No se hicieron regalos para obtener lugar en el Consejo de Seguridad de ONU
El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que ahora que México tiene un lugar en Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no se impulsará la cooperación militar, sino que se buscará la cooperación para el desarrollo de las naciones.
"No queremos cooperación militar, que nos apoyen con helicópteros artillados, no queremos armamentismo, queremos cooperación para el desarrollo, porque la paz es fruto de la justicia. No queremos enfrentar la violencia con la violencia. Esto ha significado un cambio, un viraje en política exterior".
En conferencia de prensa, el titular del Ejecutivo federal recordó que en sexenios anteriores se veía como algo normal que se realizaron actos donde el embajador de Estados Unidos, "y lo digo con todo respeto, participaban en un acto entregando helicópteros artillados, o armas al gobierno de México, eso no.
"Tenemos que agradecerle al gobierno de Estados Unidos que ha sido respetuoso de nuestra política, y hemos logrado avanzar en la cooperación para el desarrollo y, sobretodo, nos hemos entendido para fortalecer la integración económica de la región ahora con el T-MEC, y se ayudan las dos económicas en inversión, se generan empleos y hay bienestar".
"Ese es el camino que queremos, no el otro, el uso de la fuerza", dijo.
El embajador de México ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, aseguró que la participación de nuestro país como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se apegará al derecho internacional, pero sobre todo a los principios de política exterior mexicana, en la que se establece que frente una amenaza a la paz se privilegiará el dialogo y la solución pacífica de los conflictos.
Desde Nueva York, Estados Unidos, por medio de una videollamada a la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador que se realiza en el C5i de Hidalgo, el embajador De la Fuente destacó que la candidatura de México ante ese organismo internacional no le costó dinero al país.
"Fue una candidatura austera, con el presupuesto regular que tenía la embajada de México en la ONU, a través de planteamientos y cabildeos… no hubo recepciones, viajes, ni regalos de ninguna especie, hicimos un par de eventos culturales, agradezco al gobierno de Oaxaca que llevó una Guelaguetza a la explanada de la ONU, y un concierto que fue ofrecido por la Orquesta Juvenil de la UNAM; que permitió que en un recinto de Naciones Unidas se escuchara el Huapango de Moncayo y el Danzón Número 2 de (Arturo) Márquez".
El embajador De la Fuente dijo que como parte de la agenda que impulsará México en ese organismo también se pugnará por la igualdad jurídica de los estados, la autodeterminación de los pueblos, porque todos los estados debemos ser iguales.
Destacó que se incorporará la perspectiva de género en las acciones del Consejo de Seguridad, pero también revisará los métodos de trabajo al interior del organismo porque, a veces, las decisiones se paralizan con consecuencias lamentables para el mundo.
Dijo que se retomará la iniciativa franco-mexicana para acotar el derecho de veto y éste no opere cuando haya circunstancias de crímenes de lesa humanidad o atrocidad masiva.
En materia de derechos humanos, el diplomático dijo que se impulsarán los objetivos del Desarrollo Sostenible, con principal atención a los temas de nuestra región.
De la Fuente también destacó que por primera vez México fue electo como integrante del Consejo Económico y Social de la ONU.
"Estaremos en los dos órganos más significativos de Naciones Unidas, dos y tres años, respectivamente", dijo de la Fuente, quién destacó que estos resultados fueron gracias al trabajo de equipo de la Cancillería mexicana.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, señaló que es un honor que México ayer fuera electo por 187 votos como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, una de las votaciones más altas que se han registrado en la historia.
Comentó que México proyectará a nivel global sus prioridades que son esencialmente la solución pacífica de las controversias; respeto al derecho internacional; defender causas del gobierno como perspectiva de género y combate la desigualdad social y la pobreza, que ahora se agudiza con el coronavirus.