El presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un decreto que declara área natural protegida (ANP), con carácter de Área de Protección de Recursos Naturales, la zona del Lago de Texcoco, que se ubica en los municipios de Atenco, Texcoco, Chimalhuacán, Nezahualcóyotl y Ecatepec de Morelos, en el Estado de México, con una superficie total de 14 mil hectáreas, incluida la zona donde se ubica el fallido proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.
Al respecto, ambientalistas y especialistas de Greenpeace, de las universidades Iberoamericana y La Salle calificaron de positivo el decreto porque permitirá recuperar la zona lacustre de la cuenca del Valle de México y revertir el deterioro ecológico. Sin embargo, advirtieron que es necesario que se etiqueten recursos suficientes para que no se convierta en un “decreto de papel”.
Publicado en el Diario Oficial de la Federación, en el decreto se establece que en la zona de amortiguamiento del área de protección de recursos naturales Lago de Texcoco no se autorizará la fundación de nuevos centros de población ni la urbanización de las tierras ejidales, incluyendo las zonas de preservación ecológica de los centros de población.
Gustavo Ampugnani, director ejecutivo de Greenpeace México, dijo a EL UNIVERSAL que la declaratoria es una excelente noticia porque tiene varias ventajas. “Por un lado, nos permite digamos soñar con ampliar la zona lacustre de la Cuenca del Valle de México y, por otro lado, se revierte o ayuda a mitigar un daño ambiental que se estaba produciendo con la construcción de un megaaeropuerto internacional en esa zona”.
Argumentó que con ello hay mayores posibilidades de poder seguir o al menos recuperar parte de esa vocación como refugio de aves migratorias. También, de alguna manera ayudar a irrigar mantos acuíferos y reducir la vulnerabilidad frente al cambio climático, lo cual es una buena noticia también.
Juan Manuel Núñez, doctor y académico del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad de la Universidad Iberoamericana, coincidió en que el decreto es positivo para la cuenca del Valle de México porque existe una gran diversidad de especies, sobre todo aves, y esta decisión puede ser el punto de partida de un proceso de recuperación de un gran espacio azul en la zona oriente de la capital del país.
“Pero el decreto no es para nada la tarea finalizada, porque se requieren recursos, programas para que no se quede en el discurso, que no sea un decreto de papel, por lo que, de acuerdo con la ley, se debe construir el plan de manejo para recuperar esa zona del deterioro ambiental existente”, apuntó.
Jesús Enrique Castelán, especialista de la Universidad La Salle, dijo que habría que analizar el contexto en que se dé esta declaratoria para que el antiguo Lago de Texcoco sea declarado ANP.
“De entrada, si vemos el deterioro ambiental en la cuenca del Valle de México y que se carece de este tipo de espacios, es una buena noticia porque la Zona Metropolitana de la Ciudad de México carece de planeación urbana y desde esa óptica es una buena noticia”.
El gran problema es que hay el riesgo de que, como ocurre con otras áreas protegidas, sólo se quede en una declaración de papel, sin recursos, que más bien busca blindar la zona para que futuros gobiernos no puedan revivir el proyecto del aeropuerto, indicó.