Hija de Díaz Parada niega nexos de su familia con el narcotráfico
Guadalupe Díaz Pantoja, presidenta de la organización Lexie que busca el registro como Partido de Mujeres Revolucionarias de Oaxaca, rechazó supuestos vínculos de su familia con el crimen organizado.
En un video que difundió en sus redes sociales en el que afirmó no ser narcotraficante y deslindó a su padre Jesús Díaz Parada, hermano de Pedro Díaz Parada, considerado como el líder del "Cártel de Oaxaca", de cualquier actividad ilícita y aseguró que los señalamientos se deben a una estrategia para detener su proyecto político.
EL UNIVERSAL tuvo una conversación vía telefónica con Guadalupe Díaz, en la que al final de la entrevista dijo que no autorizaba que se publicaran sus declaraciones, aunque reiteradamente afirmó que procedería jurídicamente contra este diario.
El Gran Diario de México dio a conocer que Guadalupe Díaz Pantoja es familiar del fundador del "Cártel de Oaxaca" y que logró extender su influencia de organización criminal a siete estados del país, y que ahora busca, a través de la asociación civil Lexie, registrar el Partido de Mujeres Revolucionarias de Oaxaca.
El Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) informó que hasta el momento no existe ningún impedimento legal para que la organización Lexie AC se convierta en una agrupación política.
"Quiero decirles que sí soy hija de Jesús Díaz Parada, que Jesús Díaz Parada no es un narcotraficante. Tengo 38 años y jamás en mi vida ha hecho algo ilícito. Ha sido un excelente padre y mejor papá no me pudo tocar. Es un hombre amoroso, trabajador, súper inteligente, un padre que admiro y un padre generoso", comentó.
La presidenta de Lexie acusó al titular del Secretariado Ejecutivo Estatal del Sistema de Seguridad Pública de Oaxaca, Manuel Vera Salinas, de pagar por la noticia en que se vincula a su familia con la delincuencia organizada por sus pretensiones de parar su proyecto de partido político, presuntamente por órdenes del ex gobernador José Murat Casab.
Vera Salinas fue prófugo de la justicia luego de que se le encontró un equipo de espionaje en Cancún, Quintana Roo, en abril de 2010. En 2006 se desempeñó como director general de Seguridad Pública en Oaxaca y fue señalado por organismos civiles y del movimiento magisterial de ser uno de los principales operadores de las llamadas "caravanas de la muerte" que operaron durante el conflicto de ese año.