Ovidio Guzmán, el invitado de lujo
El pasado 25 de enero del 2020, en Culiacán, Sinaloa, se efectuó uno de los eventos más trascendentes del crimen organizado: la boda de Grisel Guadalupe Guzmán López, hija del exjefe del cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.
La boda fue fastuosa, hubo un fuerte derroche de lujos, glamour , desfile de vehículos blindados, hombres armados que acordonaron la catedral de Culiacán, donde se efectuó la ceremonia religiosa.
Apenas en octubre de 2019, la familia de Guzmán Loera se veía sacudida por el operativo fallido en el que fue detenido, primero, y liberado, después, Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán, luego de que los gatilleros del cártel se dispusieron a enfrentarse con las fuerzas del Estado. El vástago de Guzmán Loera tuvo que ser liberado “para evitar una masacre”, según argumentó el presidente Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo.
Tres meses después de aquel episodio la familia Guzmán realiza esta boda, una de las más fastuosas, según aseguran algunos testigos. Los gatilleros del cártel colocaron una cinta amarilla y acordonaron la catedral, la cual fue cerrada para que se efectuara la misa. Se asegura que la ceremonia nupcial fue en privado.
Grisel Guadalupe Guzmán López se casó con Édgar Cázares, quien está identificado como sobrino de Blanca Margarita Cázares Salazar, conocida en el mundo del hampa como “La Emperatriz del narco”, quien es señalada por el gobierno de Estados Unidos como operadora financiera de Ismael Zambada, “El Mayo”, señalado por la Drug Enforcement Administration (DEA) como el verdadero jefe del cártel de Sinaloa.
Grisel Guadalupe incursionó en los negocios tras la extradición y condena a cadena perpetua de su padre: lanzó una cerveza artesanal –“El Chapo”, se llama –que ya se distribuye en el país.
También lanzó una marca de ropa con el apodo de su padre, la cual se vende, por ahora, en tiendas exclusivas de Sinaloa.
Cuentan algunos testigos que a la boda no asistieron los medios hermanos de Grisel Guadalupe –Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán --. El que sí asistió fue Ovidio Guzmán, pese a que, según el gobierno federal, es buscado por la justicia con fines de extradición por tener un expediente abierto en Estados Unidos relacionado con el tráfico de drogas.
La fiesta se realizó en el salón “Álamo Grande”, propiedad del empresario sinaloense Antonio Sosa Valencia. Estuvo amenizada por música de banda, propia de la cultura sinaloense.
Amado y la boda de su hermana
El 6 de enero de 1997, la PGR detuvo a 25 personas ligadas al cártel de Juárez, quienes asistieron a la boda de Ingrid Carrillo Fuentes, hermana de Amado Carrillo, “El Señor de los Cielos”.
El operativo de esa ocasión se efectuó porque el objetivo era detener a Amado Carrillo, quien asistió a la boda de su hermana, pero logró evadir la vigilancia. Se asegura que se disfrazó de viejito –con sombrero y peluca –y salió montado en una carreta. Nunca fue reconocido por las autoridades.
En aquella ocasión la boda se convirtió en un verdadero escándalo porque del aeropuerto de Toluca, Estado de México, despegaron tres aviones con invitados que aterrizaron en el aeropuerto de Culiacán, Sinaloa.
Los aviones fueron rentados para trasladar a los invitados, quienes después se trasladaron al rancho “La Aurora”, donde vivía la señora Aurora Fuentes, madre de Amado Carrillo.
Ahí la PGR efectuó el operativo para detener a 25 personas que, se dijo, estaban directamente relacionados con el cártel de Juárez, pero posteriormente fueron liberadas aparentemente por falta de pruebas.
Carrillo Fuentes era uno de los capos más buscados por la DEA y la justicia mexicana, pero nunca pudo ser capturado, ya que traía protección oficial: Adrián Carrera Fuentes, exdirector de la Policía Judicial Federal, era uno de sus protectores durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, periodo en el que “El Señor de los Cielos” se encumbró en el poder criminal al ser asesinado Rafael Aguilar Guajardo, entonces poderoso jefe del cártel de Juárez, quien fue acribillado en Cancún, Quintana Roo.
La boda de la hermana de Amado Carrillo fue tan espectacular como la de Grisele Guzmán. Sólo que a la ceremonia del pasado 25 de enero, en Culiacán, no estuvo presente la policía federal ni la Guardia Nacional ni mucho menos el Ejército. Simplemente no fueron molestados.
Todo esto a pesar de que, de acuerdo con testigos, estuvo presente Ovidio Guzmán, hijo de “El Chapo” Guzmán, quien es reclamado por la justicia de Estados Unidos por delitos relacionados con el tráfico de drogas. Tiene una orden de captura internacional con fines de extradición.
La boda y la fiesta se puede consultar en todas las redes sociales, donde circulan videos y fotografías del festejo. Ahí aparece Grisele Guzmán bailando con su ahora esposo, con amigos e invitados.
No tuvieron ningún recato en publicitarlo, pues la boda fue tan normal como cualquier otra, sólo que en este caso el enlace nupcial fue entre familias ligadas al narcotráfico, lo cual reviste al evento de un tinte distinto: siempre se quiere saber quiénes fueron los invitados, en qué autos llegaron. Sobre este último detalle, se afirma que la mayoría de los autos –camionetas de lujo –estaban blindadas.
Se presume que asistieron otros miembros del cártel de Sinaloa que, a pesar de ser buscados por la justicia, ésta vez no fueron molestados por ninguna autoridad estatal ni federal.
Cortesía del periodista Ricardo Ravelo