¿Qué implica el cambio en el semáforo de alerta volcánica?
Por la formación de domos de lava en el volcán Popocatépetl y la intensa actividad que ha mostrado durante las últimas semanas, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) cambió el semáforo de alerta de amarillo fase 2 a fase 3.
El nivel de alerta en amarillo fase 3 implica las siguientes acciones:
- Mantener las rutas de evacuación en buenas condiciones y con la señalización adecuada.
- Verificar que los refugios temporales continúen en buen estado.
- Realizar simulacros.
- Revisar los procedimientos y recursos para una posible evacuación.
- Fortalecer los mecanismos de comunicación entre los tres órdenes de gobierno y hacia la población.
- Controlar el tránsito entre Santiago Xalitzintla y San Pedro Nexapa, vía Paso de Cortés.
El nivel de Semáforo de Alerta Volcánica cambia de acuerdo con la evolución en la actividad del coloso. Está integrado por tres colores: verde, con dos fases, amarillo, con tres y rojo, con dos.
Semáforo en verde. El volcán está en calma, manifiesta fumarolas y actividad sísmica esporádica.
Semáforo en amarillo. Es una primera señal de alerta para que los habitantes estén atentos y preparados para una posible evacuación.
En la primera fase, el volcán manifiesta actividad sísmica más frecuentemente. Presenta emisiones de gas y ceniza.
En la segunda, incrementa la actividad con ligera caída de ceniza y fragmentos incandescentes en áreas cercanas. Aquí es donde se forman y destruyen los domos de lava, por lo que hay posibilidad de flujos piroclásticos por explosiones.
La fase 3, en la cual se encuentra actualmente, la actividad del volcán es de intermedia a alta. Hay un crecimiento en los domos y puede haber explosiones en ellos, persisten las fumarolas, gas y caída de ceniza. Puede haber lanzamientos de material incandescente.
Semáforo en rojo. El peligro incrementa, por lo que la población debe estar lista para evacuar la zona.
En la fase 1, la actividad explosiva del volcán pasa de intermedio a alto. Presenta columnas de vapor de agua y gas de varios kilómetros, lanza fragmentos incandescentes sobre las laderas. La ceniza y el flujo piroclástico puede alcanzar poblaciones cercanas.
La fase 2 es la más peligrosa, la actividad explosiva pasa de alto a extremo. Pueden presentarse columnas eruptivas de gran alcance; intensa caída de ceniza, arena y fragmentos volcánicos. También posibles derrumbes parciales en el edificio volcánico y flujos piroclásticos o de escombro que alcanzan a poblados cercanos.
En un radio de menos de 100 kilómetros habitan más de 25 millones de personas. Por eso la recomendación general hacia la población es estar al pendiente de los avisos de las autoridades y no acercarse al volcán, y mucho menos al cráter.