Ladrillos artesanales, un oficio que se derrumba en Veracruz
En la Zona Metropolitana de Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo, 12 tabiquerías se resisten a desaparecer a pesar de ser un trabajo mal remunerado y que genera contaminación en su proceso.
Para realizar la hechura a manera tradicional los hornos tradicionales se caracterizan por usar combustibles como residuos agrícolas y viruta de madera. Decenas de personas trabajan bajo los intensos rayos de sol, expuestos a los gases y humo que producen los hornos artesanales, alimentados de leña pura, siendo esta una de las pocas maneras de obtener ingresos en zonas dedicadas a la agricultura.
Filiberto Zamora aprendió desde niño el oficio, mismo que considera es su herencia y la única forma que tiene para ganarse la vida. "Son pocas las herramientas que usamos: pala, espátula y un cajón de madera con el que vamos moldeando los ladrillos", explica Filiberto.
Al salir del horno al ladrillo se le retira una pequeña capa para comprobar que tiene la calidad requerida y queda listo para su venta. Cuando el cliente lo solicita, se le puede dar al ladrillo un toque personal o algún diseño en particular, previo al secado al rayo del Sol.