Al menos 51 presos fallecieron en las últimas horas en nuevos enfrentamientos registrados en una cárcel de la ciudad costera de Guayaquil, en el suroeste de Ecuador, informó este sábado el diario Expreso, basado en un informe preliminar de la Policía.
El informe, al que Expreso tuvo acceso, "confirma que hasta la mañana de este sábado 13 de noviembre se han encontrado a 51 personas privadas de libertad fallecidas tras los enfrentamientos registrados, sobre todo, en el pabellón 2 de la antigua Penitenciaría del Litoral, de Guayaquil", publicó el rotativo.
Al ser consultada sobre el tema, una fuente de la Policía dijo a EFE que "hubo enfrentamientos en la Penitenciaría de Guayaquil, las unidades tácticas de la Policía se encuentran interviniendo el centro penitenciario".
Fuentes de la institución encargada del control de las cárceles informaron a que en el transcurso de la mañana ofrecerán una rueda de prensa sobre el tema.
Expreso señala que, además, en la inspección los agentes encontraron un fusil y una decena de tacos de dinamita. También, diez presos han sido llevados a diferentes casas de salud.
A las 08.10 hora local (13.10 GMT), los peritos de Criminalística y de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased) empezaron a realizar labores en un muro del pabellón 2 de la Penitenciaría, pues en el sitio hay al menos un fallecido, que puede ser visto desde la vía a Daule, añadió.
Los agentes especializados son custodiados por comandos tácticos, quienes caminan sobre los techos para vigilar el entorno y adelantarse a cualquier ataque que pueda llegar desde los patios.
Son más de 20 indicios de proyectiles que se habrían encontrado solo alrededor de ese cuerpo.
"Las imágenes que circulan en redes sociales y transmisiones en vivo de parte de los mismos presos -agrega- es lo que ha permitido conocer que existen heridos, fallecidos y cuerpos que han sido incinerados dentro de la antigua Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil".
Estado de excepción
El sistema penitenciario del país se encuentra bajo estado de excepción declarado el 29 de septiembre tras la peor masacre ocurrida en una cárcel, en Guayaquil, donde 118 presos fueron asesinados, varios de ellos desmembrados, en medio de una reyerta entre bandas relacionadas con el narcotráfico, según presumen las autoridades.
Desde entonces las fuerzas de seguridad practican operativos periódicos de requisas y control en los centros penitenciarios, cuyo perímetro es controlado por uniformados.
La Corte Constitucional dictaminó que la actuación de los militares en estos recintos no vulnera la carta magna en tanto se mantengan en los exteriores de las prisiones y hasta el primer filtro de ingreso a los recintos.
Pese al estado de excepción, los centros penitenciarios han seguido siendo escenario de altercados en las últimas semanas, ya que han aparecido colgados varios presos, mientras durante el festivo de Difuntos -a principios de mes- una riña entre bandas dejó tres reos fallecidos y un camión de provisiones saqueado.
Mecanismos de prevención de tortura
El pasado miércoles, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador (SNAI) pidió la activación del Mecanismo Nacional de Prevención contra la Tortura, a raíz de vídeos que reflejan prácticas inhumanas, supuestamente realizadas contra presos en una cárcel de Guayaquil.
"La Secretaría de Derechos Humanos solicita a la Defensoría del Pueblo activar el mecanismo Nacional de Prevención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes de acuerdo a sus competencias, con el fin de cumplir con las obligaciones nacionales e internacionales de derechos humanos", señala el comunicado emitido por la entidad.
El documento hacía referencia a vídeos y fotografías "de conocimiento general", difundidos en redes sociales que "muestran presuntos casos de torturas entre las personas privadas de libertad del Centro de Privación de Libertad Zonal 8".
En uno de ellos, supuestamente filmado por los propios reclusos en la Penitenciaría de Guayaquil, figura un joven que es sumergido boca a bajo varias veces en un barreño de agua por varias personas que cuentan varios segundos hasta que lo sacan y le indican que pida a un familiar el pago de una supuesta deuda contraída.