanía.