Vivimos muy aprisa

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Cadena Noticias,  Mexico, Baja California, Tijuana, 

En la actualidad la sociedad vive en un ritmo muy acelerado, principalmente los jóvenes, que se han dejado llevar por la tecnología, las modas y las redes sociales, así lo explicó el Coach de Liderazgo transformacional, ingeniero Jorge Valdez.

En primer término, dijo en entrevista que la sociedad se está acostumbrando a lo que se conoce como la nueva manera de vivir, “es una manera rápida, un ritmo acelerado que ha sido consecuencia del desarrollo que nos ha atrapado”, aseguró.

“Antes las familias era felices pasando el día en un parque o una plaza”, a diferencia de lo que vemos en la actualidad, tiene la sociedad el deseo de recorrer el mundo, además de estar en diferentes partes en un mismo momento, situación que resulta frustrante al no poder realizarlo.

Agregó que las mismas personas son atrapadas por otras, al darse cuenta de todo lo que se puede hacer con la tecnología, pero en contra parte, esto genera vacíos inmensos en la parte humana.

“Nos podemos pasar horas en las redes sociales y dejamos pasar el tiempo para disfrutar de un atardecer o de la naturaleza misma”, esto gracias al multicitado avance tecnológico, pero también se esta perdiendo la relación interpersonal.

Asimismo, se ha perdido el contacto humano, el afecto y la convivencia, el conocerse más a fondo, el ayudar o apoyarse, “estamos perdiendo el mejorar nuestras condiciones, relaciones familiares”, entre otras tantas cosas.

Para finalizar, invitó a los jóvenes y a los adultos a disfrutar en una noche, las estrellas y la luna como lo hicieron los abuelos, así como dejar a un lado todos los distractores para poder convivir en familia.






Encierra a sus ocho hijos para "protegerlos de la sociedad"

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EFE,  Ciudad de México, Mexico, 

Un georgiano impide desde hace casi una década a sus ocho hijos salir a la calle para "protegerlos de la mala influencia de la sociedad", informaron hoy medios locales.

"Les hago hombres yo mismo, les enseño lo que considero necesario, no les hace falta ni química ni física", dijo el georgiano a los periodistas, congregados frente a la entrada en su casa.

La localidad donde Amirán Devnozashvili mantiene secuestrados a sus ocho hijos - tres niños y cinco niñas entre siete y 21 años - se halla a 320 kilómetros al noroeste de la capital georgiana, en la provincia de Racha-Lechkhumi y Kvemo Svaneti.

"Mis hijos saben cosas importantes como, por ejemplo, que fumar es malo", indicó Devnozashvili, sin dejar que los medios de comunicación se asomen al patio de su hogar, el único sitio donde desde 2010 salen a pasear sus ocho hijos.

La privación de libertad de los niños ha provocado fuertes críticas de trabajadores sociales y vecinos de la localidad, que sin embargo no han logrado influir en la situación.

Tampoco dio resultado alguna la orden judicial emitida por un tribunal de la zona.

Devnozashvili advierte que si alguien intenta quitarle a sus hijos "correrá la sangre".

"Llegaré hasta el final, derramaré la sangre, sea mía o la de mis hijos, pero no se saldrán con la suya", amenaza el hombre.

La policía por el momento rechaza comentar el conflicto, aduciendo que se trata de un tema "delicado y sensible". 



Sociedad indiferente ante casos de secuestro: Miranda de Wallace

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Al presenciar un secuestro, la sociedad mexicana es indiferente o no sabe cómo actuar, aseguró Isabel Miranda de Wallace, presidenta de Alto al Secuestro, quien informó que como resultado de un experimento realizado en calles del Centro Histórico, en el que se simulaba el delito, la gente simplemente se alejaba o "hacia como sino viera nada".

En los cuatro simulacros que se practicaron, las personas salieron corriendo, otras negaron haber visto algo, ignoraron los gritos de ayuda de las víctimas, en el tercer intento, la víctima jaló a un transeúnte el cual se sacudió y continuo caminando, sólo hubo una persona que reaccionó y marcó al 911 para pedir ayuda y otra que en la entrevista aportó la marca del vehículo, pero no se acercó a la autoridad.

"Como sociedad somos indiferentes y poco solidarios ante el riesgo o agresión que sufre alguien en nuestro entorno, y no actuamos ante un ilícito ya sea por miedo, o por pensar que nos vamos a meter en problemas y por desconfianza en las autoridades, incluso por pensar que la autoridad no actuará", mencionó Miranda de Wallace.

En caso de presenciar un secuestro, la activista emitió una serie de recomendaciones, como anotar el número de placa, modelo y color del vehículo, observar características físicas de la víctima y del agresor, llamar al 911, al 089 o 088, buscar en la zona del secuestro cámaras del gobierno y anotar o fotografiar el número de la misma para compartirla a las autoridades y en páginas de redes sociales de las Secretarías de Seguridad Pública o Fiscalías.

A su vez, Hiram Almeida, secretario de Seguridad Pública de la CDMX mencionó que en la ciudad existen 21 mil cámaras de vigilancia, lo que ha permitido que el tiempo de reacción ante cualquier ilícito sea de poco más de dos minutos.

En su participación, Patricia Bugarin, coordinadora nacional antisecuestro, señaló que este experimento social lleva a la reflexión pero "debe llevarnos a la acción".

Dijo que no se está pidiendo a la gente que ponga en riesgo su vida, sino que actúen de manera responsable ante una situación de riesgo.

"Tenemos que trabajar en equipo, ciudadanía y autoridades para erradicar este delito", remarcó.