La fuga de gas en una línea de Pemex podría ser la responsable de la extraña mortandad de siete manatíes y otras especies acuáticas en la cuenca del Usumacinta, en Jonuta, Tabasco, así lo denunciaron cooperativas pesqueras y la defensora jurídica, Isabel Castillo Baeza.
La defensora mencionó que “con motivo de la pandemia no se hizo nada y hasta ahí quedó (la denuncia pública de decesos). Pero este año los ríos están altos, y hoy llevamos siete manatíes muertos en los mismos puntos de hace tres años, tanto de tilapias como de manatís”.
Asimismo, explicó que la presente contaminación de gas localizada en la laguna Narváez, en el municipio de Jonuta, es una línea de Pemex que va de Atasta, Campeche a Ciudad Pemex, reportada desde el 7 de marzo, podría ser el origen de las afectaciones a esta especie.
Además, pescadores afirmaron que el fenómeno afectó a más de 50 cooperativas que abandonaron la pesca por la contaminación y el miedo a una explosión. La cuenca del Usumacinta comprende los municipios de Centla, Jonuta y Macuspana, y por ella corren ríos, arroyos, así como lagunas, desde los Bitzales hasta Tres Brazos en Centla, punto donde desembocan al Golfo de México los ríos Grijalva, Usumacinta y San Pedro.
Aunada a las extrañas muertes, Dennis Ochoa, líder pesquero de la zona de los Bitzales, señaló que muchas familias ya tienen repercusiones en la salud, pues muchas informaron padecer de tos, infecciones en la piel y problemas gastrointestinales, esto como consecuencia del agua contaminada de los afluentes, pues la zona carece de servicio potable entubado.
“Queremos saber cuál es la causa porque estamos monitoreando a los manatíes y tienen un comportamiento muy raro; si no le metemos ganas, esa especie se va a extinguir aquí en la zona, porque desde el 2018, a la fecha se han muerto unos 200 manatíes”, declaró a Milenio el líder pesquero.
Por otro lado, otra cooperativa pesquera, desde Jonuta, envió un llamado a las autoridades de Semarnat, Profepa y Conagua, para que intervengan en la fuga reportada en la Laguna Narváez, reportada hace tres meses.
El presidente de la cooperativa La Tamarindeca en Jonuta, Isaac Gallegos Valencia, denunció que “Están afectando nuestros cuerpos de agua donde estamos pescando para la compra y venta”.
Igualmente, en el sitio, elementos de Protección Civil municipal de Jonuta, acudieron a un monitoreo, pero no emitieron ningún dictamen concluyente del origen de la fuga o si la población corre riesgos, tampoco ofrecieron una hipótesis del impacto ambiental a los cuerpos de agua que pudiera explicar la muerte de especies acuáticas. La defensora jurídica, Isabel Castillo, hizo un llamado a las autoridades federales y estatales para intervenir y eviten otra muerte masiva de sirénidos.
En noviembre de 2018, la procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que la causa por la que fallecieron 48 manatíes se debió a múltiples factores que los llevó a una situación de estrés.
Un ambiente contaminado, sequía, altas temperaturas, plaguicidas, y exceso de nutrientes que favorecieron el florecimiento de algas nocivas, fueron los factores que provocaron la muerte masiva.
Los estudios y monitoreo del área determinaron un ambiente contaminado y en condiciones climáticas adversas, además de la presencia de cuatro especies cianofíceas (algas verde-azuladas). generadoras de cianotoxinas de alta peligrosidad.
Un grupo interdisciplinario de expertos concluyeron las causas técnicas y científicas tras 13 reuniones entre los meses de mayo y octubre, y descartaron inherencia alguna de actividades petroleras.
De 35 estudios realizados al agua, sólo en uno, el del Instituto Tecnológico de Boca del río, marcó una alta concentración de metales pesados.
Por lo tanto, se concluyó que Petróleos Mexicanos (Pemex) no tuvo responsabilidad sobre la mortandad de manatíes, pues la existencia de metales pesados en la cuenca está en niveles muy por debajo de los límites máximos marcados por las normas oficiales de acuerdo a los 34 estudios restantes, sin embargo, tres años después regresa otro fenómeno que podría estar matando a esta especie protegida por la ley de vida silvestre.