La lucha de las madres de la caravana migrante para dar un futuro a sus hijos
Como verdaderas madres coraje, miles de mujeres viajan con sus hijos en la caravana migrante que pretende cruzar México para llegar a Estados Unidos en un periplo agotador y con numerosos peligros para cumplir un sueño: dar a sus hijos un futuro mejor.
"No hay trabajo en Honduras, y soy madre soltera. Tengo dos hijos por quienes luchar y por este motivo voy para arriba (Estados Unidos). Si Dios lo permite, vamos a llegar hasta donde Dios quiera", contó hoy a Efe Linda Polanco, de 28 años.
Polanco es una de los más de 7.100 personas que conforman este masivo contingente que partió el 13 de octubre de San Pedro Sula (Honduras).
Según el refugio para migrantes del municipio de Suchiate, fronterizo con Guatemala, se registraron 7.125 personas de la caravana que entraron a territorio nacional. Entre ellos, 1.500 mujeres, 1.500 niñas y 900 niños. Es decir, más de la mitad del contingente.
Como miles de indocumentados cada año, tienen por delante una travesía de al menos 2.000 kilómetros hasta la frontera con Estados Unidos, en el que enfrentan desde el crimen organizado hasta la corrupción de las autoridades.
"La necesidad de mi país ya no se aguanta, el trabajo que puede uno encontrar no le ayuda a uno a salir a adelante", explicó entristecida Isis Ramírez, que con 32 años viaja con tres hijos.
Teme que de quedarse en la ciudad de La Ceiba sus hijos sigan padeciendo escasez, y de moverse hasta localidades más importantes como Tegucigalpa o San Pedro Sula caigan en las redes de la violencia.
"El crimen organizado es lo que reina. Entonces no me voy a arriesgar. Mis dos hijos tienen 12 y 15 años y la niña tiene 10. No me voy arriesgar a que violen a la niña y a mis dos hijos varones me los vayan a querer poner en la pandilla", agregó.
En su cabeza, el anhelado sueño americano. Una primera potencia mundial hoy más cerrada que nunca al extranjero desde que el republicano Donald Trump llegara a la Casa Blanca con promesas de mano dura y exabruptos contra la inmigración.
"Somos personas que andamos caminando para dar un futuro para nuestros hijos y una mejor educación porque en nuestro país no hay y ya no se aguanta", explicó Isis, con los dos pies vendados tras días de caminata con unas simples sandalias.
Entre lágrimas, repite una y otra vez que ella no es una delincuente, sino una "mujer honrada" y una "madre bien responsable".
En este contingente perdió hoy la vida al menos un muchacho que cayó de un tráiler que le ofreció pasaje, según constató a Efe y confirmó una oficial de Amnistía Internacional (AI), exponiendo la frágil situación de los más jóvenes en este duro trayecto.
"Pedimos protección internacional reforzada para niños, niñas, adolescentes y sus familias. Evitar la detención en estaciones migratorias y nunca permitir la separación familiar", denunció hoy a Efe el director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez, en una entrevista telefónica.
La Redim suscribió hoy un comunicado junto con decenas de organizaciones civiles que instaron a las autoridades a brindar protección a los migrantes, que calificó de "desplazados forzados".
Pérez denunció que la "represión" que sufrieron con gases lacrimógenos centenares de migrantes en el puente fronterizo entre Guatemala y México, cuando forzaron la entrada a territorio mexicano, fue "desproporcionada, inhumana y violatoria a derechos de niñas y niños".
Pese a todos estos hechos, las madres prometen continuar en esta larga marcha, aferradas al deseo de brindar a sus hijos la vida que ellas no tuvieron.
Cynthia, de 22 años, lo hace solo acompañada de su hijo de cinco años, Daniel de Jesús. "Hay que luchar para cumplir mis objetivos y sacar adelante a mi familia. En Honduras queda mi esposo, quedan todos", relató la muchacha.