Rectoría de la UNAM y PGR, a la caza de narcomenudistas
Existen dos puntos dentro de Ciudad Universitaria (CU) que son considerados de ‘‘alto riesgo’’ tanto por la administración central como por la comunidad de la casa de estudios. Grupos de narcomenudistas han aprovechado que los entornos cercanos al Metro Universidad y la zona deportiva les permiten operar con facilidad para la venta de estupefacientes.
Esta situación ha preocupado desde hace varios meses a la administración del rector Enrique Graue Wiechers, por lo que personal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha trabajado de manera conjunta con funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) a fin de combatir este delito al interior de los campus universitarios.
De acuerdo con el Expediente Ministerial Gillette, entre marzo y mayo de este año han sido detenidos ocho sujetos que son sospechosos de vender drogas en estas dos áreas de CU.
La investigación revela las fechas de las aprehensiones y los nombres de los presuntos traficantes, quienes están bajo proceso por su probable responsabilidad en la comisión de delitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo y posesión con fines de comercio.
Todos presuntos integrantes de grupos de narcomenudeo que operan en CU.
Al momento de la detención los ocho llevaban consigo paquetes con diferentes tipos de sustancias ilegales –sobre todo mariguana y cocaína–, varios teléfonos celulares y dinero; algunos incluso portaban armas.
Desde hace tiempo, personal de la UNAM y elementos ministeriales cambiaron la forma de colaboración y se hace un ‘‘trabajo coordinado de inteligencia’’, que consiste en que trabajadores de la universidad identifican, ubican y reportan a los sospechosos, pasan el reporte a la dependencia federal y los agentes actúan para detenerlos; siempre fuera del campus de CU.
Además, se tiene información que algunos elementos del personal de vigilancia de la casa de estudios, afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (Stunam), colaboran con esas redes, ‘‘pues los protegen y les permiten que actúen libremente; incluso les ayudan a introducir los paquetes de droga al campus dentro de las cajuelas de los vehículos de Auxilio UNAM’’.