Ante los debates sobre si es bueno o no lavar el pollo crudo antes de cocinarlo, la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA, por sus siglas en inglés) señala que hacerlo puede ser una mala práctica.
Aunque pareciera un hábito muy limpio, la FSA resalta que la razón por la que no debe lavarse está relacionada con la bacteria Campylobacter, un patógeno emergente que se encuentra presente en la carne cruda de pollo.
Se explica que, al lavar el pollo, la bacteria Campylobacter se esparce a otros instrumentos de cocina o en las manos, lo que crea un ecosistema idóneo para su distribución.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el investigador y docente del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de México (ITESM), Rodrigo Balam Muñoz, añadió que la variedad más peligrosa de estas bacterias es la Campylobacter jejuni, un patógeno emergente que encuentra en los seres humanos un hospedero.
Dicha bacteria puede invadir el tejido epitelial del intestino y debido a su movilidad, puede alcanzar y reproducirse en el interior y generar un desbalance iónico, es decir, cuadros de diarrea que favorecen su dispersión.
Asimismo, recordó que existe una relación entre la infección con Campylobacter y el desarrollo de una enfermedad que se consideraba autoinmune: el síndrome de Guillain Barré, una afección del sistema nervioso que disminuye la calidad de vida.
[La bacteria] tiene una serie de herramientas con la posibilidad de acceder al organismo a través de varios mecanismos, como la producción de toxinas, enzimas, alta movilidad, etcétera, y sus principales afectados son las personas inmunocomprometidas", indicó doctor Balam Muñoz.
De este modo, insistió que a pesar de que lavar el pollo es una práctica que se realiza por generaciones, se sabe que puede causar este tipo de infecciones, y recordó que los primeros brotes empezaron en China.