Con huellas de tortura, la cabeza cubierta con cinta adhesiva y las extremidades atadas con cables, así fue localizado por autoridades el cuerpo de un hombre sin vida en el distrito de Playas de Tijuana, era de complexión media, tez blanca y de aproximadamente 30 años de edad.
El reporte fue uno más que se ha dado en las últimas horas en Tijuana, y fue atendido por policías municipales durante el 28 de diciembre, quienes llegaron a la calle Jazmines y Jesús Rodríguez de la colonia Rancho las Flores para confirmar un homicidio.
Al arribar al lugar realizaron inspección y se percataron del masculino tirado en la vialidad, el cual presentaba hematomas en caderas, estaba vestido con una sudadera color azul, pantalón y calcetines de color negro, además de contar con las extremidades superiores atadas junto con la espalda con cable de electricidad de color amarillo, al igual que la región cefálica cubierta con cinta adhesiva de color verde.
En el lugar no se localizaron indicios balísticos, por lo que es posible que el cuerpo fue victimado en otro punto y abandonado en el lugar; acto seguido los agentes procedieron con el acordonamiento del área y dejaron la escena a disposición de la Fiscalía General del Estado. Cabe señalar que no hubo personas detenidas, al servicio médico forense en calidad de desconocido.
La fiscalía capitalina detuvo a José Luis "N", hombre de 71 años de edad presunto padre de la niña Fátima, asesinada en febrero pasado. De acuerdo con la denuncia presentada en la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales, el sujeto en diversas ocasiones agredió sexualmente a una menor de 10 años de edad.
En respuesta a una denuncia ciudadana, agentes de la Policía de Investigación (PDI) de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) aprehendieron a este hombre por la probable comisión del delito de violación agravada cometida a una persona menor de 12 años y corrupción de persona menor de 12 años.
Agentes de la PDI, adscritos a la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales, cumplimentaron el mandamiento judicial en la alcaldía Tláhuac. Tras la lectura de sus derechos, el individuo fue trasladado al Reclusorio Preventivo Varonil Sur, donde quedó a disposición del juez que lo requirió. De acuerdo con la denuncia presentada en la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales, el hoy aprehendido es acusado de agredir sexualmente a una víctima menor de edad en diversas ocasiones en la colonia San Sebastián, alcaldía Xochimilco.
La Fiscalía capitalina reiteró que aún no ha sido solicitada la recompensa de dos millones de pesos por el caso Fátima Cecilia, esto luego de que el pasado viernes el vocero de la institución, Ulises Lara informara que la detención de los imputados por el secuestro y feminicidio de la menor, fue por la investigación que realizaron, aunque sí reconoció la participación de la ciudadanía.
Ese día, delineó que no había persona alguna a la que se le entregaría la recompensa, sin embargo, la noche de ese viernes, a través de Twitter, la dependencia afirmó que nadie la ha solicitado.
La dependencia capitalina reiteró que sigue vigente la recompensa y que no ha sido solicitada, desde que fueron detenidos Gladis Giovana y Mario Alberto, vinculados a proceso por el caso.
"Hasta el momento, ninguna persona ha presentado una solicitud formal para reclamar el pago de la recompensa. Esta institución se ha mostrado en disposición de cumplir con el ofrecimiento", precisó a través de una tarjeta informativa.
El pasado 19 de febrero, la institución publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el acuerdo FGJCDMX/07/2020, por el que se ofreció el pago de dicha recompensa.
Aportan información
Las autoridades recibieron información de diferentes personas: el casero que rentaba el domicilio de San Felipe de Jesús número 17, en la colonia San Felipe, alcaldía Xochimilco, en donde asesinaron a la niña, además del reporte en donde se precisaba el nombre de la responsable del secuestro, el cual entró vía 088, que recibió la unidad de asuntos especiales de la FGJ.
No obstante, el aseguramiento de los sujetos en el Estado de México también se derivó luego de que la tía de Mario Alberto pidiera el apoyo policial para su detención.
Actualmente Mario Alberto y Gladis Giovana se encuentran presos en penales capitalinos y vinculados a proceso por el delito de secuestro agravado y feminicidio de la niña Fátima Cecilia, a quien secuestraron de su primaria el pasado 11 de febrero.
Gladis Giovana Cruz Hernández y Mario Alberto Reyes Nájera, presuntos asesinos de Fátima, solicitaron a las autoridades del Sistema Penitenciario capitalino vigilancia especial, porque han recibido amenazas asegurándoles que "tarde o temprano" les harán lo mismo que ellos le hicieron a la niña.
"Están en un área restringida, pero no van a estar así por mucho tiempo y ahí es donde van a empezar los problemas, porque no van a tener la vigilancia que tienen ahora", comentó una fuente que pidió el anonimato.
Reveló que Mario Alberto recibió una agresión de parte del resto de la comunidad penitenciaria, "la noticia llegó hasta aquí y los internos están muy molestos, dicen que eso no se hace".
Luego de la imputación de los delitos de secuestro agravado y feminicidio, un juez del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad de México dio como plazo cuatro meses para el cierre de la investigación complementaria, tiempo en el cual Giovana y Mario permanecerán en prisión, al tiempo que peritos especializados y agentes de la Policía de Investigación (PDI) continúan recabando pruebas.
Los especialistas de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) local siguen buscando el arma homicida, un cinturón, que según lo dicho por Giovana ella utilizó para estrangular a Fátima.
Mientras que los exámenes practicados al cuerpo de la niña y a Mario confirmaron que él la agredió sexualmente y, según lo asentado en la carpeta de investigación, termino de estrangularla dentro de ese mismo domicilio.
En el expediente se detalla que él la envolvió en una lona blanca y, durante la noche, utilizó el mototaxi con el que trabajaba para tirarla en el predio baldío donde días después se encontró a la menor.
Dijo que Giovana aceptó participar y que ella recomendó dónde abandonar el cuerpo, pues con frecuencia utilizaba ese camino.
Los hijos de la mujer están bajo el resguardo de la FGJ y, según los exámenes practicados, mostraron signos de abandono, así como de perturbación y tocamientos; aparentemente, Mario Alberto los obliga a ver y a hacer cosas en contra de su voluntad.
"Estoy sufriendo y seguiré sufriendo", dijo Marcelina, mad
re de Gladis Giovana, quien fue detenida por la muerte de Fátima. Consideró que su hija es víctima de Mario Alberto, quien la violentó en reiteradas ocasiones.
La mujer dijo que por cinco meses no supo de su hija hasta que vio en las noticias que eran buscados por las autoridades.
De acuerdo con lo que narró afuera del penal de Santa Martha Acatitla a donde acudió para ver a Giovana, Mario la amenazó varias veces con atentar contra sus hijos si no regresaba con él.
Volvió con él, hasta el desenlace de las agresiones con el secuestro y feminicidio de la niña Fátima Cecilia, de siete años. "[Mario Alberto] venía a buscar a Giovana para que le prestara a uno de los niños para llevarlo a pasear y a fin de cuentas se lo llevaba y ya no se lo regresaba; así es como él se aprovechaba para volver con ella.
"Le decía que si no regresaba ya no iba a ver a sus hijos o ya no iba a ver al niño al que se llevaba, [que] lo iba a encontrar de una manera muy triste", contó.
Explicó que, por más de tres años, la relación de Mario y Gladis Giovana fue de manipulación y agresiones contra la mujer.
Con mirada triste y sin permitir que su rostro fuera grabado por las cámaras de televisión, Marcelina recordó afuera del penal que un juez había decretado una orden de restricción para que Mario Alberto no tuviera contacto con su hija, pero no lo cumplió. "No hubo respeto para mi hija, las autoridades no la ayudaron", aseguró.
Dijo que no sólo fueron golpes, sino que también intentó quemarla, pues le arrojó gasolina, alcohol y hasta perfumes para después intentar prenderle fuego. "Hubo ocasiones en que me llevé a mi hija a mi casa, se la quité. Hubo tres ocasiones, esas tres ocasiones que yo se la quité fueron espantosas para ella porque iba golpeada, maltratada, iba moreteada del cuerpo", señaló.
Marcelina aseguró que la vida de casada de su hija fue muy triste y cruel, porque "la verdad fue una víctima más de tantas mujeres que han sufrido y que las han pisoteado".
En los intentos de Mario para quemar a Giovana incluso, dijo, estaban presentes sus hijos. Uno de ellos, el más grande, le dijo: "Abuelita mi papá iba a quemar a mi mamá, le echó perfume y le iba a prender con el encendedor y le dije que no, que no la quemara en varias ocasiones".