COLUMNA ECOS: He aprendido
“Es mejor viajar lleno de esperanza… que llegar” Proverbio japonés
Darle sentido a nuestras vidas no es algo tan sencillo, la vida se compone de muchos factores que implícitamente van ligados con uno de los sentidos de estar en ella, vivirla.
Pero hay que saber vivirla, aprender en el camino, saber encontrar en nuestros pasos aquello que la vuelva valiosa, placentera y llena de riquezas, y no me refiero a lo material solamente, eso será lo único que no nos llevaremos al final, sino aquellas que en verdad nos ayudan a trascender y dejar huella, las de la conciencia y el espíritu, razones que seguramente el alma abrazará en su evolución.
Desafortunadamente, en nuestros días, la misma dinámica que te exige el diario existir, las prisas que todo el mundo tenemos, por tener, llegar y alcanzar, hacen que se olviden las cosas más valiosas, o simple y sencillamente no valoramos las cosas más importantes de la vida, y están en cada momento, en cada instante.
Esta época de la tecnología, de las redes sociales, del mundo en tus manos en un segundo, del Internet, nos ha envuelto en un desapego de la realidad, y ahora se viven vidas virtuales e inventadas.
Ahora, y siguiendo los patrones o ideales de un capitalismo exageradamente consumista, se ofertan prototipos de lo que puedes ser, de cómo te pueden ver si tienes, consumes tal o cual producto o marca, si consumes tal o cual servicio, y el mundo se volcó con toda sus vidas en este aparador que da la oportunidad de venderse cómo mejor les parezca, se volvió público lo privado, y existe una línea muy delgada y delicada para no perderse por siempre en este abismo.
Igual que a lo largo de nuestra historia y existencia, todo esto que hemos aprendido y desarrollado en la evolución del hombre y como sociedad, son herramientas que vienen a ser una extensión de nosotros mismos y que viene a facilitar muchas cosas en nuestra vida, pero es sólo eso, herramientas.
La vida se ha convertido en otra cosa, ahora si no tienes Facebook, Twitter, Instagram, correo electrónico, teléfono inteligente, Internet, auto, computadora, no existes.
Antes recuerdo que la memoria era más lúcida, sabíamos por ejemplo los teléfonos de memoria, ahora todos están en el celular, y a veces ni el teléfono de casa u oficina nos sabemos, porque el sólo oprimir un botón nos ahorra ese trabajo de recordar.
Con ese sencillo ejemplo, podemos darnos cuenta de todo lo que hemos perdido o dejado de hacer, y no quiero hablar de los niños o jóvenes, que se saben sin vida si no hay Internet y video juegos.
Recuerdo muchos de los juegos que se hacían en medio de la calle con los amigos de la cuadra donde hasta altas horas de la noche podías jugar fut, encantados o escondidas. Ahora obviamente la misma inseguridad que sufrimos ha orillado a que eso también desaparezca por miedo.
La vida, es algo mágico y extraordinario, parte de ella también es la muerte, y se le tiene un miedo, cuando no debería de ser así, al final nos encontramos con ella, sólo hay que saber que antes de que se nos presente, tenemos que aprender a disfrutar de nuestro presente, el hoy, valorar uno de los factores más importantes y que nos da el avance de nuestro paso por la vida, y no hay regreso si se pierde, el tiempo.
Despertamos de este letargo ayudaría mucho, darnos cuenta de lo que hay a nuestro alrededor, de cómo podemos construir mejor nuestras vidas y crecer, sacudir nuestros fantasmas y abrir bien los ojos y el corazón, abrir nuestra mente y aprender.
A lo único que hemos venido a esta vida, en este mundo, en este tiempo, y en este espacio es a ser mejores física, espiritual e intelectualmente, no a ser peores, se llama evolución y la evolución es algo más que un botón.
Hace días encontré un texto de dos párrafos que me llamó mucho la atención de lo que hablaba, de la vida, y resumía en esos dos cortos párrafos cosas valiosas e importantes que los hombres en nuestro paso por ella pasamos y aprendemos de ello, aunque a veces ni cuenta te des. No tenía autor, lo busqué y no hay tal, parece ser anónimo. Me gustó tanto que me permití agregarle algunos párrafos más y que tienen que ver exactamente con lo mismo, nuestro aprendizaje en la vida, aquí se los comparto.
“He aprendido que los amores, pueden llegar por sorpresa, o terminar en una noche. Que grandísimos amigos pueden volverse grandísimos desconocidos, y que por el contrario, un desconocido puede volverse alguien inseparable. Que él nunca más, nunca se cumple, y que el para siempre, siempre termina. Que el que quiere, lo puede, lo sigue, lo logra y lo consigue. Que el que arriesga no pierde nada, y el que no arriesga, no gana.
Que el amor muchas veces duele, pero necesitas un pellizco para despertar y sentir, que cuando caes, es cuando te levantas con más ganas y es para crecer, que la vida no es color de rosa, pero puedes saber del olor de las rosas por estar en ella.
Que saber ¿quién soy?, ¿qué quiero ser? ¿qué quiero hacer? (que muchos lo confunden), y ¿dónde quiero estar? no te harán llegar más pronto, ni será el camino más fácil, seguramente todo lo contrario, pero algo es seguro, llegarás.
Que tener compromiso, responsabilidad, disciplina, constancia y sacrificio, te harán ser el mejor en lo que tú quieras. Que la educación es la mejor arma, pero no todo está en las aulas. Que un abrazo es la mejor caricia, una sonrisa la luz de tu alma, y que hay muy pocas almas compartidas.
Que a quien más amas es a quien más lastimas, porque nunca has entendido de su ausencia, lo cercano y cotidiano lo vuelve común cuando no lo es, pregunta cómo lo ven los de afuera.
Que el perdón alivia pero de nada sirve si no fue tu error la mejor lección aprendida, que el orgullo y el rencor son como un cáncer del alma, te crees vivo, pero estas muerto en vida.
Que la vida no es tan complicada, quienes nos la complicamos somos nosotros.
Que el físico, sí, desde luego, atrae, pero la personalidad enamora. Que si quieres ver a alguien, díselo, mañana será tarde. Y sobre todo, he aprendido que no sirve de absolutamente nada, seguir negando lo evidente.
Que perder la capacidad de asombro, nos aleja para siempre de ser humanos.”