Medicinas en tianguis "que ni el Seguro tiene"
Sin restricción ni receta médica, en los tianguis de esta ciudad se venden medicamentos con el sello del sector Salud, pero de los cuales no hay en existencia ni en las farmacias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ni del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Sobre mesas y bases improvisadas mezclan los fármacos con productos botánicos, ropa o cosméticos; otros los tienden en una lona apilados y atados con ligas.
A su costado se observan cajas de cartón o plástico de donde también surten a los clientes.
Los productos llevan impresas en el empaque o en etiquetas las frases "Propiedad del Sector Salud, Prohibida su venta" o "No negociable".
"Es medicina de instituciones públicas, no es pirata", dice una mujer tras un puesto con montones de fármacos.
"Sí es medicina del IMSS, del ISSSTE, de los centros de Salud y hasta de consultorios del Ejército. La gente nos la trae, nos la vende barata y a veces nos pide que se la cambiemos por otra", comenta.
Ante el cuestionamiento de si la mercancía no era robada, a botepronto responde entre risas: "¡¿De dónde nos la vamos a robar!?, si en el Seguro ni siquiera hay. Es medicina que no usan y prefieren venderla barata a que se les eche a perder".
Su negocio abarca un espacio de un metro y medio por un metro en el tianguis del jueves en las calles de San Cosme y Lagunillas, de las colonias? 12 de Diciembre? y Nuevo México. En la misma línea hay dos puestos más con la misma mercancía a la venta. Otro comercio semejante opera en el tianguis de los martes, el cual se instala entre las calles de Oaxaca y Tehuacán, en torno al mercado Benito Juárez, en la colonia Guerrero.
Los vendedores recomiendan el consumo de las medicinas a las personas que se acercan a los puestos con alguna molestia, infección o problemas gripales.
En algunos casos, hasta surten notas prescritas por médicos. Casi se han vuelto expertos: dominan los nombres comerciales, sus ingredientes y los precios que cada medicina tiene en el mercado.
Las ofrecen baratas, hasta 70% u 80% por abajo del precio que tienen en el etiquetado. Por ejemplo, el paracetamol se oferta a 10 pesos la caja; la amoxicilina, a 30; las tabletas de amoxicilina clavulánico de 500 miligramos, con el nombre de caxucum, a 40 pesos.
Tienen jarabes, cápsulas, pastillas y ampolletas en varias presentaciones y con la denominación del cuadro de medicamentos.
Durante esta época de calor, los medicamentos están expuestos a la intemperie y algunos tienen las etiquetas borrosas; sin embargo, las vendedoras afirman que son productos confiables.
—Usted vea, la tenemos la sombra, no está sobre el piso, dice el responsable de un puesto.
En una mesita instalada, entre productos naturistas sobresalen dos cajas de medicamento NeuroBion y una más de Flanax.
—¿Qué ocupa?, pregunta a una mujer que se aproxima.
—Penicilina de 800 miligramos y también diclofenaco.
—Se lo puedo tener para el jueves, en el tianguis de La Bola.
—¿A cómo me da la Penicilina?
—A 40 pesos, el diclofenaco se lo checo, las Flanax a 40 pesitos.
—¿A usted quién le surte?
—Una persona, pero se los tengo que pedir.